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Javier de Castro: "No podemos quitar recursos de investigación del cáncer para darlos al coronavirus"
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Jefe de Oncología del Hospital La Paz

Javier de Castro: "No podemos quitar recursos de investigación del cáncer para darlos al coronavirus"

Charlamos con el especialista, con más de 25 años de carrera, sobre cómo afrontar el cáncer, convivir con él y la repercusión que ha tenido el covid-19 en esta temida enfermedad

Foto: Javier de Castro. Foto: Luis Milabrán
Javier de Castro. Foto: Luis Milabrán

Cuando una persona es diagnosticada de cáncer, su vida experimenta una sacudida. No es un simple susto, sino un auténtico terremoto que afecta a todos los niveles: personal, familiar, laboral, social… Provoca tal impacto que al principio la persona queda descompuesta, confundida, en ‘shock’, sin saber qué hacer ni por dónde tirar, como si el cerebro no supiera qué orden lanzar a las extremidades.

Con estas líneas arranca el jefe de Oncología Médica del Hospital La Paz, Javier de Castro, su recién publicado ‘Cáncer. Manual de supervivencia’ (Alienta). No se trata de un libro de autoayuda, ni tampoco pretende distanciar al paciente de los profesionales que van a acompañarte en la consulta, sino cubrir algunas necesidades que a menudo no son satisfechas durante el proceso.

La publicación del médico, que acumula más de 25 años como especialista en oncología, pretende ser una primera dosis de tranquilidad en forma de manual con información ordenada, contrastada y actualizada sobre el cáncer.

Charlamos con el especialista, que además es coordinador de la Unidad de Innovación del Instituto de Investigación de La Paz, sobre cómo afrontar el cáncer, convivir con él y la repercusión que ha tenido el covid-19 en esta temida enfermedad.

PREGUNTA. ¿A quién va dirigido este libro y cuál es su objetivo?

RESPUESTA. El libro va dirigido a los pacientes diagnosticados de cáncer y sus familias. Y su objetivo es acompañar y ayudar a afrontar uno de los procesos más complicados de la vida a través de mi experiencia experiencia de 25 años de oncólogo, pero, sobre todo, de la experiencia que me han transmitido los pacientes.

P. ¿Cómo se debe afrontar el primer ‘shock’ del diagnóstico de un cáncer?

R. Cuando te diagnostican de cáncer el primer momento es como cuando estalla una bomba; la gente se levanta y no sabe dónde está ni a qué lado ir.

Hay una serie de etapas que todos tenemos que afrontar en ese primer momento. La primera para salir de este ‘shock’ suele ser la negación, en la que algunos llegan a pensar que están teniendo una pesadilla y que puede llegar a una fase de enfado. Posteriormente empieza la aceptación, negociación y una puesta en marcha. Son las mismas fases que ocurren cuando perdemos un ser querido, cuando hay un duelo, perdemos un empleo o cuando sufrimos una separación.

placeholder Javier de Castro. Foto: Luis Milabrán
Javier de Castro. Foto: Luis Milabrán

Estamos hablando de una enfermedad que nos puede transformar la vida e, incluso, ponerla en riesgo. Con lo cual hay que afrontarlo como lo que es y no vivirlo internamente, porque sino esa persona no está comprendiendo el auténtico alcance de la enfermedad. Ni tampoco al revés, no puedes estar llorando por las esquinas, porque hay soluciones y cosas que se pueden hacer.

Lo fundamental es buscar un equipo médico en el que confíes, que haya una comunicación. Este equipo médico no solo ayuda poniendo los tratamientos, también es guía del camino, del viaje que tenemos que hacer juntos. Es fundamental que la gente sepa que tenemos que hacer el viaje juntos.

P. ¿Cómo de importante es conocer al “enemigo” contra el que vamos a batallar?

R. Es fundamental. Con los años hemos avanzado en el tratamiento y el diagnóstico precoz de estas enfermedades y ahora estamos viviendo la época del beneficio de todo lo que se ha investigado, convirtiéndose en terapias innovadoras, menos agresivas y más eficaces.

P. ¿Cómo se debe convivir con el cáncer?

R. Después de esta primera parte de 'shock' que hemos sufrido, hay que saber cómo gestionarlo adecuadamente. Hay que intentar incluirlo en tu rutina, aunque tu vida vaya a cambiar, tienes la capacidad de hacer que cambie lo mínimo posible. Hay gente que puede seguir trabajando, seguir manteniendo su vida de pareja normal, su relación con los amigos, viajar... evidentemente adecuándose a los tratamientos de cada uno.

