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El BCE pide a la banca más contundencia al reclasificar el riesgo de impago del crédito
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ANTE LA AMENAZA DE QUE SUBA LA MOROSIDAD

El BCE pide a la banca más contundencia al reclasificar el riesgo de impago del crédito

El supervisor tiene como prioridad la vigilancia por parte de las propias entidades de los préstamos amenazados por el covid para calcular provisiones

Foto: Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS). (BCE)
Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS). (BCE)

Una de las cosas que más preocupan a los analistas es la reclasificación del crédito por parte de los bancos. Pero esta evaluación está siendo heterogénea y, a juicio del supervisor, menos contundente de lo que debería. La rama supervisora del Banco Central Europeo (BCE) ha puesto la lupa como principal prioridad en los ejercicios de revisión del riesgo de la cartera de préstamos para pasar operaciones a Estados con mayor vigilancia.

El BCE mandó dos mensajes a las entidades financieras durante el inicio de la crisis del coronavirus. Una fue la relajación regulatoria para dar mayor flexibilidad de cara a que siguieran concediendo financiación y evitar una contracción del crédito (‘credit crunch’). La otra fue que establecieron un mecanismo para evaluar los riesgos de impago de los préstamos.

Foto: El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, junto a la vicepresidenta Nadia Calviño. (EFE)

Sin embargo, la forma de articular la reclasificación de créditos depende de cada entidad. Los bancos tuvieron que explicar al BCE el modelo interno por el que mantienen el crédito en fase normal (‘stage 1’), pasa a la segunda fase en la que se extrema la vigilancia porque aunque el deudor sigue pagando han aumentado los riesgos (‘stage 2), o hay impagos y pasa a dudosos (‘stage 3’). Pero el modelo depende de cada entidad.

La morosidad sigue contenida en España, como también en otros países europeos, gracias a los programas públicos y privados que sirven de anestesia a falta de que se afiance la recuperación, que dependerá del éxito en la vacunación, de si se consigue evitar una cuarta ola o si hay daños irreparables en la solvencia del sector privado. Por ahora, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), las moratorias o los créditos con aval público a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) mantienen a raya la mora.

Pero este efecto se ha conseguido con más deuda, por lo que ahora se debate sobre cómo articular un mecanismo de quitas por el que hay diferencias entre Gobierno, que anunció 11.000 millones de ayudas directas a pymes y autónomos, y sector financiero. Antes de que se conozca la solución, las previsiones siguen siendo de un futuro aumento de la morosidad.

Los cinco grandes bancos españoles ya han puesto en vigilancia (‘stage 2’ o riesgo computable en fase 2) préstamos por valor de 37.198 millones de euros en el último año, lo que supone un incremento del 31,2% respecto al ejercicio anterior, en el que en la mayoría de los casos ni incluían estas cifras en las presentaciones. Ahora, es una de las cuestiones más relevantes para los inversores.

Un aumento del 31,2%, ¿es mucho? En Banco Sabadell, se incrementó un 42,3% el saldo, mientras que en la parte contraria, subió un 28,4% en CaixaBank. En Santander y en BBVA, incluyendo todo el grupo, el aumento fue del 30,2%, mientras que en Bankia alcanzó el 35,6%. ¿Es Sabadell el que sufre mayor deterioro del crédito con potenciales riesgos de impagos o el más precavido? ¿Y por qué CaixaBank es el que pasa menor cantidad de préstamos a ‘stage 2’? Por su parte, en Bankinter se mantuvo estable la cifra con 1.625 millones, un 0,8% más que un año antes.

Estas preguntas están en el mercado. 'A priori', Sabadell es el más expuesto a las pymes, segmento al que se apunta como el más dañado por esta crisis. También tiene una posición relevante en empresas relacionadas con el turismo. CaixaBank, por su parte, llegó a la crisis del coronavirus como el banco con mayor peso en su cartera del crédito al consumo, el otro tipo de préstamos normalmente señalados por el potencial incremento de la morosidad.

Foto: José Manuel Campa, presidente de la EBA

Pero el BCE insiste a los bancos en que sean más agresivos al reclasificar créditos. O dicho de otra manera, que tengan una adecuada identificación y medición de los riesgos del crédito para mitigar el impacto del covid en los balances. “Los supervisores han insistido en que los bancos tienen que ser rigurosos en el análisis del crédito, incluidas las posibles reclasificaciones y provisiones, algo que se encuentra en la delgada línea entre la regulación prudencial y contable”, arguye Mariano Lasarte, socio del sector financiero de KPMG en España. “La primera de sus prioridades supervisoras para 2021 consiste precisamente en verificar que sea así, para lo que cada banco ha contestado sobre cómo lo está haciendo y el supervisor está monitorizando las reclasificaciones al llamado 'stage 2'. Este proceso está dando lugar a recomendaciones específicas, ya que no hay una solución única para todos. Es prioridad número uno”, agrega.

Después del trabajo individual y heterogéneo de la banca, la supervisión está derivando en recomendaciones para cada entidad. Pero la petición genérica del supervisor es que no se menosprecien los riesgos de morosidad, lo que implicaría que se reclasifique un mayor número de préstamos, lo que a su vez deriva en más provisiones.

Los 12 bancos españoles supervisados por el BCE dotaron provisiones por valor de 27.000 millones contra el covid, mientras que si se excluye el negocio internacional, la cifra fue de 11.000 millones. La normativa obliga a dotar provisiones ante pérdidas potenciales, con lo que dependen del escenario macroeconómico y el riesgo crediticio en el balance que estiman los bancos.

El BCE quiere que haya una tendencia de fortalecimiento de capital y la planificación del colchón de solvencia

El BCE ha establecido varias prioridades en la supervisión para 2021. La primera tiene que ver con la gestión del riesgo de crédito, con la citada reclasificación de préstamos. Por otro lado, el supervisor se ha enfocado en la sostenibilidad del modelo de negocio, por la rentabilidad futura de las entidades y la capacidad de estimar los resultados futuros. Hay que destacar que la banca española es la que ha sufrido el mayor incremento de requerimientos de capital a futuro por el riesgo operacional, basado precisamente en la predicción de resultados.

Por otro lado, el BCE quiere que haya una tendencia de fortalecimiento de capital y la planificación del colchón de solvencia frente a políticas de dividendos y recompras de acciones, así como la medición de la solvencia ante potenciales pérdidas. Asimismo, el BCE se ha preocupado por la evaluación de riesgos y las prácticas tecnológicas o de ciberseguridad de la banca. Y también hay un foco importante en la sostenibilidad. Es decir, en que haya un camino hacia la descarbonización de los balances y que haya un análisis sobre el riesgo medioambiental en las carteras de crédito.

Una de las cosas que más preocupan a los analistas es la reclasificación del crédito por parte de los bancos. Pero esta evaluación está siendo heterogénea y, a juicio del supervisor, menos contundente de lo que debería. La rama supervisora del Banco Central Europeo (BCE) ha puesto la lupa como principal prioridad en los ejercicios de revisión del riesgo de la cartera de préstamos para pasar operaciones a Estados con mayor vigilancia.

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