El 'anzuelo', el archivo Tsarnaev y otras preguntas sin respuesta de los atentados

Las incógnitas que todavía planean sobre los atentados de Boston han dado rienda suelta a todo tipo de especulaciones, hipótesis sin confirmar y, cómo no, teorías de la conspiración que han alentado medios de comunicación e, incluso, algún que otro congresista norteamericano. Demasiadas preguntas sin respuesta que se complican por el inusual modus operandi y perfil de los asesinos, quienes habrían causado tres muertos y un centenar de heridos. No en vano, los servicios de inteligencia se han referido a los autores de los atentados, los hermanos Tsarnaev, como los máximos exponentes del “nuevo terrorismo”.

La advertencia rusa que desoyó la inteligencia norteamericana

Los servicios secretos rusos ya dieron la voz de alarma al FBI en 2011, después de que el hermano mayor abatido el pasado viernes por la policía, Tamerlan Tsarnaev de 26 años, permaneciese durante seis meses en la República de Chechenia, su región natal, y en la vecina República de Daguestán. Según la información proporcionada por el Kremlin, Tamerlan era un islamista radical y un ferviente creyente desde su conversión a finales de 2010, momento que coincidió con su viaje a la región caucásica “para unirse a grupos clandestinos sin determinar”.

Dos agentes federales interrogaron al potencial terrorista y a su familia cuando regresó a los EEUU, donde vivía desde 2003 en condición de refugiado, pero no encontraron evidencias de radicalización en su conducta ni intuyeron ningún tipo de amenaza. Un juicio precipitado para el grupo de amigos del hermano menor, Dzhokhar Tsarnaev de 19 años, quienes aseguran que sufrió un lavado de cerebro por parte de Tamerlan.

En los últimos meses, éste se abrió una cuenta en Twitter con un pseudónimo mediante el que realizó comentarios de tipo religioso y político, citó a líderes salafistas y frecuentó foros yihadistas. Ahora, el FBI trata de interrogar a Dzhokhar, capturado con vida aunque sin facultad para hablar debido a una lesión de bala en la garganta, para determinar sus posibles vínculos con grupos extremistas.

Por qué el FBI no reveló el archivo Tsarnaev sobre la conexión chechena

En un informe publicado ayer por el diario Wall Streen Journal se demuestra que los servicios de inteligencia rusos advirtieron a sus homólogos en Estados Unidos que Tsarnaev se reunió con un "combatiente" checheno el año pasado. Los supuestos contactos, que se habrían realizado en Daguestán, incluyen al menos seis reuniones entre Tamerlan Tsarnaev y el presunto combatiente anónimo.Una información que, según las autoridades norteamericanas consultadas por el diario, no fue recibida antes de los atentados, un extremo que, dicen, tratarán de demostrar durante los próximos días.Los servicios secretos rusos informaron que Tamerlan se había unido a grupos terroristas chechenos

La continua "obsesión" de Rusia con el terrorismo checheno es una cuestión que, históricamente, ha llevado al FBI y a la CIA a coger con pinzas cualquier información proporcionada al respecto. Así lo asegurba Michael Hayden, ex director de la Agencia Nacional de Seguridad y de la CIA, al diario The Daily Beast: "Los servicios secretos rusos tratan de echar el guante a cientos de chechenos. Pero ni todos son terroristas ni todos son peligrosos para los Estados Unidos".

Es alrededor de esta cuestión sobre la que surgen los dos primeros interrogantes que han alimentado las críticas al FBI por parte de varios congresistas republicanos. ¿Por qué ha fallado la estrategia antiterrorista y cómo han podido conseguir tal cantidad de armas y explosivos sin ningún tipo de ayuda?

Rezwan Ferdaus, el “anzuelo” que despejó el terreno a los Tsarnaev

La oficina en Boston del FBI dio carpetazo al operativo de vigilancia de los hermanos Tsarnaev cuando un informante los alertó de las intenciones del joven musulmán Rezwan Ferdaus para colocar bombas en la ciudad y en Washington, en el Capitolio. Fue entonces cuando los agentes se volcaron en la investigación de este segundo sospechoso excluyendo la posibilidad de atentar del checheno. Según el experto en terrorismo de la Universidad de Berkeley, Trevor Aaronson, quien recientemente ha publicado el libro The Terror Factory: Inside the FBI's Manufactured War on Terrorism (Ig Publishing), este giro en la investigación pudo ser un gran error, posiblemente, encubierto: “No están claras las informaciones que el FBI pudo haber obtenido de los interrogatorios con Tamerlan, a pesar de que descartasen potenciales amenazas terroristas”.

