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Tabaco calentado: los expertos llaman a la ciencia frente a las “corrientes moralistas”
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MESA REDONDA EL CONFIDENCIAL-PHILIP MORRIS

Tabaco calentado: los expertos llaman a la ciencia frente a las “corrientes moralistas”

La autorización de la FDA de comercializar un sistema que calienta el tabaco ha abierto el debate sobre la efectividad de estas alternativas: ¿qué hacer con los que no quieren o pueden dejar de fumar?

En la actualidad, sería un disparate escuchar que fumar es bueno para la salud. Hace 70 años tal vez no, pero a estas alturas, todos lo tenemos claro: el cigarrillo es dañino y acarrea graves consecuencias. Hay quien decide dejar de fumar con mucho esfuerzo, otros lo consiguen con menos penas. Y otros simplemente no quieren o no pueden. Qué hacer con este tercer grupo es todavía una cuestión con muchos interrogantes, más aún desde que en el mercado han aterrizado nuevos dispositivos que se presentan como posibles alternativas: ¿es el tabaco calentado una opción acertada para abordar el problema del tabaquismo? ¿Se utiliza o se debería utilizar en las consultas médicas?

Alrededor de este asunto, El Confidencial, en colaboración con Philip Morris, organizó la mesa redonda 'La reducción del daño en el ámbito del tabaquismo', en la que participaron los expertos médicos Antonio Gosálvez, director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Quirónsalud San José; Ramón Bover, especialista en Cardiología Clínica e Insuficiencia Cardiaca e investigador en medicina cardiovascular; Néstor Szerman, jefe de los servicios de Salud Mental Retiro H.G.U.G. Marañón, y Marisa Romero, médica de Atención Primaria en el Centro de Salud Pavones de Madrid y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.

placeholder Antonio Gosálvez, director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Quirónsalud San José.
Antonio Gosálvez, director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Quirónsalud San José.

Cigarrillos electrónicos, vapeadores (ambos calientan líquidos) o productos de tabaco calentado. En general, la comunidad médica siempre ha estado dividida frente al uso de estos dispositivos. Pero el pasado mes de julio, la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos) dio un giro al asunto que sirvió como punto de partida al debate: autorizó la comercialización de un sistema de calentamiento de tabaco como un producto de tabaco de riesgo modificado, al demostrar que al calentar tabaco y no quemarlo, se reducen considerablemente las sustancias dañinas y potencialmente dañinas.

Para Bover, el hecho de que este dispositivo se autorice como producto de riesgo modificado en Estados Unidos significa que hay una nueva vía para abordar el tabaquismo que todavía no estamos utilizando aquí, y “esto quiere decir que quizás hay algo que no estamos haciendo bien”. El especialista en cardiología explicó que, en su campo, la FDA es una agencia de vital importancia por su peso y nivel de exigencia. Además, “suele ser más rápida que las agencias europeas en temas de medicamentos”. Así, Bover opina que muchas otras agencias regulatorias no tardarán en hacerse eco.

"Hasta ahora, la única alternativa que se ofrece a los pacientes es abstinencia o nada. Tenemos que explorar nuevas vías para atenderlos" (Szerman)

Pero lo cierto es que, hoy por hoy, la realidad en España es diferente. Estas alternativas están muy poco normalizadas y, como comentó Gosálvez, la resistencia a su uso por parte de la comunidad científica tiene bastante fuerza. ¿Por qué esta resistencia? Szerman puso el foco en la necesidad de evidencias científicas para esquivar esta “enorme corriente moralista” de la cual, según él, los médicos forman parte: “Criticamos todo esto y decimos que la solución a las adicciones es la abstinencia, y eso ha sido un grave problema que solo ha traído mortalidad y morbilidad a nuestros pacientes. Ninguna adicción se cura quitando la sustancia adictiva”.

Consultas médicas: abstinencia o nada

No hay ninguna duda de que lo ideal es romper con el hábito de fumar de raíz. Es el primer consejo que cualquier médico puede ofrecer y, por supuesto, la primera opción que hay que barajar. En España existen, aproximadamente, 10 millones de fumadores y cada año mueren más de 50.000 personas por este motivo. A pesar de las cifras y de los riesgos, muchos son incapaces de abandonar el hábito o no desean hacerlo. “Al paciente no se le puede dar blanco o negro, hay que darle una alternativa”, declaró Romero.

