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El billonario que ha llamado a la televisión de pago para que dejen de cobrarle de más
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MILLONES Y RECLAMACIONES

El billonario que ha llamado a la televisión de pago para que dejen de cobrarle de más

Ken Langone, autor del libro 'I Love Capitalism!', ha hablado de sus quebraderos de cabeza al revisar sus facturas. Unos cientos de dólares son mucho para él

Foto: El cofundador de Home Depot, en Washington. (Reuters)
El cofundador de Home Depot, en Washington. (Reuters)

El cofundador de Home Depot, Ken Langone, de 82 años, nació en una familia repleta de amor pero sin un solo duro. Su padre era fontanero y su madre cocinera en la cafetería de la escuela. Vivían al día, "de cheque en cheque", llegaban muy justos a fin de mes y en una casa cálida en invierno pero demasiado calurosa en verano. Nadie diría que con unos orígenes tan humildes, el joven Langone llegaría a Wall Street sin nada y al cabo de unos años se haría multimillonario.

Ken Langone aprobó un Máster de Administración de Empresas y trabajó en Wall Street antes de fundar la empresa que le haría rico: Home Depot. Según 'Forbes', su fortuna asciende a un total de 3.300 millones de dólares (2.800 millones de euros aproximadamente). Pero a pesar de su gran éxito como hombre de negocios, Langone sigue siendo extremadamente cuidadoso cuando se trata de dinero.

No creo que haya nada malo en tener mucho dinero y a la vez ser frugal en los gastos

"No voy a gastar dinero de forma frívola... ayer mismo, desafié a mi compañía de televisión", afirma Langone en una entrevista para la 'CNBC'. Langone pensó que el cómputo total era desorbitado y no estaba seguro de si habían hecho el cálculo correctamente. "Me pareció una cantidad asombrosa de dinero, se trataba solamente de un par de cientos de dólares, pero pensaba: '¡Si solo tengo un televisor en el dormitorio!'".

Ante tal alarde de riqueza y egoísmo, el empresario hecho a sí mismo se defendió: "Lo que quiero decir es que no es que no sea barato, sino que quiero asegurarme de no desperdiciar dinero". El autor del libro 'I Love Capitalism!', publicado en mayo, asegura contra todos los que le ven como un ser avaro y ambicioso: "No creo que haya nada malo en tener mucho dinero y a la vez ser frugal en los gastos".

Langone pertenece a esa clase de millonarios que para poner a salvo su conciencia de todos los males que asolan el primer mundo, decide donar parte de su fortuna a causas benéficas. En 2010, se unió a The Giving Pledge, un acuerdo lanzado junto a sus amigos ricos, como Bill Gates o Warren Buffett, para inspirar a los multimillonarios como ellos a regalar la mitad de su patrimonio neto. Entre otras causas, Langone ha donado dinero al Centro Médico de la Universidad de Nueva York, la Universidad Bucknell y a la Harlem Children's Zone. Pero eso sí, no quiere que le roben ni un solo dólar en la factura de la televisión.

Los placeres del 1%

"Me encanta regalar cosas bonitas a mi esposa, hacer cosas con mi familia, viajar, ir a buenos restaurantes, el teatro... Vamos a ir a ver a Bruce Springsteen dentro de poco y 'My Fair Lady'", asegura el empresario. "Me encanta ver películas buenas y, gracias a Dios, tenemos una sala de proyección en nuestra casa de Long Island". Son los lujosos y apetecibles placeres de la nueva burguesía que atesora el 1% de la riqueza total de Estados Unidos.

Pero más allá de las grandes actividades de ocio, Langone reconoce que es una persona bastante sencilla que disfruta de las pequeñas cosas de la vida: "Me gustan los dulces, dulces baratos como Jujyfruits, Good & Plenty, Nibs... y, claro, el regaliz. Tengo un paladar bastante simple. Me gusta el pastel de albóndigas". ¿Alguien conoce la receta? ¿Pastel de albóndigas? "Me gustan todos los platos que lleven albóndigas: albóndigas con queso y crema de aceitunas, pollo y albóndigas, albóndigas con pasta...", asevera.

Mi forma favorita de gastar el dinero es pedir una pizza y poner una buena película

Por la mañana, le gusta beber café nada más levantarse y más tarde, cuando ya está en la oficina preparando todas las reuniones. Si quiere una taza mientras está fuera, como en las películas clásicas de Blake Edwards, acude a un restaurante. No sea que de repente se vea en una cafetería de Brooklyn con la gente normal y le identifiquen como uno de esos rostros que salen en la revista 'Forbes'. "No soy de Starbucks", admite. Aunque bebe mucho café, reconoce que no le gusta demasiado. "No soy especialmente fan. Me conformo con cualquier cosa".

Pero en el fondo, es un tipo humilde cuyo plan favorito para gastar dinero coincide con el de las clases trabajadoras. A la pregunta del periodista de la 'CNBC' sobre cuál es el producto en el que más le gusta gastar su dinero, Langone explica: "Salir a la calle a por una pizza. Volver a casa y poner una buena película".

El cofundador de Home Depot, Ken Langone, de 82 años, nació en una familia repleta de amor pero sin un solo duro. Su padre era fontanero y su madre cocinera en la cafetería de la escuela. Vivían al día, "de cheque en cheque", llegaban muy justos a fin de mes y en una casa cálida en invierno pero demasiado calurosa en verano. Nadie diría que con unos orígenes tan humildes, el joven Langone llegaría a Wall Street sin nada y al cabo de unos años se haría multimillonario.

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