Aaronson se muestra convencido sobre el “anzuelo” que pudo significar Ferdaus, pues “si era totalmente inverosímil que pudiese destruir el Capitolio con un avión teledirigido cargado con granadas, más lo era la posibilidad de que, en solitario y sin recursos económicos, consiguiese las armas y explosivos necesarios”. Cuando la policía detuvo a Ferdaus, este se reconoció culpable y fue sentenciado a 17 años de prisión.

En el caso de los hermanos Tsarnaev, el especialista en terrorismo tampoco esconde sus dudas sobre la capacidad de los asesinos para conseguir las armas y explosivos. Ni disponían de recursos económicos suficientes ni contaban con licencia de armas. A pesar de ello, fueron capaces de hacerse con varias granadas, material explosivo y cuatro armas de fuego, por lo que para Aaronson es evidente que hay terceras personas implicadas en los atentados.

La respuesta oficial ofrecida por las fuerzas de seguridad es que los terroristas llevaron a cabo los atentados siguiendo un manual de Al Qaeda publicado en internet. El alcalde de Boston, Thomas Menino, descartó que los chechenos perteneciesen a alguna red terrorista organizada: “Toda la información que tengo es que estos dos individuos actuaron solos”, según declaró a la cadena ABC News.

El “ensayo general” de los atentados se produjo en el pasado mes de marzo

Una información ofrecida el pasado 27 de marzo en la edición local de Boston del canal CBS se hacía eco de que la policía estaba siguiendo la pista de los autores de la colocación de bombas caseras en una carretera y un bosque cercano a la ciudad. La noticia iba acompañada de los testimonios de varios vecinos, que aseguraron haber escuchado detonaciones seguidas de fuertes destellos de luz. Las autoridades no escondieron su preocupación por la “facilidad para obtener componentes explosivos en internet”.

Algunos medios norteamericanos han recuperado esta información a raíz de los atentados, aumentando así las dudas sobre la eficacia de los servicios antiterroristas. Sin embargo, aún no se ha podido establecer ninguna vinculación entre la colación de estas bombas, que la policía logró encontrar antes de que explotasen, y lo atentados mortales de Boston. Una duda que se espera resolver en los interrogatorios a Dzhokhar.

La perpleja actitud de los terroristas antes y después de los atentados

Si algo está claro en estos momentos al respecto de los hermanos Tamerlan es que actuaron como auténticos chapuzas por suerte y gracia. Ni trataron de huir de la ciudad tras los atentados, ni camuflaron su rostro para evitar ser reconocidos por las cámaras de seguridad próximas a las zonas de las detonaciones, ni siquiera reunieron dinero para escapar. Una falta de planificación total que contrasta con el sangriento resultado de una acción que los servicios secretos no supieron identificar.Durante los tres días después del atentado los terroristas siguieron con sus rutinas habituales

Precisamente, fue la falta de dinero de los autores del atentado lo que facilitó su captura por parte de las autoridades. Tres días después de los atentados, los hermanos Tamerlan secuestraron al conductor de un vehículo, al que supuestamente se presentaron como los autores del atentado, y lo obligaron a retirar dinero en efectivo de un cajero. La víctima les proporcionó todo lo que pudo, pues su tarjeta estaba limitada en 800 dólares diarios. Sin embargo, acudieron a otro cajero para intentar retirar más dinero, por lo que el banco geolocalizó estas entidades como posible punto de hurto y le facilitó la información a la policía.

Cuando se percataron que era inútil retirar más dinero acudieron a una estación de servicio para comprarse un bocadillo. Fue entonces cuando el rehén logró huir y avisar a la policía por teléfono. El móvil que el dueño del vehículo se dejó en su interior facilitó aún más la búsqueda de los fugitivos gracias al GPS que llevaba incorporado.