Otro de los consejos es seguir políticas de pequeñas metas. Si tenemos una enfermedad que nos va hacer ir mucho al hospital en los próximos seis meses, no planificar para dentro de un año, sino planificar cómo vivir estos meses. Hay que intentar convivir con ello, pero buscando metas que sean asequibles a corto-medio plazo para que no se genere mucha frustración.

Tenemos que convivir e intentar combatir la frustración que produce la enfermedad. También debemos fijarnos en otros pacientes que lo han podido llevar bien.

P. Siguiendo con consejos, como plantea en su libro, ¿es importante aprovechar “hasta el último minuto” cuando se convive con el cáncer?

R. Es fundamental. En el libro recojo la experiencia de muchos pacientes que dicen que el cáncer tiene una parte positiva: que se acaba la tontería. Nos agobiamos por ese hijos que saca malas notas o por ese puesto de trabajo al que no llegamos; y de pronto llega esta enfermedad que te dice lo que realmente es importante en tu vida: disfrutar del día a día.

Muchos pacientes dicen que el cáncer tiene una parte positiva: que se acaba la tontería

Nos levantamos todas las mañanas y vemos un sol estupendo, pero no nos fijamos porque pensamos que va a ser eterno y cuando nos llega esta enfermedad empezamos a apreciar más las pequeñas cosas y a aprovechar hasta el último momento.

Esto también ha pasado con el coronavirus. Pensábamos que éramos inmortales y, de pronto, una enfermedad te puede matar, arruinar o cambiar todos tus modelos de vida.

P. Entonces, si para muchos pacientes la enfermedad significa que se acaban las tonterías… ¿se puede plantear como una oportunidad?

R. Totalmente. Evidentemente de la teoría a la práctica hay un paso. Pero es verdad que por la experiencia de mis pacientes, a algunos les ha servido para unirse más a su pareja, dejar de trabajar como locos o pensar mucho más en su tiempo libre.

Al final, como todo en la vida, se puede vivir mal o bien. Pero sin pasarse, el cáncer es un maratón que no se puede correr a ‘sprint’, hay que dosificar fuerzas, buscar alianzas entre amigos, familias y pareja y existe la oportunidad para vivirlo de una manera positiva.

placeholder Concentración de sanitarios en el exterior del hospital La Paz. Foto: EFE / JuanJo Martín
Concentración de sanitarios en el exterior del hospital La Paz. Foto: EFE / JuanJo Martín

R. La quimioterapia sigue siendo un tratamiento importante para los pacientes. Pero es verdad que hemos aprendido a hacer la quimioterapia suficiente y que así haya menos efectos secundarios. Hemos desarrollado tratamientos sintomáticos para hacer que sus efectos sean menores. Y también al mismo tiempo aparecen lo que se llaman las terapias dirigidas, inmunoterapias, tratamiento hormonales... que no tienen tantos efectos secundarios.

P. ¿Y si todo va mal...?

R. Es algo que por desgracia puede ocurrir y tenemos que estar preparados para afrontar esa situación, tanto el paciente como el personal sanitario y, por supuesto, la propia familia.

Lógicamente es muy triste el final de la vida de una persona, pero también se pueden buscar las partes positivas de ese final de vida y, sobre todo, afrontarlo con el máximo apoyo médico, familiar, psicológico, de cuidados paliativos... Esto también está ayudando mucho a que estas situaciones tan dolorosas se puedan mejorar, en la medida de lo posible y dentro de esta difícil circunstancia.

Es ley de vida, dicen que nacemos y morimos solos y que aquí no se va a quedar nadie. Lo que tenemos que intentar en estas enfermedades, cuando no podemos cambiar el rumbo, es que los últimos años puedan ser lo mejor posible.

P. Como mandan los tiempos, ha sobrevolado nuestra conversación el covid-19. ¿Cómo ha afectado el coronavirus al diagnóstico y al tratamiento del cáncer?

R. Yo he tenido la gran fortuna, por el hospital donde estoy, de poder seguir afrontando el tratamiento de los pacientes con cáncer, a pesar de la tragedia que vivimos. Cabe destacar que, contrariamente a lo que se pensaba, muchos pacientes con el cáncer controlado con tratamiento no tienen por qué tener mayor evolución con el coronavirus si se contagian.

