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El Doce de Octubre, condenado por la muerte de un bebé en 2004 infectado por una bacteria
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El Doce de Octubre, condenado por la muerte de un bebé en 2004 infectado por una bacteria

Irene fue un bebé prematuro y con problemas de salud. Pero murió a los pocos días de nacer por una infección de la bacteria pseudomona aureginosa,

Foto: El Doce de Octubre, condenado por la muerte de un bebé en 2004 infectado por una bacteria
El Doce de Octubre, condenado por la muerte de un bebé en 2004 infectado por una bacteria

Irene fue un bebé prematuro y con problemas de salud. Pero murió a los pocos días de nacer por una infección de la bacteria pseudomona aureginosa, también común en las Unidades de Cuidados Intensivos como la ya archiconocida acinetobacter baumanii. Este suceso ocurrió en el Hospital 12 de Octubre en mayo de 2004 y, ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha condenado al centro a indemnizar a los padres de la niña con 90.000 euros por daño moral. La sentencia, consultada por El Confidencial, data del pasado 17 de abril de 2008 y fue notificada el 5 de mayo. Este caso se suma a los denunciados recientemente en el mismo hospital: 18 fallecimientos por acinetobacter baumanii y el último, conocido ayer, por stafilococo aureus. Tres bacterias cuyo descontrol le va a costar caro a la Sanidad madrileña, aunque sin parangón con el coste personal de las familias afectadas.

En el caso de la pequeña Irene, los padres denunciaron su muerte porque se debió a “una infección intrahospitalaria mediante el contagio de la bacteria pseudomona aureginosa, tratándose de un suceso evitable y previsible”. Así las cosas, en el 12 de Octubre “se expuso a una persona con un alto riesgo de contagio a dos intervenciones, una de ellas no necesaria y sin informar de ello a los progenitores, quienes de conocerlo no habrían asumido el riesgo”. Además, “existió en las mismas fechas en el centro sanitario un contagio masivo de la misma bacteria que causó más muertes”, aseveración que se demostró en la vista con un informe pericial, informes clínicos y copias de literatura médica.

Por su parte, la letrada que representó a la Comunidad de Madrid en defensa del hospital alegó que el fallecimiento se debió al mal estado de salud de la pequeña por el que no respondió al tratamiento antibiótico. Este argumento sirvió en un primer momento para desestimar la denuncia ante la Administración madrileña mediante el silencio administrativo, pero el TSJM sí ha encontrado motivo para que los progenitores sean resarcidos por daños morales.

Según médicos consultados, las infecciones nosocomiales (adquiridas durante la hospitalización) son comunes, “un caballo de batalla frecuente en la UVI” y diversos estudios clínicos indican que suponen hasta el 30% de las infecciones que tienen los pacientes en un hospital. Es decir, de cada tres infectados en un hospital, un enfermo ha sido infectado dentro del centro. Sin embargo, los mismos expertos señalan a este diario que “no es de recibo que conociendo la existencia de una bacteria, con evidencias de contagio, se tarde en tomar medidas tajantes”. La norma que rige en otros países de la Unión Europea y Estados Unidos es la clausura de las UVI hasta que ha sido erradicada la infección porque, de lo contrario, “los pacientes y el propio personal sanitario sirven de vínculo para perpetuar la infección”.

La tercera bacteria conocida en un mes

La Asociación el Defensor del Paciente dio a conocer ayer un nuevo caso de infección mortal en el 12 de Octubre y por una tercera bacteria, el stafilococo aureus. Así las cosas, esta agrupación ha instado a la Fiscalía General del Estado a que “tome medidas inmediatas por unos hechos que se repiten de forma constante. Es inexplicable que un paciente acuda al hospital por un mareo y contraiga esta bacteria mortal a través de la vía que le colocan”.

En este caso, se trata de un varón de 69 años y falleció el pasado viernes. Según el relato de una de sus hijas, “la primera información que recibimos del médico aquella madrugada es que a primera vista mi padre ha sufrido un desmayo por tener el potasio bajo aunque se le subiría a planta para seguir haciéndole pruebas. El sábado 29 de marzo por la tarde, es subido a la planta 15 de medicina interna donde pasará dos semanas. En la primera de ellas, mi padre se va recuperando poco a poco y desde el jueves 3 de abril, ya estaba paseando por la planta”.

“Durante aquella semana a mi padre le sometieron a diversas pruebas y también tenía más de un catéter puesto. En la noche del 6 de abril mi padre vomitó y sufrió un desvanecimiento. Al día siguiente, estaba postrado en la cama con mucha dificultad respiratoria. No podíamos creerlo”. El hospital no daba información a la familia, pero el paciente empeoró día a día. Hasta el 13 de abril, ya en la UCI, los facultativos del 12 de Octubre no admiten que tiene una “infección en la sangre provocada por una bacteria que se había introducido en su cuerpo a través de los catéter y agujas. Su estado era muy grave”. Dejó de respirar “poco a poco” hasta su fallecimiento el 16 de mayo.

Actuación del hospital

Las dudas sobre la actuación de la dirección del 12 de Octubre con respecto a los 18 fallecidos en 2006 por acinetobacter baumanii continúan en entredicho. Representantes de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica niegan la total relación causa-efecto del brote con las muertes y que “el revuelo generado ha sido exagerado”. Sin embargo, el hospital ya ha sido condenado (caso de la pequeña Irene) por una infección bacteriana y el conocimiento público de las letales infecciones nosocomiales de acinetobacter baumanii han animado a algunas familias a pedir explicaciones hasta las últimas consecuencias.

Irene fue un bebé prematuro y con problemas de salud. Pero murió a los pocos días de nacer por una infección de la bacteria pseudomona aureginosa, también común en las Unidades de Cuidados Intensivos como la ya archiconocida acinetobacter baumanii. Este suceso ocurrió en el Hospital 12 de Octubre en mayo de 2004 y, ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha condenado al centro a indemnizar a los padres de la niña con 90.000 euros por daño moral. La sentencia, consultada por El Confidencial, data del pasado 17 de abril de 2008 y fue notificada el 5 de mayo. Este caso se suma a los denunciados recientemente en el mismo hospital: 18 fallecimientos por acinetobacter baumanii y el último, conocido ayer, por stafilococo aureus. Tres bacterias cuyo descontrol le va a costar caro a la Sanidad madrileña, aunque sin parangón con el coste personal de las familias afectadas.