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Los datos de 2,5 millones de musulmanes a los que China controla, al descubierto
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por una filtración de una empresa de seguridad

Los datos de 2,5 millones de musulmanes a los que China controla, al descubierto

La filtración de datos de una empresa de reconocimiento facial deja al descubierto los datos personales de cerca de 2,5 millones de musulmanes sobre los que Pekín mantiene cierto control

Foto: Protesta para denunciar la represión que sufre la minoría musulmana uigur en China (EFE)
Protesta para denunciar la represión que sufre la minoría musulmana uigur en China (EFE)

La minoría musulmana uigur, concentrada en una región del oeste de China, siempre ha sido objeto de control por parte del gigante asiático. El pasado verano la vicepresidenta del comité de la ONU para la eliminación de la discriminación racial aseguró tener información creíble que indicaba que más de un millón de musulmanes están detenidos en 'centros contra el extremismo' en Xinjiang, y que cerca de dos millones han sido enviados a la fuerza a campos de reeducación. Ahora, la filtración de datos de una empresa de reconocimiento facial ha dejado al descubierto los datos personales de cerca de 2,5 millones de personas sobre las que el Gobierno chino mantiene cierto control, tal y como ha desvelado el investigador en seguridad Victor Gevers.

"Existe una compañía en China que se llama SenseNets que trabaja con un 'software' de inteligencia artificial basada en seguridad y que se utiliza en sistemas para reconocimiento facial, análisis de multitudes y verificación personal", explica Gevers, investigador en la fundación GDI, encargada de defender un Internet libre y abierto con base en la seguridad. El 'hacker' ha explicado que "los registros de millones de personas" son accesibles para cualquiera, registros que continenen "más de 2,5 millones de datos con información personal, como el carnet de identidad, con fecha de emisión y de caducidad, sexo, nación, dirección, fecha de nacimiento, foto personal, datos de la empresa para la que trabaja y ubicaciones en las que han estado las últimas 24 horas.

Esto implica un total control por parte del Gobierno de Pekín de estos cerca de 2,6 millones de personas que residen en esta región, en la que se concentran no solo los uigures sino otras minorías musulmanas. Las autoridades chinas acusan a la oposición uigur de tener vínculos con el terrorismo islámico internacional, mientras que la disidencia de esta zona asegura que las respuestas violentas registradas en esta zona son consecuencia directa de las políticas represivas del Estado chino. En octubre del año pasado, después de que se confirmara la existencia de estos 'gulags para musulmanes', el portavoz de Exteriores de China, Lu Kang, negó la existencia de estos 'campos de reeducación', que definió como "rumores y acusaciones infundadas", pero defendió todas las medidas que se toman en Xinjiang con el objetivo "de garantizar la seguridad y la estabilidad".

Xinjiang ha sido el principal campo de pruebas del Estado chino de integración de tecnología de reconocimiento facial en su aparato de seguridad. Según recoge el 'Financial Times', la mayor parte de los puntos de control de seguridad estacionados a lo largo de las carreteras de la región de Xinjiang utilizan este tipo de cámaras. Tanto es así que un periodista de Canadá publicó cómo había sido rastreado durante 1.600 kilómetros a través de una red de cámaras de reconocimiento de matrículas de vehículos. A este respecto, el propio Gevers ha elaborado un mapa donde se pueden consultar algunos de los rastreadores que están conectados a la base de datos de SenseNets y que forman parte de esta red de seguridad basada en inteligencia artificial.

placeholder Mapa con algunos de los rastreadores conectados a la base de datos de SenseNets (Victor Gevers)
Mapa con algunos de los rastreadores conectados a la base de datos de SenseNets (Victor Gevers)

"En China les gusta monitorizar todo. Han bloqueado el tráfico de Internet desde fuera de China a estos 'sistemas de monitorización de tráfico avanzados' que, con un 'proxy' chino, son accesibles y abiertos", explica Gevers. "En los últimos 17 días han sido rastreados más de 86 millones de 'objetos'. Solo en enero, fuero 386 millones". De hecho, existe desde hace años un proyecto denominado Skynet cuyo objetivo es tener cámaras de vigilancia que ofreden análisis en tiempo real de todo lo que ocurre en cada una de las ciudades del país para, según el Ejecutivo, "mantener la armonía y el orden social".

¿Por qué este control en zona uigur?

Si bien el control es una característica del Estado en toda la geografía china, en esta región está ciertamente marcado debido a la presencia de las minorías musulmanas. En 2014 el Gobierno chino decretó una "guerra popular contra el terrorismo" en Xinjiang, tendencia que se aceleró a finales de 2016 tras la llegada de Chen Quanguo, nombrado nuevo jefe del Partido Comunista Chino en la región, anteriormente responsable de aplastar la disidencia en el Tíbet. La región tiene una importancia estratégica para Pekín: con un tamaño como la mitad de la India y fronteras con ocho países, supone una pieza clave en la iniciativa One Belt One Road, el macroproyecto de infraestructuras para estimular el comercio y la exportación de bienes chinos a todo el mundo. Además, aloja las mayores reservas de gas natural y carbón del país.

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Pero Xinjiang es también una de las provincias más levantiscas de toda China: fue anexionada tan sólo en 1949, tras una breve existencia como estado independiente, la denominada República del Turkestán Oriental. En aquella, época, los chinos han, la etnia mayoritaria en China, suponían apenas un 5% del total de la población. Hoy, tras décadas de ingeniería demográfica e incentivación de la inmigración interna, las cifras están más cercanas a la mitad. Los uigures se quejan de la discriminación y los intentos de suprimir su identidad étnica y religiosa, que a menudo llevan a la marginación de la comunidad musulmana.

La minoría musulmana uigur, concentrada en una región del oeste de China, siempre ha sido objeto de control por parte del gigante asiático. El pasado verano la vicepresidenta del comité de la ONU para la eliminación de la discriminación racial aseguró tener información creíble que indicaba que más de un millón de musulmanes están detenidos en 'centros contra el extremismo' en Xinjiang, y que cerca de dos millones han sido enviados a la fuerza a campos de reeducación. Ahora, la filtración de datos de una empresa de reconocimiento facial ha dejado al descubierto los datos personales de cerca de 2,5 millones de personas sobre las que el Gobierno chino mantiene cierto control, tal y como ha desvelado el investigador en seguridad Victor Gevers.

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