EEUU suministra todo un cóctel de fármacos a través del agua del grifo

Un gran colección de productos farmacéuticos, incluidos antibióticos, anticonvulsivos, estabilizadores de humor y hormonas, han sido hallados en el agua potable suministrada a 41 millones de estadounidenses, según recoge el diario New York Times haciéndose eco de una investigación de la agencia Associated Press. Las concentraciones de estos medicamentos es pequeña, se mide en cantidades mil millonésimas, con respecto a los niveles medicados a los pacientes. Por su puesto, las autoridades públicas insisten en que el agua es segura.

Pero la presencia de tantos fármacos de prescripción, e innumerables sustancias como el ibuprofeno, en el agua que beben los ciudadanos empieza a preocupar a los científicos por las consecuencias que pueda tener en la salud de las personas a largo plazo.

En el transcurso de cinco meses de investigación, el equipo de AP descubrió que estos medicamentos han sido detectados en el agua potable de 24 grandes ciudades, desde el Sur de California al Norte de Nueva Jersey, desde Detroit a Louisville.

Los proveedores de agua apenas revelan los resultados de exploraciones químicas, a menos que estén bajo presión. Por ejemplo, el representante del grupo más importante de suministradores de agua de California dijo públicamente “no saber cómo interpretar la información” y no mostró preocupación en absoluto.

¿Cómo llegan los fármacos al agua?

La gente toma pastillas. Sus cuerpos absorben parte de la medicación, pero el resto se va por el retrete. Las aguas residuales son tratadas antes de ser descargadas en los embalses, ríos o lagos. Sin embargo, la mayoría de esos tratamientos no eliminan todos los residuos de medicamentos.

Y mientras los investigadores no conocen aún los riesgos exactos de décadas de permanente exposición a tan aleatorias combinaciones de de medicamentos, aunque sea en bajos niveles, estudios recientes que han pasado inadvertidos para la población defienden la existencia de alarmantes efectos en las células humanas y en la flora y fauna. “Nos damos cuenta que es una preocupación creciente y nos lo estamos tomando muy en serio”, asegura Benjamín H. Grumbles, asistente para la administración de agua de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos.

Miembros del equipo nacional de investigación de AP revisó cientos de trabajos científicos, análisis y tablas de datos, visitó webs de estudios medioambientales y tratamientos de plantas y entrevistó más de 230 miembros de la Administración, académicos y científicos. Ellos también inspeccionaron en 50 grandes ciudades estadounidenses y una docena de los mayores proveedores de agua, así como pequeños suministradores en todos los estados.

Datos por ciudades

En Philadelphia se descubrieron 56 sustancias provenientes de medicamentos en aguas tratadas, incluyendo analgésicos, antibióticos, contra el colesterol, asma, epilepsia, enfermedades mentales y problemas cardiacos. Sesenta y tres productos se encontraron en el agua de las ciudades. Antiepilépticos y ansiolíticos fueron detectados en los grifos de 18,5 millones de habitantes en el Sur de California.

Los investigadores del Instituto Geológico norteamericano analizaron el líquido elemento que consumen 850.000 personas en el Norte de Nueva Jersey y hallaron fármacos contra la angina de pecho y estabilizadores de comportamiento. Una hormona fue detectada en el agua potable de San Francisco. En Washington D.C., restos de seis fármacos.

La situación es indudablemente peor que la relatada por las test con resultado positivo en las poblaciones más importantes documentados por el equipo de AP. El Gobierno federal no ha requerido ninguna comprobación y no ha impuesto ningún límite de tolerancia a estas sustancias en el agua. De los 62 proveerdores más importantes contactados, el agua potable sólo fue testada en 28.