Es fundamental el diagnóstico rápido de estas enfermedades, perder meses puede ser peligroso para la evolución del cáncer

Respecto a los diagnósticos, tenemos que hacer que los pacientes con síntomas se hagan las pruebas lo antes posible. Hemos visto como los hospitales y centros de salud están colapsados; y como los pacientes tienen miedo de ir a los centros sanitarios cuando tienen un síntoma que es de alarma. Pero es muy importante seguir insistiendo en que es fundamental el diagnóstico rápido de estas enfermedades, perder meses puede ser peligroso para la evolución de un paciente con cáncer.

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El paciente que pueda tener síntomas alarmantes de un posible cáncer tiene que intentar acudir a su sistema sanitario por la forma que sea, buscando entrar antes en el sistema. De hecho en nuestro hospital se están generando circuitos de alta resolución para poner en contacto a los pacientes para iniciar los diagnósticos y tratamientos.

P. ¿Este miedo a acudir a los centros sanitarios podría aumentar la mortalidad por cáncer?

R. Todavía es pronto para saberlo. Lo que sí sabemos es que se han operado menos pacientes en marzo y abril y que se han hecho menos diagnósticos de pruebas complementarias; lo que posiblemente pueda tener, por desgracia, un impacto negativo en un diagnóstico más tardío. Pero no me atrevería a decir que ya ha tenido un impacto en la supervivencia, aunque sí que venimos avisando desde marzo de que el tratamiento del cáncer debe ser una prioridad.

No solo tenemos que parar la pandemia, tenemos que hacer que los diagnósticos y los tratamientos de otras enfermedades sigan funcionando

Es muy importante la ayuda de la población para intentar que se propague este virus lo menos posible. Así los sistemas de salud no se tensionan y no llegan a la situación límite de marzo. Porque no solo tenemos que parar la pandemia, también tenemos que hacer que los diagnósticos y los tratamientos de otras enfermedades sigan funcionando.

P. ¿Considera que se ha ralentizado la investigación contra cáncer a favor de la del covid-19?

R. Llevamos muy poco tiempo con esta pesadilla, solo seis meses, pero es cierto que estamos alertando de que esto es un riesgo. La Unión Europea, lógicamente, ha sacado programas de ayuda a investigación urgente para el covid, pero no hay que perder el norte de la cantidad de pacientes que fallecen por enfermedades como el cáncer al cabo de un año. Tenemos que seguir manteniendo los esfuerzos en investigación, que son claramente insuficientes.

Desde las sociedades científicas, como la Sociedad Española de Oncología Médica [de la que es miembro de la Junta Directiva], venimos alertando de que hay que poner más medios para la lucha contra el covid, pero que no se pueden quitar recursos de la investigación de una enfermedad tan importante como el cáncer para darlos a la del coronavirus.

P. ¿Se ha aprendido algo de la investigación contra el covid que se puede aplicar a la del cáncer?

R. Del covid hemos aprendido cosas buenas. Hemos visto como los sistemas han sido más fluidos, como la telemedicina se está poniendo en marcha, los sistemas de citación se están intentando agilizar… Pero también ha lastrado porque los ensayos clínicos, que muchas veces son fundamentales para que pacientes de cáncer reciban tratamientos muy novedosos, se quedaron parados.

Foto: Olatz, después de raparse el pelo tras la quimioterapia. (Foto cedida)

Hemos visto que esto no se puede volver a parar, que tiene que estar en marcha. Es muy importante favorecer circuitos para que el sistema esté en marcha, para que las administraciones de algunos tratamientos sean más flexibles, para que la burocracia que tenemos que hacer en los hospitales para la indicación de las recetas o contratación de ensayos clínicos se agilice. En los meses más intensos de marzo y abril se agilizaron muchas cosas que no se consiguieron agilizar en muchos años y ahora queremos que las cosas buenas que ha traído el covid se queden.

P. Entonces, si se dedicasen estos esfuerzos avanzaría mucho más rápido la investigación contra el cáncer…

R. Exacto. Sobre todo que se agilice la burocracia que muchas veces tenemos para la llegada de fármacos, la llegada de ensayos clínicos, que un paciente pueda entrar en ensayos clínicos del sistema sanitario, facilitar citas... todas estas cosas son las que el paciente necesita.

Cuando una persona es diagnosticada de cáncer, su vida experimenta una sacudida. No es un simple susto, sino un auténtico terremoto que afecta a todos los niveles: personal, familiar, laboral, social… Provoca tal impacto que al principio la persona queda descompuesta, confundida, en ‘shock’, sin saber qué hacer ni por dónde tirar, como si el cerebro no supiera qué orden lanzar a las extremidades.

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