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Las familias ahorran el 60% de la subida salarial y ajustan el gasto en bienes del hogar
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Las familias ahorran el 60% de la subida salarial y ajustan el gasto en bienes del hogar

El repunte de la incertidumbre ha elevado el ahorro precautorio de las familias, que han empezado por apretarse el cinturón limitando el gasto en muebles y electrodomésticos

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El goteo (o tsunami) de noticias económicas negativas ha puesto a los hogares en alerta. Todavía está reciente el recuerdo de la crisis económica y del riesgo que supone atravesar un periodo de turbulencias sin un colchón financiero, por lo que han optado por elevar el ahorro precautorio. Estos recursos han ido directamente a elevar sus activos, especialmente en nuevos depósitos, y al pago de deudas, en especial hipotecarias.

La renta disponible de los hogares está creciendo con fuerza en los últimos meses gracias a la subida de salarios y a la creación de empleo. En el segundo trimestre del año, último disponible, el ritmo de crecimiento interanual alcanzó el 5,3% según los datos de las cuentas no financieras del INE (datos ajustados de estacionalidad y calendario). Tal ritmo de crecimiento del ingreso de los hogares no se había visto desde los años de la burbuja inmobiliaria y evidencia hasta qué punto la situación de los hogares está mejorando incluso más rápido que la producción de la economía española.

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En total, la renta disponible de los hogares ha aumentado en 31.700 millones en el último año, y de esta cuantía, el 31% se ha ido directamente a elevar el ahorro. Si solo se tienen en cuenta los datos del último trimestre disponible, el segundo de 2019, el aumento interanual del ahorro se ha llevado nada menos que el 59% de los nuevos recursos. Se trata de la cifra más alta desde el año 2009, cuando la economía estaba en medio del colapso.

Con estas cifras sobre la mesa, es indudable que los hogares han optado por mejorar su situación financiera ante el escenario de incertidumbre que se cierne sobre la economía global. Y no solo eso, también evidencia que los hogares no ahorran cuando pueden, sino cuando quieren (en tasas agregadas). En el último año las familias han reservado 53.300 millones de euros al ahorro, una cifra que no se veía desde 2012.

[Las empresas ya sienten la crisis]

Este aumento del ahorro ha provocado un importante frenazo del consumo de los hogares que ha puesto en alerta a dos sectores: industria y construcción. La primera partida que recortan los hogares es siempre la de bienes de consumo duraderos, que son básicamente bienes del hogar (muebles y electrodomésticos) y vehículos. Se trata de activos que suponen un importante desembolso para las familias y que, habitualmente, están destinados a reemplazar a otro que se ha quedado obsoleto. Esto es, cambiar la lavadora, el coche o el sofá, decisiones que pueden posponerse sin demasiados problemas hasta que la situación económica mejore.

Esta partida del gasto se hundió con la crisis y fue la que más creció con el inicio de la recuperación, mientras los hogares satisfacían toda la demanda embalsada. Ahora ha vuelto a ajustarse, lo que ha puesto en alerta a las empresas. Los últimos datos del sector industrial del INE, publicados el jueves, muestran que la principal caída en la producción se produjo precisamente en los bienes de consumo duraderos. El descenso interanual fue del 2,3% en octubre y no se trata de una caída esporádica, sino que en los últimos meses se han producido numerosos descensos.

Contagio a la industria

El descenso en la producción industrial responde a la ralentización de la demanda interna, que en octubre sufrió un fuerte parón al pasar de un crecimiento del 2,9% a solo un 0,9% interanual. Este frenazo en el consumo de bienes del hogar responde a una caída de la confianza de los hogares, lo que añade más dudas sobre la evolución futura de la demanda interna.

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El Banco de España publicó esta semana un estudio sobre la evolución del consumo en función del estado laboral de los ciudadanos y el momento del ciclo económico. La conclusión es muy clara: todos los hogares reducen su nivel de consumo ante una situación de incertidumbre, incluso aquellos en los que ha subido el número de ocupados. O lo que es lo mismo, aunque la renta disponible siga creciendo con fuerza, los hogares empiezan a apretarse el cinturón y lo hacen comenzando por los bienes duraderos.

De ahí que la reciente ralentización en el consumo de bienes duraderos suponga un importante reto para la industria y también para las empresas de construcción por dos motivos. En primer lugar, porque la inversión en vivienda suele tener la misma tendencia que la de bienes de consumo duradero, ya que en ambos casos requieren un importante esfuerzo financiero para los hogares. Y en segundo, porque el frenazo en las ventas de equipamiento para el hogar esconde detrás una ralentización de las nuevas construcciones, ya que de pronto no son necesarios tantos muebles.

[Las constructoras ya sienten el frenazo y vaticinan despidos]

La caída de la producción de bienes de consumo duradero arrastró al conjunto de la industria española a tasas negativas por primera vez en siete meses. La producción de octubre fue un 1,3% inferior a la del mismo mes del año anterior (datos corregidos de estacionalidad y calendario) y sufrió el primer descenso en siete meses. Un punto de partida peligroso de cara a los meses que están por venir.

El goteo (o tsunami) de noticias económicas negativas ha puesto a los hogares en alerta. Todavía está reciente el recuerdo de la crisis económica y del riesgo que supone atravesar un periodo de turbulencias sin un colchón financiero, por lo que han optado por elevar el ahorro precautorio. Estos recursos han ido directamente a elevar sus activos, especialmente en nuevos depósitos, y al pago de deudas, en especial hipotecarias.

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