Las mejores cartas de renuncia de gente que ha dejado su trabajo

No es fácil despedirse de una empresa, incluso cuando lo que más te apetecería en el mundo sería salir y que a tu paso el fuego consumiera la sala en la que has tenido que pasar demasiadas horas de tu vida. Ese último adiós siempre es importante, puesto que la vida da muchas vueltas, por lo que pensárselo friamente y escribir una misiva educada es probablemente la mejor idea de todas.

Si no es tu caso y en alguna ocasión te despediste precipitadamente o, simplemente, de una manera desastrosa, no sufras. De anécdotas está el mundo lleno, y siempre habrá alguien que lo haya hecho peor que tú. De una manera catastrófica, en muchas ocasiones. 'Ninja Journalist' ha recopilado algunas de las más asombrosas y desternillantes despedidas. Quizá alguna te dé ideas para el futuro.

Tanta paz lleves

Como descanso dejas. La carta de despedida de David Sell fue un tanto tétrica. A primera vista, con la fotografía del hombre y la frase 'In loving memory' podríamos tener la falsa impresión de que se trata de un obituario de alguien que, desgraciadamente, dejó el mundo demasiado pronto. Nada más lejos de la realidad.

Mario Bros, un obituario, un dibujo de un dinosaurio... las despedidas de algunos trabajadores deberían enmarcarse

Como dudamos de que la cara de David Sell se corresponda con una persona de cuatro años, rápidamente se descubre la verdad: 2013 a 2017 son los años que pasó en la empresa a la que ha decidido decir adiós para siempre. La despedida quizá sea un poco de mal gusto pero, por lo menos, surte efecto.

Despedida jurásica

Te quieres ir del trabajo, ¿qué mejor idea que dibujar un dinosaurio? ¿No? ¿Nadie? Pues a este empleado sí le pareció una gran idea. O quizá simplemente estaba dibujando y decidió que ya era hora de dejar el trabajo, así que lo convirtió en una carta de renuncia. El resultado sin duda quedó bonito.

Nadie puede negar que está bien hecho. Decidió llamar a su obra de arte 'Quitmyjobsaurus', es decir, algo así como 'Renuncioaltrabajosaurio'. No sabemos qué pensarían sus jefes cuando recibieron la "carta".

Lo bueno, si breve

Seamos claros, a la hora de dejar un trabajo lo único que importa realmente es decir que lo dejas. El resto de excusas son secundarias. Así lo pensó un un chico que decidió mandar una carta a su empresa diciendo, únicamente, "renuncio", y en pequeño mucho más abajo, aclaraba: "Aunque estaré en la cena de Navidad". Según contaba en redes sociales: "Mi jefe me dijo que no me daría el último cheque sin una carta de renuncia, así que aquí la tiene".

Super Mario renuncia

Si eres programador o informático probablemente tu renuncia será un millón de veces más épica. Así sucedió con este chico que decidió tirar la toalla y, en lugar de escribir la típica carta de renuncia, optó por algo más vintage: creó su propia secuencia del clásico Super Mario Bros.

En esta ocasión, Super Mario grita: "¡Me voy!" en cuanto se come la seta y sale del juego para no volver nunca. Si esa no es una despedida de diez, no sabemos ya qué puede serlo.

Un jefe horrible

"Querido jefe, un compañero borracho intentó abusar de mí en el trabajo y tú no le despediste porque eres demasiado vago, así que no te preocupes que renuncio. Imagino que encontrarás a alguien pronto".

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"Que tengas un buen día", fue la educada misiva de una chica que decidió despedirse de la manera más elegante. Desde luego, que un compañero trate de atacarte y tu jefe no mueva un dedo parece una buena razón para dejar un empleo.

Error 404

El error es despedir a un programador, como antes decíamos, no solo porque su salida será muy épica sino porque probablemente no le has dado el tiempo suficiente para que te muestre todo su potencial. Así pasó, por lo menos, con este trabajador, que decidió "hackear" los ordenadores de todos sus compañeros y su propio jefe. Una carta de renuncia muy original.

"El diseñador al que has tratado como una mierda se ha ido de manera inesperada. Tu compañía y el resto de trabajadores no se han visto afectados". Dado que había un botón para renegociar quizá no haya sido su última palabra en la empresa.