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Münchausen por internet o por qué no deberías creerte lo que te cuentan en pantalla
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Münchausen por internet o por qué no deberías creerte lo que te cuentan en pantalla

El barón de Münchausen se hizo famoso en su época por contar historias de aventuras fantásticas. Dio nombre a una enfermedad peligrosa y difícil de tratar

Foto: Las aventuras del barón Münchausen viajando a la luna (por Gustave Doré).
Las aventuras del barón Münchausen viajando a la luna (por Gustave Doré).

La madrugada del 14 de junio de 2015 nadie pudo dormir en el Condado Greene de Misuri, en Estados Unidos, especialmente los agentes de policía. Tras entrar en el apartamento de Claudine 'Dee Dee' Blanchard, de 48 años de edad, la encontraron boca abajo en la cama de su habitación, cubierta de sangre y con heridas de varios días a causa de unas puñaladas por la espalda. El misterio aumentó cuando no encontraron a su hija Gypsy Rose, de la que la mujer jamás se separaba: una niña que padecía leucemia, asma, distrofia muscular y otras enfermedades crónicas, además de tener, según siempre explicaba Dee Dee, la capacidad mental de una niña de siete años por culpa de diversos daños cerebrales.

¿El problema? Gypsy Rose no tenía, en realidad, ninguna de esas enfermedades.

Según su madre, Gysy Rose padecía leucemia, asma, distrofia muscular y otras enfermedades crónicas. En realidad estaba completamente sana

Al día siguiente, la policía encontró a Gypsy Rose en Wisconsin acompañada de Nicholas Godejohn, un chico al que había conocido por internet. Ambos habían asesinado a Dee Dee. Cuando se descubrió que Gypsy Rose era una adulta con perfectas capacidades mentales y que había asesinado a su madre por el maltrato a la que la tenía sometida, la opinión pública no supo de parte de quién ponerse. Actualmente, con 30 años, cumple condena en prisión.

El Síndrome de Münchausen por poderes es una enfermedad mental y también una forma de maltrato infantil. El cuidador del niño (generalmente la madre) inventa síntomas falsos o provoca síntomas reales para que parezca que el niño está enfermo como en el caso de Gypsy Rose. No siempre tiene que ser por poderes, por supuesto, pues la propia persona puede ser la 'supuesta enferma': crea dolencias inexistentes o incluso se produce autolesiones para lograr una serie de síntomas físicos y psicológicos. La OMS lo considera algo así como un "paciente peregrino" que va de hospital en hospital.

El barón de Münchausen se hizo famoso en su época por contar historias de aventuras fantásticas que no le habían sucedido, como viajar a la Luna o bailar en el estómago de una ballena

El nombre de la enfermedad también es curioso: el primero en hablar de esta enfermedad patológica fue el doctor Asher en los años 50, mencionando al excéntrico Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchausen (1720-1797), que se hizo famoso en su época por contar historias de aventuras fantásticas que no le habían sucedido, como viajar a la Luna o bailar en el estómago de una ballena, entre otras maravillas épicas. Por supuesto, es una patología real (no es como el que se finge enfermo para conseguir una baja o cobrar algo, por poner un ejemplo) y el paciente no es consciente de que nace de su necesidad de llamar la atención.

Se han descrito casos en los que el paciente incluso se ha llegado a inocular el virus del VIH, aunque lo más normal es sufrir síntomas producto de la ingestión de medicamentos, síntomas gastrointestinales, trastornos neurológicos (cefaleas, mareos), erupciones, hemorragias... son pacientes manipuladores que boicotean sus propias pautas y no toman los remedios que se les indican.

Marc Feldman describió un conjunto de comportamientos que denominó Münchausen por Internet, con cuatro estudios que documentaban casos de individuos que utilizaban el ordenador para contar historias falsas de enfermedades o crisis personales para llamar la atención, conseguir simpatía o controlar a los demás, informa 'Psychology Today'. Un caso bastante famoso es el de Paco Sanz, que estafó 250.000 euros fingiendo tener más de 2.000 tumores. Por supuesto, la diferencia con el Münchausen normal es que en ese caso el paciente, como explicábamos, no quiere ningún rédito sino que cree estar enfermo de verdad.

Varios estudios documentan casos de individuos que utilizaban el ordenador para contar historias falsas de enfermedades o crisis personales para llamar la atención

Al Münchausen por Internet también se le llama trastorno ficticio digital. Un estudio a gran escala que analizó publicaciones en líneas de 556 personas en distintos países señaló que se habían fingido embarazos complicados, abortos espontáneos o muertes de conocidos (a veces de niños). Estos estudios son difíciles, claro, porque generalmente los afectados no quieren participar en la muestra, pero se estima que el 60% de las personas evita mentir en la vida real, pero solo la mitad de este número evita mentir en Internet. Parece ser que en muchas ocasiones es por encajar y que la propia naturaleza de la comunicación digital alienta la mentira. El anonimato de la audiencia digital permite cambios rápidos entre identidades, facilitando una falta de retroalimentación efectiva o sanción sobre acciones engañosas.

Según las investigaciones, la mayoría de pacientes que presentan estos trastornos ficticios en el mundo real son mujeres jóvenes, de unos 30 años, solteras. Cuando los hombres lo muestran lo hacen a una edad posterior (alrededor de los 40). Con la aparición y democratización de internet está claro que son nuevos los escenarios en los que se pueden realizar viejas prácticas, y aún es pronto para deducir si este tipo de trastorno es igual que el Münchausen en la vida real. Como explica en el artículo la psicóloga Phil Reed: "Puede ser que las propiedades de la comunicación digital hayan permitido una mutación del trastorno facticio en algo más maligno o que sea un grito de ayuda que piden los jóvenes, demasiado asustados para discutir sus problemas reales".

La madrugada del 14 de junio de 2015 nadie pudo dormir en el Condado Greene de Misuri, en Estados Unidos, especialmente los agentes de policía. Tras entrar en el apartamento de Claudine 'Dee Dee' Blanchard, de 48 años de edad, la encontraron boca abajo en la cama de su habitación, cubierta de sangre y con heridas de varios días a causa de unas puñaladas por la espalda. El misterio aumentó cuando no encontraron a su hija Gypsy Rose, de la que la mujer jamás se separaba: una niña que padecía leucemia, asma, distrofia muscular y otras enfermedades crónicas, además de tener, según siempre explicaba Dee Dee, la capacidad mental de una niña de siete años por culpa de diversos daños cerebrales.

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