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Cómo distinguir entre un trastorno de ansiedad y una depresión
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Cómo distinguir entre un trastorno de ansiedad y una depresión

Millones de personas sufren trastornos de salud mental. De ellos, los más habituales son la depresión y la ansiedad, dos enfermedades que a menudo se presentan de modo conjunto

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Durante mucho tiempo han permanecido ocultos. Sin embargo, los problemas de salud mental han comenzado a visibilizarse, poniendo sobre la mesa la necesidad de prestar atención a quienes los sufren. Entre ellos, los más habituales son la depresión y la ansiedad, dos trastornos que están muy presentes en la vida de millones de personas y que, según la Organización Mundial de la Salud, son una de las causas más importantes de discapacidad.

Más allá de ese comentario coloquial de ‘estar depre’, el término médico depresión hace referencia a una enfermedad, un trastorno del estado del ánimo que interfiere significativamente en la vida de quien lo padece. Según datos de la OMS, se calcula que casi 300 millones de personas sufren depresión, lo que equivale a un 4,4% de la población mundial. Este porcentaje es mucho mayor en las formas leves, y en personas con antecedentes de primer grado, el riesgo de padecerla aumenta hasta tres veces con respecto a la población general.

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Por otro lado, la ansiedad es una reacción normal del individuo que le permite mejorar el rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta frente a las situaciones consideradas amenazantes. Ahora bien, advierte el doctor Albert Majó Ricart, psiquiatra del Centro Médico Teknon, “cuando esta respuesta es de mayor intensidad y frecuencia de lo esperado, la persona experimenta un conjunto de síntomas psíquicos y físicos que configuran una ansiedad patológica”.

Habitualmente, continúa el especialista, “se considera que la depresión y la ansiedad son entidades clínicas independientes, aunque suele ser raro encontrarlas en estado puro, ya que lo más frecuente es que, en mayor o menor medida, aparezcan de manera conjunta en un mismo paciente. Según las encuestas norteamericanas, esta aparición conjunta llega a alcanzar una prevalencia del 60%, y uno de cada cuatro pacientes que tienen un diagnóstico de ansiedad generalizada tiene diagnosticado también un trastorno depresivo. Por ello, la coexistencia de la depresión y la ansiedad es ahora entendida más como la norma que como la excepción”.

Causas de la depresión

Las causas de estas enfermedades pueden depender de varios factores. En el caso de la depresión, algunas formas de depresión son de origen genético, lo que implica una predisposición hereditaria a padecer un déficit de algunos neurotransmisores cerebrales, principalmente de serotonina y dopamina. En otros casos es un trastorno orgánico, como una enfermedad hormonal, lo que puede alterar estos mismos neurotransmisores.

Otros tipos de depresión tienen su origen en problemas psicológicos, como una baja autoestima o un estilo de pensamiento distorsionado, que solo deja pasar los estímulos negativos y no aprecia los positivos. “Finalmente, otras depresiones tienen su origen en factores del entorno del individuo, que cuando le afectan de manera continuada, acaban por alterar también la neurotransmisión cerebral y desencadenar un cuadro depresivo”.

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Por su parte, la ansiedad está muy vinculada a los factores genéticos y a los trastornos psicológicos. “En cuanto a la genética, existe una predisposición al trastorno, aunque se desconoce su contribución exacta, el tipo de educación en la infancia y la personalidad, presentando mayor riesgo aquellas personas con dificultad para afrontar los acontecimientos estresantes”, explica el especialista.

En relación con los trastornos psicológicos, sus síntomas pueden aumentar el nivel de dependencia de la persona, reducir sus capacidades y su bienestar, mermar su autoestima, limitar sus relaciones sociales… "Y todo ello puede incrementar notoriamente su nivel de ansiedad".

Entre los factores precipitantes de la enfermedad estarían los acontecimientos estresantes, en particular las dificultades en las relaciones interpersonales, las enfermedades físicas y los problemas laborales.

Síntomas y diagnóstico

  • Entre los síntomas característicos de la depresión (síntomas Diana) encontramos sentimientos de tristeza, irritabilidad, anhedonia (disminución de la capacidad para disfrutar y mostrar interés o placer en las actividades habituales), sensación de debilidad física o falta de energía, trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia) y del apetito, dificultades de concentración y disminución de la capacidad intelectual, sentimientos recurrentes de inutilidad o culpa.
  • En cuanto a la sintomatología de la ansiedad, esta suele caracterizarse por palpitaciones, sensación de ahogo, angustia o fobias.

“Para diagnosticar una depresión, realizamos una exhaustiva historia clínica y exploración psicopatológica que requiere que se presenten al menos cinco de los síntomas DIANA durante un período de, mínimo, dos semanas, y que la aparición de estos síntomas no sea debida a otra enfermedad psiquiátrica, a consumo de tóxicos o a una reacción de duelo”. El diagnóstico de la ansiedad se basa en la evaluación clínica por parte del especialista en Psiquiatría. Dado que presenta síntomas y signos bastante característicos, no es necesario, en muchos casos, efectuar ninguna otra prueba diagnóstica.

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Para ambos casos hay tratamiento y es importante acudir a un profesional de la salud mental (psiquiatras o psicólogos) cuanto antes. Dentro del tratamiento, hay dos grandes opciones: la farmacológica y la psicológica.

En el caso de la ansiedad, en primer lugar se hará una primera visita diagnóstica por parte de un psiquiatra en donde se analizará la naturaleza y causas del 'problema ansioso'. En segundo lugar, explica el doctor Majó, “se confeccionará un plan de tratamiento individualizado para cada paciente (farmacológico y psicoterapéutico según convenga), con el fin de erradicar y lograr mejorar la calidad de vida de la persona”.

“En cuanto a la depresión, la aparición de los antidepresivos actuales, aunque no exentos de posibles efectos secundarios, (generalmente leves y transitorios) nos permiten elaborar un tratamiento personalizado a cada paciente”, subraya el especialista. Tendrá que ser prescrito y controlado por un médico. Por otro lado, la psicoterapia proporciona un conjunto de herramientas encaminadas a mejorar las condiciones psicológicas del individuo en el presente y hacia el futuro.

De la adecuada combinación de fármacos y técnicas psicológicas va a depender el pronóstico de la depresión, que, salvo contadas excepciones, resulta muy positivo. “Los mejores resultados”, concluye el doctor Majó, “se obtienen combinando ambas formas de tratamiento, aunque los fármacos son más eficaces cuando existe un mayor peso biológico en el origen de la depresión y actúan con menor eficacia cuanto más peso tienen los factores psicológicos y ambientales”.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con la Clínica Teknon

Durante mucho tiempo han permanecido ocultos. Sin embargo, los problemas de salud mental han comenzado a visibilizarse, poniendo sobre la mesa la necesidad de prestar atención a quienes los sufren. Entre ellos, los más habituales son la depresión y la ansiedad, dos trastornos que están muy presentes en la vida de millones de personas y que, según la Organización Mundial de la Salud, son una de las causas más importantes de discapacidad.

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