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Cómo resolver los conflictos de pareja cuando eres padre primerizo
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Cómo resolver los conflictos de pareja cuando eres padre primerizo

Las discusiones son positivas de cara a mejorar y adaptaros a la nueva realidad de vuestra vida conyugal. Una terapeuta ofrece claves a tener en cuenta para que la relación no se desgaste

Foto: Foto: iStock.
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Tener un hijo es una experiencia que cambia la vida, no hace falta decirlo. El proceso de educación de un niño es de lo más gratificante que hay, unido al hecho de formar un núcleo familiar en el que se sienta seguro y protegido. Sin embargo, se trata de un cambio tan grande y tan inmediato que provoca que muchas parejas sientan una considerable disminución de su bienestar general o, por lo menos, de la satisfacción conyugal de ambos progenitores. No en vano cuando conociste a la persona que luego sería el padre o madre de tu hijo no sabías cómo de bien o mal cuidaría a los niños.

A este respecto, un reciente estudio del Gottman Institute titulado 'Bringing Baby Home' ha hallado que el 67% de las parejas confirman que existe un descenso de la pasión o al menos del enamoramiento y la satisfacción en su vida de pareja. Lógicamente, traer una vida al mundo exige muchísima responsabilidad, lo que puede repercutir en las ilusiones previas que te habías hecho de la otra persona actuando como padre o madre.

"Durante la transición a la paternidad, las parejas que no pueden gestionar bien los conflictos tienen más probabilidades de separarse"

En caso de que estéis a punto y os sintáis muy inquietos al respecto, lo más recomendable es que acudáis a un experto que os asesore y oriente en esta etapa tan trascendental para ambos. En caso contrario, Abril Eldemire, una terapeuta familiar con más de 15 años de experiencia, ha comentado que hay un factor que puede mejorar o paliar ese descenso de la satisfacción conyugal desde el momento en que llega el bebé: el hecho de seguir siendo amigos, es decir, mantener una buena forma de comunicaros así como de gestionar los conflictos.

"Una pareja necesita actualizarse cada cierto tiempo sobre las cosas que les gusta hacer, sus intereses, gustos y exigencias", asegura Eldemire en un artículo publicado en 'Psychology Today'. "Esto no es lo mismo con las que se enfrentan a tener un hijo, de ahí que haya que dedicar unos 15 minutos al día para fortalecer vuestra unión y recordar juntos las razones por las que quisisteis estar juntos desde el principio. Si no os tomáis un tiempo para vosotros podéis acabar viéndoos como dos extraños que comparten gastos, tareas y ahora pañales". La clave, como reitera la psicóloga, es pasar tiempo de calidad juntos en los que vuelva a existir esa admiración mutua y ternura.

Una serie de cuestiones

Eldemire enumera algunas de las preguntas que os debéis hacer y que abordan algunos de los temas que tenéis que tratar. ¿Qué tipo de padre o madre os gustaría ser para vuestro niño? ¿Dónde os veis dentro de cinco años? ¿Cuáles son vuestras metas personales a corto plazo? ¿De qué os podéis arrepentir? ¿Cuáles son los valores que vais a inculcar a vuestro hijo? ¿Cómo os vais a repartir las tareas? Esta serie de preguntas "crean un diálogo porque responderlas requiere una conversación más larga y reflexiva", matiza.

"La única manera de transmitir un punto de vista distinto a un ser querido es aceptar algunas de sus creencias y perspectivas"

Para que el diálogo resulte positivo y constructivo, deberéis mostrar cierta empatía y comprensión, además de saber ceder cuando hace falta. Al final, si surgen discrepancias, es vital no dejaros llevar por la tensión del momento y medir las palabras. Y, sobre todo, saber expresar nuestros temores y reproches con asertividad. "Durante la transición a la paternidad, las parejas que no pueden gestionar bien los conflictos tienen más probabilidades de separarse", reflexiona la terapeuta. "Las discusiones también afloran en las parejas felices, solo que ellas tienden a usar formas de comunicarse más agradables".

Problemas perpetuos, soluciones eficaces

Por otro lado, según el estudio, un 69% de los problemas que surgen en la relación son perpetuos, lo que quiere decir que nunca se van a resolver. Esto puede resultar muy negativo, pero Eldemire recuerda que "hay que aceptar la forma de pensar de la otra persona aunque no esté alineada con la tuya", es decir, "mantener la curiosidad, hacer preguntas abiertas, escuchar y sentir empatía". Otra de las técnicas para afrontar esos momentos difíciles es tomarse las cosas con humor. Evidentemente, es un tema serio que requiere de la profundidad y seriedad necesarias, pero "hacer bromas con afecto puede ayudar a derribar los sentimientos negativos que puedan existir y sentiros más unidos para afrontar los problemas juntos".

Por último, debéis tener en cuenta que para que las cosas salgan bien tenéis que ceder. "La única manera de transmitir un punto de vista distinto a un ser querido es aceptar algunas de sus creencias y perspectivas", concluye la experta. "Cada pareja lucha por encontrar un equilibrio durante su transición a la paternidad y maternidad. Hacer de vuestra unión una prioridad y ser amable cuando no estás de acuerdo hace que el viaje a vuestra nueva vida sea alegre en vez de estar plagado de conflictos y tensiones".

Tener un hijo es una experiencia que cambia la vida, no hace falta decirlo. El proceso de educación de un niño es de lo más gratificante que hay, unido al hecho de formar un núcleo familiar en el que se sienta seguro y protegido. Sin embargo, se trata de un cambio tan grande y tan inmediato que provoca que muchas parejas sientan una considerable disminución de su bienestar general o, por lo menos, de la satisfacción conyugal de ambos progenitores. No en vano cuando conociste a la persona que luego sería el padre o madre de tu hijo no sabías cómo de bien o mal cuidaría a los niños.

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