La reacción inesperada de los chechenos llamó la atención a sus familiares y amigos cercanos, pues durante los días inmediatamente después al atentado siguieron con sus rutinas habituales: ir a clases, al gimnasio, a una fiesta en el campus universitario y hasta llevar el coche al taller.

El segundo atentado fallido en Nueva York no estaba planificado

La falta de dinero y la normalidad del día a día en la que se inmiscuyeron los hermanos Tamerlan generan dudas entre algunos comentaristas sobre sus intenciones de querer cometer un segundo atentado en Nueva York, como le habrían confesado al rehén, según la versión de este último.

La propia policía aseguró el pasado domingo que tenían “las suficientes evidencias para confirmar que los detenidos estaban preparando más ataques terroristas” pues contaban con un pequeño arsenal de armas de fuego, municiones y bombas sin detonar.

Las lagunas que dan rienda suelta a teorías de la “falsa bandera”

Los cabos sueltos que han dejado los atentados de Boston han dado pábulo a todo tipo de teorías conspirativas. El debate en la red gana intensidad a medida que pasan los días y los foros sobre estas cuestiones (principalmente 4Chan, la cuna de Anonymus) han registrado una actividad inusitada. Los internautas más activos incluso han creado grupos de trabajo para llevar a cabo indagaciones colaborativas por su cuenta. Precisamente, ha sido a través de estos grupos que han surgido las conclusiones más disparatadas.

Uno de los hechos aún sin explicación oficial que más controversia está generando en estos foros es la presencia de dos paramilitares de la empresa de seguridad privada Craft International, a pocos metros de la zona de detonación de las bombas. En las imágenes de las cámaras de seguridad utilizadas por los internautas para identificarlos, se puede comprobar que sus gorras llevan el logo de la compañía.La red se ha convertido en el terreno de actuación de los defensores de las teorías conspirativas

Ambos individuos aparecen en las imágenes portando dos mochilas negras justo antes de las explosiones en el mismo lugar de la detonación, mientras que después se les puede ver huyendo sin una de las mochilas. En cambio, “a los cabeza de turco se les ve en las imágenes con una mochila blanca y otra gris, mientras que la bomba detonó en una negra”.

Ni las autoridades ni la empresa de seguridad han querido dar informaciones al respecto de la presencia en la zona de estos paramilitares, conocidos por ser contratados por la administración estadounidense para participar en misiones de alto riesgo en Irak y Afganistán. Un silencio que no ha hecho más que reforzar la paranoia de la población con mensajes repetidos hasta la saciedad del tipo: “Lo de Boston es un ataque escenificado, una falsa bandera. La gente muerta y los heridos son reales, pero el atentado fue planificado”.

Photoshop, redes sociales y Youtube, caldo de cultivo para la paranoia

Otro de los usuarios más activos del foro 4Chan publicó un mensaje, tan solo unas horas después del atentado, en el que vierte una serie de predicciones que el pasado viernes estuvieron a punto de convertirse en trending topic: “Trabajo en una comisión de seguridad y sé que intentarán culpar a un joven de unos 20 años aduciendo que lo hizo porque era una persona inestable psicológicamente”. Además continúa explicando que “no encontrarán al sospechoso hasta finales de esta semana, posiblemente el viernes”.

El canal  de Youtube también se ha convertido en un terreno abonado a las teorías de la conspiración donde han comenzado a correr como la pólvora todo tipo de vídeos. La mayoría de ellos se centran en los movimientos de los miembros Craft International presentes en la zona de los atentados. Otros ponen en entredicho que uno de los heridos, un veterano de guerra, perdiese dos piernas en el atentado. Para ello, aportan imágenes antiguas retocadas por ordenador, en las que el herido aparece en silla de ruedas ya sin piernas.

La lista de supuestos implicados en el ataque terrorista es casi tan amplia como el número de personas que los presenciaron. Así, ni siquiera Carlos Arredondo, apodado ya por la prensa como el “héroe cowboy” por ayudar a los servicios de emergencia médica, se libra de las sospechas de estos internautas. Y es que varios vídeos lo identifican como un infiltrado de la policía.