Los ponentes explicaron que, en estos momentos, es una especie de “todo o nada” lo que se brinda en las consultas: “Hasta ahora, la única alternativa que se ofrece a nuestros pacientes es abstinencia o nada. Y generalmente predomina el nada en la práctica asistencial. Tenemos que explorar nuevas vías para atenderlos”, expuso Szerman, jefe de servicios de Salud Mental.

placeholder Marisa Romero, médica de Atención Primaria en el Centro de Salud Pavones de Madrid y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
Marisa Romero, médica de Atención Primaria en el Centro de Salud Pavones de Madrid y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.

Desde el ámbito de la Atención Primaria, Romero ve el tabaco calentado como una buena “tercera o cuarta opción” que ofrecer a los pacientes: “Tenemos tres vías: en primer lugar, los talleres, que ahora, por la situación marcada por la crisis del covid-19, apenas se dan. En segundo lugar, están los tratamientos sustitutivos, como parches o chicles. También existen dos productos farmacológicos que han sido aprobados recientemente. Pero ¿qué hacemos con esas personas con las que todo esto no ha funcionado?”.

El humo que libera un cigarrillo convencional contiene alrededor de 100 sustancias tóxicas y, según la FDA, 15 son dañinas o potencialmente dañinas, principales causantes del desarrollo de enfermedades vinculadas al tabaquismo. En esta línea, Gosálvez precisó que encuentra el tabaco calentado un método inteligente como alternativa para aquellos que no pueden o quieren dejar de fumar. Aunque, por supuesto, no está exento de riesgos, ya que contiene nicotina, que es adictiva.

El director de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud también considera un punto imprescindible que esta nueva vía de tabaco calentado sea apoyada por las instituciones sanitarias y por el Gobierno. Además, deberían bajarse los impuestos de este tipo de productos, "dado que la toxicidad que provoca en el fumador es mucho menor", aclaró.

Falta de información entre expertos

En el encuentro, se puso de manifiesto la falta de conocimiento por parte de la comunidad médica sobre este tipo de alternativas. “El abordaje del tabaquismo, a pesar de que es un factor de riesgo fundamental, está muy mal tratado”, reflexionó Bover. Las bondades del tabaco calentado no se conocen. De hecho, “si hacemos una encuesta a 50 cardiólogos preguntando qué es el tabaco calentado, creo que, de 50, cinco sabrán qué es”.

placeholder Néstor Szerman, jefe de los servicios de Salud Mental Retiro H.G.U.G. Marañón.
Néstor Szerman, jefe de los servicios de Salud Mental Retiro H.G.U.G. Marañón.

Las cifras de fumadores siguen siendo altas. Según la última 'Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España' (Edades), elaborada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la cifra de personas que fuman diariamente alcanza el 34%, con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años. A pesar de este dato, la formación de los profesionales sanitarios ha ido a peor en los últimos años. “Ahora no recibimos ninguna formación. La mayoría de mis compañeros [Atención Primaria] directamente les envían a las unidades de deshabituación tabáquica. Nadie se para con ellos a explicarles las alternativas. Les decimos que tienen que dejar de fumar, pero no les podemos ayudar”, expuso Romero.

Los expertos coincidieron en la necesidad de aportar datos suficientes para demostrar que este paradigma actual no es válido. "Descalificar por cuestiones moralistas este tipo de productos sin reconocer las evidencias científicas que hay conduce a graves problemas para los pacientes", concluyó Szerman.

En la actualidad, sería un disparate escuchar que fumar es bueno para la salud. Hace 70 años tal vez no, pero a estas alturas, todos lo tenemos claro: el cigarrillo es dañino y acarrea graves consecuencias. Hay quien decide dejar de fumar con mucho esfuerzo, otros lo consiguen con menos penas. Y otros simplemente no quieren o no pueden. Qué hacer con este tercer grupo es todavía una cuestión con muchos interrogantes, más aún desde que en el mercado han aterrizado nuevos dispositivos que se presentan como posibles alternativas: ¿es el tabaco calentado una opción acertada para abordar el problema del tabaquismo? ¿Se utiliza o se debería utilizar en las consultas médicas?

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