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El misterioso juego que ha aparecido en las tumbas chinas de hace 2.000 años
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DESCUBIERTO UN NUEVO TABLERO de liubo

El misterioso juego que ha aparecido en las tumbas chinas de hace 2.000 años

Es uno de los juegos de mesa más antiguos de la historia y, además, uno de los más complejos. Su importancia debía ser tremenda, pero nadie sabe cómo se jugaba y, sobre todo, para qué

Foto: Dos estatuas de aristócratas jugando al Liubo, halladas en un enterramiento del periodo de la dinastía Han del Este (25–220 a.C)
Dos estatuas de aristócratas jugando al Liubo, halladas en un enterramiento del periodo de la dinastía Han del Este (25–220 a.C)

“Luego, con dados de bambú y piezas de marfil comienza el juego de Liu Bo;

Se toman los bandos; avanzan juntos; se amenazan entre sí intensamente.

Las piezas se convierten en reyes y la puntuación se dobla. Surgen gritos de “¡cinco blancas!”

'Invocación del alma', Las Elegías de Chu (Siglo III a.C)

Esta indescifrable descripción del juego de Liubo es uno de los más completos testimonios que se conservan sobre las reglas del que fue uno de los mayores divertimentos de China durante la dinastía Han (202 a.C – 220 d.C), un popular pasatiempo con implicaciones religiosas e, incluso, políticas, cuyas reglas y función ritual nadie ha sido capaz de definir hasta la fecha.

Un equipo de arqueólogos chinos ha anunciado esta semana el descubrimiento de un nuevo set de juego, uno de los más bellos encontrados hasta la fecha, en una tumba en la ciudad china de Qingzhou, de unos 2.300 años de antigüedad. El hallazgo está compuesto por un dado de 14 caras elaborado con el diente de un animal, 21 piezas rectangulares con inscripciones numéricas y una baldosa rota que debió formar parte del tablero del juego.

El juego fue hallado junto al esqueleto del que parece ser un saqueador de tumbas, que no logró salir del lugar cuando intentó robar el mausoleo

El azulejo, que ha sido reconstruido, “está decorado con dos ojos, rodeados por figuras de nubes y truenos”, explican los arqueólogos en un artículo sobre la excavación que acaba de publicarse en la revista 'Chinese Cultural Relics'. El dado, de una enorme complejidad para la época, está numerado del uno al seis, en un antiguo estilo de caligrafía china conocido como la “escritura de sello”. Cada número aparece dos veces y dos de las caras están en blanco.

El juego fue hallado junto al esqueleto del que parece ser un saqueador de tumbas, que no logró salir del lugar cuando intentó robar el mausoleo.

Un antiquísimo misterio

El hallazgo no hace más que añadir interrogantes al misterioso Liubo, uno de los más antiguos juegos de mesa de la historia que sorprende, además, por su complejidad. Pese a que se han encontrado numerosos tableros y piezas y hay decenas de documentos en los que se habla del mismo, nadie ha sido capaz de descifrar sus reglas.

Sí sabemos que el nombre de Liubo proviene del chino 'liu' (“seis”) y 'bo' (“varas”). El juego se empezó a practicar en China en el periodo de los Reinos Combatientes, en el siglo IV a.C (y puede que antes) pero se hizo inmensamente popular durante la dinastía Han (202 a.C – 220 d.C) para desaparecer en torno al 500 d.C sin dejar rastro, posiblemente cuando empezó a arrasar el juego del Go.

Durante la dinastía Han del Este, los aristócratas solían ser representados en sus tumbas jugando al Liubo, que tenía una importancia central

En 1973 se encontró lo que parece un set completo de juego en una tumba del siglo II a.C situada en la ciudad de Mawangdui. Y ríete del Catán. Se trata de una caja lacada de casi medio metro que incluye un tablero, 12 piezas de marfil de forma cúbica, 20 piezas de marfil rectangulares (seis negras y seis blancas), 30 fichas de marfil en forma de barra, 12 varillas de marfil, un cuchillo de marfil, un rascador de marfil y un dado de 18 caras, numeradas del 1 al 16 y con dos caracteres que significan “ganas” y “pierdes”.

Se cree que la tumba en la que se encontró el set completo perteneció al marqués de Dai. La mayoría de los arqueólogos piensan que la presencia del Liubo en los enterramientos de las personalidades de la época se debe a que estos buscaban crear un ambiente aristocrático para la otra vida y el juego era parte inseparable de su ocioso día a día.

Durante su época de esplendor, el Liubo debió ser el principal pasatiempo de las clases pudientes, y se representa con mucha frecuencia en cerámicas para las tumbas, relieves de piedra, poemas y textos de todo tipo. En un periodo concreto, durante la dinastía Han del Este, los aristócratas solían ser representados en sus tumbas jugando al Liubo, a veces dentro de una escena en la que figuraban otras actividades pero, en muchas ocasiones como elemento central, lo que evidencia la enorme importancia que debía tener el juego en la época, no sólo como pasatiempo sino también como elemento ritual.

Teorías sobre sus reglas y función

Como todos los juegos de mesa, es muy posible que el funcionamiento del Liubo cambiara a lo largo de su historia y convivieran incluso varias formas de practicarlo al mismo tiempo –algo muy probable dada la presencia de documentación contradictoria–; pero existen varias teorías sobre sus reglas básicas.

Hay investigadores que creen que el juego fue el precursor directo del ajedrez chino, o Xiangqi, y se trataría por tanto de un juego de batalla. Aunque nadie descarta que el Liubo hubiera influido de alguna manera en la creación del Xiangqi (por ejemplo, a través de las marcas del tablero, la presencia de un río o de un rey y cinco peones) en la actualidad la teoría con más aceptación es la de que se trataba de un juego de carreras con capturas, que podría recordarnos, salvando las distancias, al backgammon (cuyos antecedentes se remontan a épocas anteriores al Liubo).

Pero más interesante es, si cabe, el más que probable sentido ritual del juego, que debió ser muy importante en la época. Numerosos investigadores creen que el Liubo se utilizaba también como herramienta para la adivinación, algo habitual en los antiguos juegos de carreras.

En 1993, se encontró en una tumba del periodo Han un tablero de madera con diagramas de adivinación con forma de tortuga por un lado (una antiquísima forma de oráculo china) y un juego de Liubo por otro que, dado su tamaño, no debía servir para tal fin. A diferencia de todos los tableros encontrados, contaba con una numeración, que podría indicar el sentido que debían seguir las fichas del juego en la realidad.

En opinión del arqueólogo chino Li Xueqin, considerado el más importante historiador chino de la actualidad, el juego de Liubo se organizaba siguiendo el ciclo sexagenario, el sistema de calendario tradicional chino que se usaba entonces para numerar los días y los años, lo que servía también como herramienta adivinatoria.

En la actualidad, sigue habiendo especialistas en juegos de mesa que tratan de reconstruir el funcionamiento del Liubo. El ajedrecista francés Jean-Louis Cazaux es el que ha elaborado la versión jugable más completa, utilizando todas las referencias existentes sobre sus reglas, pero no hay ninguna razón para afirmar que fuera esta la forma en que competían los chinos de la época. Ha habido quien ha intentado incluso programar una versión del mismo para ordenador. Pero lo cierto es que, a falta de más información, el Liubo seguirá siendo un misterio.

“Luego, con dados de bambú y piezas de marfil comienza el juego de Liu Bo;

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