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No creas todos los mitos de la alimentación: la sal no engorda realmente
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“ES IMPOSIBLE PORQUE NO TIENE CALORÍAS”

No creas todos los mitos de la alimentación: la sal no engorda realmente

Muchas dietas señalan a la sal como culpable de engordar y de retener líquidos, pero la evidencia científica y los nutricionistas niegan que sea así

Foto: Las verduras suelen abundar en todas las dietas bajas en sodio. (Corbis)
Las verduras suelen abundar en todas las dietas bajas en sodio. (Corbis)

Aunque el interés por la forma en que nos alimentamos se encuentra en aumento durante los últimos años, debido al auge de las dietas de pérdida de peso y las diferentes alarmas alimenticias que saltan de vez en cuando a los medios de comunicación, aún seguimos creyendo en determinados mitos que la ciencia ha demostrado falsos. Con el objetivo de aclarar determinadas cuestiones, el periodista Antonio Ortí, al que entrevistamos en su día, y las expertas en nutrición Ana Palencia y Raquel Bernacer han publicado Comer o no comer. Falsedades y mitos en la alimentación (Planeta), que recoge 98 de estas creencias erróneas. A continuación reproducimos el mito que tiene que ver con la hipotética cualidad ensanchante de la sal.

Salario, ensalada, salobre, Salzburgo…, todas estas palabras provienen de sal. Incluso alguna otra, como salsa, que al principio significaba «lugar o cosa llenos de sal» y posteriormente «composición líquida y condimentada para aderezar la comida», según recoge el Breve diccionario de la lengua española (Gredos, Madrid, 1973) de Joan Corominas.

Una persona engorda por el conjunto de alimentos que consume y no por uno solo

La sal siempre ha tenido vida propia. A lo largo de la historia ha sido utilizada como moneda, de amuleto (los romanos acostumbraban colocar sal en los labios de los niños durante el período de lactancia para protegerlos del peligro), para sazonar los alimentos y para conservar las carnes muertas. Sin embargo, pese a que hasta hace no tanto estaba muy bien considerada (se dice que una persona es salada cuando tiene gracia y agudeza), en la actualidad parece imponerse el significado original del término latino sal: «turbio», «gris sucio». El motivo es conocido: desde 1960 se registra un consumo excesivo, muy por encima de los cinco gramos diarios que recomiendan los expertos. En ese sentido, tomar más de esa cantidad puede resultar un factor de riesgo para desarrollar dolencias cardiovasculares (como ictus e infartos) o hipertensión arterial.

Esto ha llevado a que se diga que la sal engorda, pese a que no tiene calorías, o a que algunas dietas milagro la culpabilicen de «retener los líquidos» y de provocar sobrepeso, cuando una persona engorda por el conjunto de alimentos que consume y no por uno solo. Con todo, en España se consume casi el doble de sal de la necesaria, razón por la que el Ministerio de Sanidad y Consumo ha firmado en los últimos años acuerdos con la Ceopan, la Confederación Española de Detallistas de Carne (Cedecarne), la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac) y con la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) con el fin de que la industria alimentaria reduzca paulatinamente la cantidad de sal de algunos productos.

¿Cuánta sal necesita una persona diariamente como mínimo?

Aunque depende de las características personales, del grado de actividad física e incluso del clima, se admite que una persona adulta que trabaja y hace una vida normal necesita un mínimo de entre dos y tres gramos de sal diarios. Al respecto, es normal perder entre 0,4 y un gramo de sal cuando se está activo físicamente. (Fuente: Asociación de Productores de Sal Europeos)

El experto dice…

“Es completamente falso que la sal engorde por la sencilla razón de que no tiene calorías. Tampoco es verdad que contribuya a la retención de líquidos, como se dice también, siempre y cuando el consumo sea razonable: por debajo de cinco gramos diarios. Al final, todo es un problema de dosis”, resuelve Jesús Honorato, director del Servicio de Farmacología de la Clínica Universitaria de Navarra.

Aunque el interés por la forma en que nos alimentamos se encuentra en aumento durante los últimos años, debido al auge de las dietas de pérdida de peso y las diferentes alarmas alimenticias que saltan de vez en cuando a los medios de comunicación, aún seguimos creyendo en determinados mitos que la ciencia ha demostrado falsos. Con el objetivo de aclarar determinadas cuestiones, el periodista Antonio Ortí, al que entrevistamos en su día, y las expertas en nutrición Ana Palencia y Raquel Bernacer han publicado Comer o no comer. Falsedades y mitos en la alimentación (Planeta), que recoge 98 de estas creencias erróneas. A continuación reproducimos el mito que tiene que ver con la hipotética cualidad ensanchante de la sal.

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