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¿Quieres ser más feliz dentro de 50 años? Todo depende de los hábitos que desarrolles ahora
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UN BUEN ENVEJECIMIENTO

¿Quieres ser más feliz dentro de 50 años? Todo depende de los hábitos que desarrolles ahora

A la hora de pensar en bienestar, es de vital importancia hacerlo a largo plazo. Aquí van una serie de recomendaciones muy útiles para llegar a una edad avanzada sin lamentarlo

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"Imagínate dentro de diez años. ¿Serás más feliz de lo que eres hoy en día?". Normalmente todos responderíamos que sí, pues si somos mínimamente optimistas se supone que entendemos nuestra vida como un progreso lógico y no como una absoluta decadencia. "Hago esta pregunta a mis estudiantes de posgrado con edades medias entre los veinte años y la mayoría piensan que serán más felices, pero cuando elevo la predicción a los 50 años vista, sus respuestas parecen mucho menos halagüeñas. Tener más de 70 años no suena tan bien para la mayoría".

Con este inspirador inicio abre Arthur C. Brooks, periodista de bienestar en 'The Atlantic', uno de sus artículos, dando por hecho que cuando nos proyectamos hacia un futuro realmente lejano (en realidad medio siglo, una barbaridad), solemos ser pesimistas en detrimento de cuando lo hacemos solo hacia un futuro más cercano. A nadie le gusta envejecer, ya que se asocia con una disminución de las capacidades físicas y mentales de las que gozamos cuando somos jóvenes, y tal vez lo más doloroso o traumático: ya no seremos tan guapos.

"En esta época vital, muchas personas descubren la importancia de haber tomado buenas decisiones financieras en sus primeras décadas"

Este no deja de ser un imperativo socioeconómico que se nos inculca desde que empezamos a cumplir años. Tenemos que aparentar juventud y frescura, actualizar nuestros saberes continuamente para no quedarnos al margen, no notar ni una mínima arruga en nuestra frente. Pocos artículos hablan de las ventajas de la madurez y el envejecimiento, y si lo hacen es en tono compasivo. Cuando en realidad, como afirma Brooks, los índices del bienestar suelen percibir una disminución de la satisfacción vital en la mediana edad para despuntar justo después, a partir de los 60.

¿A qué se debe este curioso efecto? "En esta época vital, muchas personas descubren la importancia de haber tomado buenas decisiones financieras en sus primeras décadas", argumenta el experto. "Es más probable que aquellos que ahorraron e hicieron una buena planificación ahora puedan mantenerse de forma cómoda". Lo mismo ocurre con otros asuntos de la vida, según Brooks. Aquellos que se lo tomaron más tranquilamente, sin despilfarrar energía, suelen ser los que mejor llegan a la recta final.

Foto: Foto: Unsplash/@martin_lostak.

Como es obvio, el bienestar a largo plazo depende de muchos factores que no podemos controlar estrictamente. Aunque algunos de ellos sí que pueden situarse bajo nuestro control, enseñándonos como llevar nuestra satisfacción física, mental, emocional y económica a buen puerto. Y todo ello gracias a la interiorización de buenos hábitos, pues lo que hacemos todos los días (y lo que dejamos de hacer) determina en gran medida quiénes seremos en un futuro. Así pues, aquí van siete costumbres concretas que debes tener en cuenta para pensar en el largo plazo y verlo con buenos ojos, según Harvard.

No fumar

A la hora de pensar en hábitos perjudiciales para tu salud a largo plazo, el primero que nos viene a la cabeza es no desarrollar una adicción por el tabaco. El consejo más sabio, de la mano de propios fumadores, es palmario: "cuanto antes lo dejes, mejor". No hay una relación directa entre años fumando y una menor capacidad para dejarlo, pero obviamente cuanto antes alejes esa nube de alquitrán y dióxido de carbono de tus pulmones, tu salud de aquí a unos cuantos años mejorará o tendrá menos probabilidades de debilitarse, y con ello tu satisfacción vital.

Olvida el alcohol

El tabaco y el consumo frecuente de alcohol van de la mano. No solo tu forma física se resentirá, sino también la mental, pues beber es un factor de riesgo de cara a desarrollar trastornos como la depresión. Si tienes sospecha de que bebes demasiado o realmente te gustaría dejarlo completamente, no lo pienses dos veces. Nunca te arrepentirás de haber apartado este mal hábito de tu vida.

Mantén un peso estable y saludable

Como siempre, una dieta variada y rica en vitaminas y químicos antioxidantes te proporcionará un bienestar físico y mental a largo plazo. Evita obsesionarte o restringirte demasiado, tan solo sé más consciente de lo que comes y que esto se adecúe a un régimen alimenticio rico en frutas y verduras dejando menos espacio para los alimentos procesados, los fritos o los azúcares.

Muévete

La otra pata de una dieta sana y equilibrada es llevar una vida activa. Ambas son las dos medidas más claras para frenar los efectos negativos del envejecimiento y gozar de una buena salud física y mental. Tampoco hace falta que entrenes para una maratón: basta con salir a caminar todos los días y no pasar demasiado tiempo al día sentado. La clave siempre es moverse y forzar al cuerpo a que haga esfuerzos diarios para no quedarse oxidado.

Controla tu mente

Quizás lo más difícil, al fin y al cabo, no hay una receta concreta para desarrollar una buena mentalidad que te permita dejar de crearte problemas por ti mismo, en tu cabeza. Pero sí que hay acciones concretas transformadas en hábitos como por ejemplo meditar o realizar algún tipo de práctica espiritual que te ayude a afrontar los baches insalvables de la vida. Debes desarrollar un mecanismo de afrontamiento de la realidad para no caer en la evitación, lo cual puede conducirte hacia manías o adicciones que solo perjudicarán tu salud física y mental o lastrarán el objetivo de llegar a una edad avanzada de forma óptima.

Sigue aprendiendo

Desarrolla una pasión por el conocimiento, que la curiosidad no decaiga. A medida que nos hacemos mayores tendemos a acomodarnos y el cerebro se vuelve menos flexible y receptivo a lo nuevo. Para evitar esto, lo mejor es sentir inquietud y curiosidad por las cosas que te interesan o te hacen feliz. No hace falta estudiar una nueva carrera, pero sí apostar por aficiones que llevaban un tiempo enterradas y que requieren tiempo, esfuerzo y dedicación.

No dejes relaciones atrás

Lo que más asusta de la vejez no es solo la enfermedad o la muerte, sino la soledad. A medida que envejecemos vamos perdiendo habilidades físicas y mentales, pero también el atractivo o la conexión con los demás. Las rutinas de trabajo o el cuidado de la familia pueden hacer que poco a poco vayamos perdiendo relaciones sociales, tanto sólidas como líquidas, que antes nos reportaban bienestar. Por ello, como recuerda Brooks, "lo esencial es encontrar personas con las que puedas crecer, con las que puedas contar, sin importar lo que se cruce en tu camino".

"Imagínate dentro de diez años. ¿Serás más feliz de lo que eres hoy en día?". Normalmente todos responderíamos que sí, pues si somos mínimamente optimistas se supone que entendemos nuestra vida como un progreso lógico y no como una absoluta decadencia. "Hago esta pregunta a mis estudiantes de posgrado con edades medias entre los veinte años y la mayoría piensan que serán más felices, pero cuando elevo la predicción a los 50 años vista, sus respuestas parecen mucho menos halagüeñas. Tener más de 70 años no suena tan bien para la mayoría".

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