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Alerta por el plan verde de Europa que puede ser la otra pandemia del campo
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TEMOR AL PACTO VERDE DE LA UE

Alerta por el plan verde de Europa que puede ser la otra pandemia del campo

La patronal agraria avisa de que volverá a sacar a los tractores a la calle para protestar por las nuevas directivas europeas que obligan a la producción ecológica y sin fitosanitarios

Foto: Recolección de albaricoques (EFE)
Recolección de albaricoques (EFE)

En febrero, los tractores salieron a bloquear las carreteras españolas para decir basta. El campo se rebeló contra una política de precios que hundía al agricultor y le obligaba a producir a pérdidas en muchas ocasiones. Ardió el campo en España y lo hizo en Europa. Sus protestas quedaron acalladas por la pandemia de coronavirus. Entonces, los mismos tractores salieron a desinfectar los pueblos y también a arar los campos para garantizar que no hubiera desabastecimiento durante el confinamiento.

Los agricultores y ganaderos confiesan que oían con esperanzas los mensajes que llegaban de los líderes europeos. El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que la agricultura y la alimentación debía estar fuera de las leyes del mercado, que era un servicio esencial que requería un tratamiento especial.

La canciller Ángela Merkel también defendió la tarea de un campo que estaba llenando las despensas de Europa. A diferencia de la industria de material sanitario o farmacéutica, el campo europeo, y el español especialmente consagrado como la huerta de Europa, demostraba que era capaz de abastecer a los europeos sin entrar en guerras entre países por los productos a pie de escalerilla del avión, como había ocurrido con las mascarillas o los equipos de protección para los sanitarios.

Sin embargo, el anuncio el pasado miércoles de dos estrategias europeas, “De la granja a la mesa” y la “Biodiversidad en el Horizonte 2030”, ha vuelto a poner al campo en pie de guerra. Las organizaciones agrarias vuelven a estar de acuerdo en que era una estrategia que estaba planificada desde meses atrás, dentro de la lucha contra el cambio climático, pero muestran su sorpresa por lo que consideran una especie de puñalada trapera en el peor momento posible.

Un pacto en "el peor momento"

El presidente de Asaja Andalucía, Ricardo Serra, advierte de las consecuencias. Esas nuevas estrategias europeas, dentro del Pacto Verde, obligarán a que al menos el 30% de la superficie agraria de la UE sea ecológica en 2030, exige que el 10% de las tierras agrarias se queden sin producir, que el uso de abonos se reduzca un 20%, los fitosanitarios caigan un 50% y que se extienda un 30% los espacios protegidos.

La patronal del campo está convencida de que nadie ha hecho un estudio serio sobre el impacto de estas nuevas condiciones ‘verdes’ en la superficie española. “Son medidas pensadas para la producción centroeuropa que no tienen en cuenta nada más”, señalan desde Asaja. “Esto es brutal para el campo, parece que quieren que solo nos dediquemos a vivir de las ayudas”, agregan esas fuentes.

Las estrategias están inspiradas por las asociaciones ecologistas, se quejan desde el campo, que ponen como muestra que el comisario europeo de agricultura fue apartado de la presentación de esas nuevas estrategias. Los agricultores aseguran que piensan retomar las movilizaciones y volverán a salir a la calle, convencidos de que estas nuevas obligaciones le ponen la puntilla en una situación que ya era complicada.

El anuncio del plan verde de Europa llega después del dardo de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, al campo, o al menos así lo ven las asociaciones agrarias, que lamentan que se vincule a los agricultores con la esclavitud al anunciar que se enviarán más inspectores de trabajo "para acabar con la economía sumergida".

Los precios, disparados

“Las frutas y hortalizas ya están disparadas en el supermercado. Los precios de alimentos básicos en la cesta de la compra han subido de forma importante y se han incrementado también los costes por la producción con covid-19.

Ahora hay que tomar medidas que encarecen aún más la producción, alrededor de un 30%, según nuestros cálculos”, señalan desde la patronal del campo andaluz. Asaja ya ha solicitado un informe sobre el impacto de estas nuevas estrategias en colaboración con alguna universidad andaluza, se ha dirigido al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, y pide la implicación de todas las fuerzas políticas en el Parlamento andaluz. La situación afectará a toda España, aseguran.

