Las calorías que evitas comer cada día durmiendo una hora más, según un estudio

Si quieres tener éxito en lo que respecta a tus objetivos a la hora de perder peso, el secreto puede estar en dormir más. Y es que, según revela un reciente estudio de la Universidad de Chicago, una hora más de sueño cada noche puede ayudar a las personas con sobrepeso y falta de sueño a comer 270 calorías menos al día sin proponérselo.

A los participantes de esta nueva investigación, publicada en la revista ‘JAMA Internal Medicine’, no se les pidió que redujeran el número de calorías. De hecho, ni siquiera sabían que se estaba midiendo su ingesta para el ensayo, ya que se hizo mediante el análisis de muestras de orina que los participantes pensaron que se estaban recolectando para medir otros parámetros.

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De este modo, los datos dicen que esa hora extra de sueño diaria se traduciría en una pérdida de peso de algo más de cuatro kilos al año. De este modo, este estudio se suma a la evidencia que sugiere que el sueño juega un papel primordial a la hora de adelgazar.

Sueño y patrones de alimentación

“Una disminución de 270 calorías al día es tremenda. Esto es clínicamente importante, y también es muy significativo para las personas que llevan a cabo dietas para la pérdida de peso”, afirma Esra Tasali, autora principal del estudio, profesora asociada de medicina y directora del Centro de Investigación del Sueño de la Universidad de Chicago.

Una hora más de sueño diaria se traduciría en una pérdida de cuatro kilos al año

Este estudio no es el primero en relacionar el sueño con los patrones de alimentación. Sin embargo, y a pesar de la creciente evidencia de que dormir bien ayuda a las personas a seguir una dieta saludable (al menos en términos de cantidad y calidad de las calorías consumidas), el sueño no es un tema que trascienda a la hora de abordar la pérdida de peso, ni tan siquiera surge en conversaciones entre los médicos y sus pacientes.

No obstante, esto está empezando a cambiar, según afirma James Rowley, profesor de cuidados intensivos y medicina del sueño en la Universidad Estatal de Wayne en Detroit. “Durante muchos años, el sueño simplemente no se consideró parte de esta ecuación, pero lo que está claro es que el sueño adecuado es importante para la salud en general”, asegura. Ahora se reconoce cada vez más que el sueño debe considerarse un componente importante de la salud cardiovascular, la salud metabólica, el ejercicio y la alimentación.

Para el estudio, Tasali reunió a 80 adultos con sobrepeso con un índice de masa corporal superior al normal, entre 25 y 29,9. El grupo, con una edad promedio de alrededor de 30 años, dormía regularmente menos de 6,5 horas por noche.

Hasta 500 calorías menos al día

Después de dos semanas de monitorear los hábitos de sueño de los participantes del estudio en casa a través de sensores de muñeca, Tasali y su equipo dividieron al grupo en dos categorías: un grupo de control que continuó con su rutina habitual de sueño y un grupo de estudio, que recibió una intervención de asesoramiento sobre el sueño en la qie Tasali ayudó a los participantes a diseñar un plan de sueño personalizado para trabajar con una hora más de sueño cada noche.

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Tras otras dos semanas más estudiando sus patrones de sueño, los datos mostraron que aquellos que recibieron el asesoramiento mejoraron su sueño, y durmieron de media una hora y 12 minutos más por noche. También terminaron comiendo 270 calorías menos por día de media, aunque algunos participantes registraron hasta 500 calorías menos consumidas. Sin embargo, para el grupo de control, la ingesta calórica aumentó en unas 115 calorías por día de media.

Vale la pena señalar que ninguno de los participantes del estudio estaba tratando activamente de perder peso. Comieron una media de 2.655 calorías al día y, para asegurarse de que no se vieran influenciados durante el estudio, se les dijo que la investigación consistía en recopilar información sobre los hábitos de sueño y el metabolismo. Así podrían comer de la forma habitual.

Aunque los hallazgos son importantes, se necesitan estudios a más largo plazo

Tasali afirma que los hallazgos son importantes por varias razones: la investigación se realizó en un entorno del mundo real, y no en un laboratorio del sueño, con los participantes manteniendo sus hábitos alimenticios normales y durmiendo en sus propias camas. Los resultados también fueron objetivos y libres de autoinformes: los sensores de muñeca registraron la duración del sueño y las pruebas basadas en la orina midieron la ingesta calórica.

Sin embargo, el estudio tiene sus salvedades. “No sabemos hasta qué punto los hábitos se habrían continuado más allá de esas dos semanas. Se necesitan estudios a más largo plazo y con poblaciones más diversas, pero nuestra hipótesis general es que esta intervención se aplicaría a poblaciones con varios pesos de referencia y duración del sueño” asegura, aunque este estudio “podría cambiar las reglas del juego en nuestra batalla contra la obesidad en nuestra sociedad” concluye.