España lidera el "exceso de muertes" de la segunda ola de covid-19 en Europa

En medio del caos de la primera ola del coronavirus, cientos de muertos se escapaban de las estadísticas, y una nueva métrica se convirtió en la métrica fetiche de los analistas: el exceso de mortalidad, que compara los muertos registrados (por cualquier causa) con la media estimada de los últimos años, considerada la base "normal". Entonces, entre marzo y mayo se registró un exceso de muertes de casi 170.000 personas en Europa. Tras lograr a base de confinamientos y otras medidas restrictivas controlar la primera ola, la segunda ha llegado ya con fuerza al continente. Y con ella vuelven las mismas métricas: nuevos contagios por 100.000 habitantes cada 7 o 14 días, tasa de ocupación de los hospitales, ocupación de las UCI... y empieza también a regresar el fantasma de las muertes asociadas al coronavirus.

"Las estimaciones agrupadas de mortalidad muestran un ligero aumento en el exceso de muertes [en Europa] que, sin embargo, se limita a unos pocos países", explican desde Euromomo, el portal de monitoreo de la mortalidad europea que agrupa información ofrecida por 24 países europeos por semanas. La última semana estudiada es la 42, del 12 al 18 de octubre. Y ese país que sube la media europea es España, prácticamente el único donde vuelve a crecer porcentualmente el exceso de muertes en las últimas semanas de octubre, aunque todavía muy lejos del pico que se vivió en marzo-abril.

Mientras la mayoría de países se encuentran todavía dentro de sus tasas de mortalidad habituales para octubre, España registra un aumento de más de 7.700 muertos extra desde el 1 de septiembre, junto a Bélgica y Países como las otras excepciones europeas que también empiezan a registrar pequeños picos, aunque menores que el de España.

Pero el crecimiento en el exceso de muertes que empieza a registrarse en España es también una premonición para el resto de países europeos. Mientras que en la primera oleada Italia vivía con dos semanas de adelanto frente a España y otros países europeos, en esta ocasión es España el oráculo de lo que puede pasar. "Abrimos antes que otros y ahora somos el canario en la mina", apuntaba la ministra de Exteriores Arantxa González Laya en una entrevista con El Confidencial.

Dos semanas de retraso

Países como Francia y Reino Unido ya empiezan a registrar números muy altos de nuevos contagios, e incluso Alemania o Italia, que parecía que pasaban sin grandes picos esta segunda ola registran ya miles de diagnósticos diarios, superiores incluso a los registrados oficialmente durante la ola de primavera. Mientras los números de hospitalizaciones suben en toda Europa, las muertes tardarán en producirse un par de semanas más, pero aumentarán. En algunos países ya lo están haciendo: este martes Reino Unido ha registrado 367 fallecimientos, una cifra que no se veía desde mayo.

Bélgica, que se ha convertido en el país europeo con más nuevos contagios por cada 100.000 habitantes, con la región de Valonia como "la nueva Lombardía", ya empieza a acusar la tensión en los hospitales. Los ingresos crecen a un ritmo semanal del 88% y se quedarán si camas de cuidados intensivos en dos semanas, según las autoridades sanitarias. En Francia, hay hoy día siete veces más ingresados por covid-19 en los hospitales, y cuatro veces más en las UCI, que cuando se decretó el confinamiento el 17 de marzo. En Países Bajos, algunos hospitales fronterizos están empezando a derivar pacientes graves a hospitales alemanes.

¿Por qué si las muertes están ya aumentando en Europa apenas se reflejan todavía en el "exceso de muertes", en comparación con las casi 170.000 muertes "extra" que se produjeron en el primer pico de la pandemia? Además del retraso en los registros y agrupación de este tipo de estadísticas, ya que los fallecimientos pueden tardar semanas antes de actualizarse en las bases de datos nacionales, el exceso de muertes registra todas los fallecimientos tengan la causa que tengan, mientras que para achacar una muerte al coronavirus la mayoría de los países requieren que haya sido diagnosticada con el covid-19 antes de morir.

En la primera ola, miles de muertes de covid-19 pasaron desapercibidas porque no estaban diagnosticadas (en medio de la inicial escasez de test y el caos en los hospitales y residencias de ancianos). En esta segunda, se escapan menos sin diagnosticar. Es decir: aunque las cifras de muertos diarios empiecen a acercarse o incluso superar a las registradas en primavera, estará todavía muy lejos de ese tremendo pico de casi 170.000 muertes extras que se produjeron en Europa entre marzo y abril.

En este primer pico, entre marzo y junio (con las semanas más fatídicas -13, 14 y 15- entre marzo y principios de abril), los países más afectados serian España, Italia y partes del Reino Unido. Desde el inicio de la pandemia, el Instituto de Salud Carlos III calcula un exceso de mortalidad de 57.800 en España, frente a las 35.298 (con un rango hoy día de unas 200 nuevas muertes diarias) registradas oficialmente. Por supuesto, no todo el exceso de muertes corresponde automáticamente al covid-19: también se añadirían cientos de muertes asociadas a la congestión de los hospitales y el confinamiento, como enfermedades sin tratar o diagnosticadas tarde.