Por qué empresas extranjeras están comprando proveedores de Mercadona
Las fusiones de Bynsa con la belga United Petfood y de Ibersnacks con la francesa Europe Snacks son solo el principio. Anticipan futuras concentraciones continentales en la industria alimentaria
Los hijos de Mercadona se están haciendo mayores. Quizá no como para independizarse y romper el cordón umbilical con la cadena líder de supermercados en España (algo que quizá no ocurra nunca), pero sí lo suficiente como para necesitar crecer y explorar nuevos mercados. Dos empresas nacidas al arrullo de la compañía de Juan Roig acaban de anunciar sendos acuerdos de fusión con grupos análogos europeos. Primero fue Bynsa, hace menos de dos semanas. El fabricante de comida para mascotas comercializada bajo la marca Compy, con sede en Burgo del Ebro (Zaragoza), anunciaba su integración con la belga United Petfood, con presencia en Bélgica, Francia, Países Bajos y Polonia. Este mismo lunes, hacía lo propio Ibersnacks, el productor de patatas fritas y aperitivos de Medina del Campo (Valladolid), que ha firmado con Europe Snacks Kolak para crear un grupo transnacional en su segmento.
En la 'cadena trófica' del 'retail', la lucha por el céntimo tiene en el productor el eslabón más débil. Le obliga a ganar tamaño y ser mucho más eficiente
Las operaciones están cortadas por el mismo patrón. La integración no se produce por venta de participaciones, sino por canje de acciones. Los dueños de las dos empresas españolas se incorporarán como accionistas en los respectivos grupos resultantes, se respetarán las marcas y los equipos de gestión. Félix Eguía, alma máter de Ibersnacks tras comprar en 2009 la planta de Grefusa en Valladolid, seguirá al mando de las dos fábricas en España; mientras que Roger Mohr hará lo propio en Bynsa. Tampoco se contemplan cambios en las estructuras de las plantillas y Mercadona seguirá siendo comprador preferente. La consecuencia será el nacimiento de consorcios de mayor tamaño, con cifras de negocio conjunto de 275 millones para el fabricante de piensos para mascotas y de 350 millones para el resultante de los aperitivos, y lo que es más importante: muchos más clientes reales y potenciales con los que poder trabajar en un entorno europeo.
Las dos compañías españolas nacieron hace poco más de una década y han crecido tuteladas al calor de las necesidades de Mercadona, a la que servían casi en exclusiva. Pero el mercado es cambiente, no es estático, como tampoco lo es su principal comprador. Juan Roig está modificando su estrategia para ampliar referencias más allá de su marca blanca. Ha pasado de contar con fabricantes capaces de servir una gama amplia de productos a decantarse por lo que denomina "especialistas" en cada uno de ellos, dando entrada a nuevos productores. Del prusianismo espartano de la crisis, con Hacendado como estandarte, a la alegría contenida de la recuperación económica.
La tendencia es que existan fabricantes cada vez mayores que producen para varias marcas. Estas se dedicarán al 'marketing' y al desarrollo de producto
La mejora en la oferta en el lineal ha tenido consecuencias sobre la cuenta de resultados de algunos de sus proveedores históricos, que se han visto abocados a ponerse las pilas para no perder ventas, buscando nuevos nichos y clientes. Esta es la razón por la que no pocos fabricantes se han lanzado a explorar mercados internacionales. Enseñas como RNB exportan ya cosméticos al Reino Unido (Tesco) o Francia (Casino). Grupo Alimentario Citrus fabrica también sus potitos de fruta infantiles para el mercado británico e incluso tiene una referencia para Consum, la cooperativa valenciana de supermercados competencia de Mercadona.
Este giro entre los suministradores explica el amago de compra que inversores chinos hicieron por Incarlopsa, el productor manchego de carne porcina y jamones. La familia propietaria, Loriente Piqueras, negó en su momento la existencia de un acuerdo con un enigmático consorcio asiático denominado Kam Fung Group, pero en el sector se da por descontado que, como han hecho Ibersnacks o Bynsa, Incarlopsa está buscando su propio 'partner' foráneo, en su caso en el mercado con mayor potencial para su producto. China es el principal comprador de carne de cerdo española, por encima de los clientes tradicionales comunitarios como Francia e Italia.
En el nuevo entorno de necesidad de crecimiento, los 'hijos' de Mercadona son bocados muy apetecibles para fabricantes europeos en expansión
La internacionalización de estos fabricantes está relacionada a su vez con la propia evolución del sector de la distribución. Las cadenas de supermercados son cada vez mayores. Apenas van quedando ya grupos pequeños y la concentración es un hecho incuestionable. La mejor prueba de ello es el acuerdo que acaban de suscribir los gigantes Tesco y Carrefour para compartir su política de compras con el objetivo de proteger su espacio frente a la expansión de Lidl y Aldi en Europa central y Reino Unido o Mercadona en España. El mercado es abierto y existe una dura competencia que se traslada de forma inevitable a los márgenes.
La consecuencia será el nacimiento de consorcios de mayor tamaño con muchos más clientes reales y potenciales en un entorno europeo
"El sector de la distribución está cambiando. La tendencia es que existan fabricantes cada vez mayores que producen para varias marcas. Las marcas se van a dedicar al 'marketing' y al desarrollo de producto", afirman en fuentes del sector. Un ejemplo en el nuevo escenario es Persán, fabricante de detergentes y suavizantes para Mercadona bajo la marca Bosque Verde, que también sirve productos similares a Unilever y ha sido incluso sondeado por Amazon como proveedor de una gama de droguería, según avanzó 'El Economista'.
En la 'cadena trófica' del 'retail', esta lucha por el céntimo tiene en el productor el eslabón más débil. Le obliga a ganar tamaño y ser mucho más eficiente en sus costes y procesos. Desde esa perspectiva, la necesidad de crecer, un modelo de gestión testado y eficaz y la posibilidad de entrar en el mercado español y compartir conocimiento convierten a algunos de los 'hijos' de Mercadona en bocados muy apetecibles para fabricantes europeos en fase de expansión. Ibersnacks y Bynsa son solo el principio de un fenómeno que podría ir a más.
Los hijos de Mercadona se están haciendo mayores. Quizá no como para independizarse y romper el cordón umbilical con la cadena líder de supermercados en España (algo que quizá no ocurra nunca), pero sí lo suficiente como para necesitar crecer y explorar nuevos mercados. Dos empresas nacidas al arrullo de la compañía de Juan Roig acaban de anunciar sendos acuerdos de fusión con grupos análogos europeos. Primero fue Bynsa, hace menos de dos semanas. El fabricante de comida para mascotas comercializada bajo la marca Compy, con sede en Burgo del Ebro (Zaragoza), anunciaba su integración con la belga United Petfood, con presencia en Bélgica, Francia, Países Bajos y Polonia. Este mismo lunes, hacía lo propio Ibersnacks, el productor de patatas fritas y aperitivos de Medina del Campo (Valladolid), que ha firmado con Europe Snacks Kolak para crear un grupo transnacional en su segmento.
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