Este hombre mete a 300 animales en su casa para protegerlos de un huracán

Ricardo Pimentel es el alma de Tierra de Animales, una ONG mexicana que se dedica a rescatar a todo tipo de animales callejeros. La mayoría son perros, pero también hay gatos, ovejas, cabras, caballos, conejos o hasta vacas y erizos. Es un santuario donde, en los últimos 10 años, han conseguido dar una segunda oportunidad a más de 500 animales.

Sin embargo, Pimental y su santuario se han convertido en noticia en las últimas semanas por la decisión que tomó. Tierra de Animales se encuentra cerca de Cancún, en pleno Caribe mexicano, una zona por la que cada año pasan varios huracanes que obligan a refugiarse para mantenerse a salvo. Y Ricardo Pimentel decidió que sus animales también estarían protegidos.

El huracán Delta pasó en el mes de octubre por esa zona del planeta, amenazando con llevarse por delante cualquier estructura de construcción débil. Como el refugio no iba a soportar las embestidas de un huracán de fuerza 4, se llevó a todos los animales a su casa. Una operación con la que ha podido salvar la vida de cientos de seres vivos.

Salvando vidas

Ricardo ha explicado a The Dodo que "tenemos dos dormitorios, una cocina y un baño disponibles para los voluntarios que quieran venir y quedarse aquí para ayudarnos con todas las cosas que tenemos que hacer. Así que decidimos meter a casi todos los perros dentro de la casa, simplemente porque no confiamos plenamente en los refugios que tenemos porque no son a prueba de huracanes".

Sin embargo, no fue tarea fácil mover a 300 perros al interior de la casa, aunque entre Ricardo y los voluntarios lo consiguieron después de cinco horas de duro trabajo: "Tuvimos que traerlos atados de dos en dos. Algunos tienen miedo o no saben caminar con correa, así que tuvimos que llevarlos poco a poco, pero al final valió la pena porque todos están a salvo".

El alma de Tierra de Animales asegura que los animales se portaron muy bien toda la noche y que, aunque al día siguiente "el olor era terrible y habían roto algunas cosas, no podemos reprocharles nada". Ricardo los acogió hasta las 6 de la tarde, la hora a la que terminaron de arreglar los desperfectos en el refugio. Después, los perros pudieron volver a su rutina diaria gracias a que este amante de los animales los protegió en los momentos más difíciles.