Desde la patronal agraria sostienen que la pandemia que azota el mundo obligará a repensar muchas cosas y defienden que entre esas debería estar preservar la producción de alimentos dentro de la UE para no depender de terceros.

“Si la producción con estas medidas cae alrededor de un 25%, se encarecerá todavía más la cesta de alimentos y además terminaremos acudiendo a los productos que exporten terceros países donde sí que no hay ni controles sanitarios ni garantías sociolaborales.

Acabaremos contaminando más por la distribución de esos productos de terceros países de fuera de la UE. Cuando hablamos de un mercado de proximidad, de preservar la capacidad de producción europea, cuando la industria agroalimentaria, con reglas comunes dentro de la UE, se pone de ejemplo frente a lo que ha ocurrido con el material sanitario, no parece que tenga mucho sentido este hachazo verde desde Bruselas”, señalan desde Asaja.

Foto: Foto: Juan Bezos.
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El uso de fitosanitarios está ya “muy controlado”, defienden los agricultores, por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria. Y frente a las denuncias y quejas de los ecologistas, desde el campo plantan cara y apelan a datos como el esfuerzo de reconversión hacia una producción más sostenible que han hecho en las tres últimas décadas. “En los últimos 30 años, desde lo 90, los agricultores hemos hecho un esfuerzo muy importante. Las emisiones de gases de efecto invernadero se han reducido un 20% en agricultura y ganadería, mientras que la producción ha aumentado un 25%”, señalan desde Asaja.

Peticiones del Banco de Alimentos

Desde el sector agroalimentario advierten de que es el peor momento para estas nuevas medidas, que aún no tienen fecha de entrada en vigor y deberán traducirse en directivas comunitarias. Señalan que están recibiendo peticiones desesperadas ya desde el Banco de Alimentos para proveer de patatas o carne y avisan de la escalada de los precios. De momento el nuevo marco de la Política Agraria Común (PAC) entrará en vigor en 2022 y aunque los países contribuyentes iban a elevar su aportación conforme a su riqueza las caídas previstas en el PIB de los distintos países en plena emergencia sanitaria mundial llevan a pensar que las aportaciones caerán en números absolutos.

Foto: Cajera de un supermercado de Zaragoza. (EFE)

El parón de la economía en España, aseguran desde Asaja que ha demostrado que la contaminación de la agricultura o la ganadería es mínima. “Han desaparecido las boinas de contaminación de todas las grandes ciudades mientras que la producción agraria y ganadera estaba al máximo. Eso demuestra que la contaminación por ejemplo con CO2 de la ganadería supone un 7% frente a datos como el 27% del transporte, el 17,8% de la generación de luz eléctrica o el 19,9% de la industria”, defienden desde la patronal del campo andaluz.

Un plan para centroeuropa

Para Asaja la estrategia verde de Europa es “excesivamente preventiva” en el caso del campo español y está pensada para otro tipo de cultivos más al norte. Advierten de que reduciendo a la mitad el uso de fitosanitarios no podrán controlar plagas que requieren, avisan, de la combinación de dos productos diferentes. “En España no hace falta que nos obliguen a dejar un 10% sin cultivar porque no hay grandes extensiones de monocultivo de cereales, como ocurre en centroeuropa. Aquí un mismo agricultor puede combinar girasol, olivar o algodón, es habitual el barbecho y muchos campos son ya zonas refugio para la biodiversidad. No están pensadas para las características del campo español”, avisan los agricultores.

La producción agrícola ecológica, que deberá llegar al 25%, se sitúa ahora mismo en 9% y la superficie protegida en España, agregan, ya está por encima de lo recomendado, en un 30%”. Los tractores, advierten, volverán a salir a la calle pronto y el momento, admiten, no es el mejor para poner en riesgo la producción del sector primario.

En febrero, los tractores salieron a bloquear las carreteras españolas para decir basta. El campo se rebeló contra una política de precios que hundía al agricultor y le obligaba a producir a pérdidas en muchas ocasiones. Ardió el campo en España y lo hizo en Europa. Sus protestas quedaron acalladas por la pandemia de coronavirus. Entonces, los mismos tractores salieron a desinfectar los pueblos y también a arar los campos para garantizar que no hubiera desabastecimiento durante el confinamiento.

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