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Los extraños números secretos de los monjes que Europa ha olvidado durante siglos
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UN MANUSCRITO SACA A LA LUZ EXTRAÑAS CIFRAS

Los extraños números secretos de los monjes que Europa ha olvidado durante siglos

Con un solo trazado podrían representar cualquier cifra hasta 9.999. Europa contó con un increíble sistema de numeración que se ha olvidado por completo: los números cistercienses

Foto: Los masones también pudieron utilizar estos números secretos (Reuters)
Los masones también pudieron utilizar estos números secretos (Reuters)

Entre los números romanos y los arábigos que actualmente usamos, existió una numeración más, tan misteriosa en sus trazados como en su historia. La practicaban los monjes cistercienses a finales del siglo XIII y se expandió por todos los monasterios de Europa. Sin embargo, ha desaparecido prácticamente.

En 1991, la casa de subastas Christie’s vendió un extraño manuscrito, con símbolos desconocidos. Curiosamente, el historiador David A.King al contemplar la pieza recordó haber visto esas mismas cifras en un documento de la misma época de Normandía, como explica la BBC. Eran números, pero no estaban recogidos ni en los libros de Estudios Medievales ni en los de Historias de Matemáticas.

Por ejemplo, 4173 necesita 4 dígitos para representarse; en números romanos (MMMMCLIII) se precisarían 9; en cisterciense tan solo un trazado.

Poco a poco, King fue descubriendo que se tragaba de la escritura usada por los monjes cistercienses. Después los usaron los medidores de vino de Flandes y, posteriormente, ya a finales del siglo XIX, los masones. Hubo algunos intentos por parte del nacionalismo alemán de recuperarlos en el siglo XX sin mucho éxito.

Cuatro cifras en un trazo

La forma de escribirlos fue variando durante los siglos. Se utilizaba una especie de cuadrícula realizada con dos pentagramas (en horizontal o en vertical). Cualquiera de los lados representaba un dígito del 1 al 9. Así, combinándolos en un solo número podrían alcanzar hasta el 9.999.

Foto: El nombre de Merlín aparece en los siete manuscritos encontrados (Foto: Universidad de Bristol)

Se cree que su origen pudo estar en una antigua taquigrafía griega, como se describe en una piedra de la Acrópolis. El monje Juan de Basingstoke la llevaría a Inglaterra, donde los monjes la empezaron a usar para enumerar las páginas de los manuscritos y los artículos que escribían en listas.

También hay pequeñas muestras fuera del mundo eclesiástico. Se ha descubierto un astrolabio fabricado con esta numeración en Normandía y diversas tablas astronómicas recopiladas en Salamanca.

Entre los números romanos y los arábigos que actualmente usamos, existió una numeración más, tan misteriosa en sus trazados como en su historia. La practicaban los monjes cistercienses a finales del siglo XIII y se expandió por todos los monasterios de Europa. Sin embargo, ha desaparecido prácticamente.

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