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¿Estamos los humanos limitados a tener solo 150 amigos?
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¿Estamos los humanos limitados a tener solo 150 amigos?

Hay un número limitado de personas con las que podemos mantener relaciones sociales significativas (y no pienses en el típico amigo de Facebook con el que no hablas desde que terminaste el colegio)

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Somos seres gregarios y, como tales, desde que comenzamos a caminar por este ancho mundo nos contentamos con vivir en comunidades, viviendo y trabajando al lado de gente que al principio eran extraños, y después conocidos, vecinos o gente con la que compartir el día a día. Es decir, amigos.

Pero hay una teoría propuesta por Robin Dunbar (antropólogo de la Universidad de Oxford) que asegura que existe un límite de 150 personas con las que podemos mantener relaciones sociales significativas (no pienses en el típico amigo de Facebook con el que no hablas desde que terminaste el colegio): esto se conoce como el número de Dunbar, informa 'Live Science'.

¿Es verdad? ¿Se sostiene y estamos limitados a tener 150 amigos? Para algunos parecerá mucho, y para otras mariposas sociales quizá poco. Décadas después desde que publicó por primera vez su afirmación, Dunbar aún mantiene su número, y otras investigaciones lo han respaldado, aunque también hay expertos y estudios que no están tan seguros porque ha habido mucha variación en el tamaño de las redes sociales de las personas.

Existe un límite de 150 personas con las que podemos mantener relaciones sociales significativas, según Robin Dunbar

Además, un estudio de 2021 planteó dudas sobre la precisión del número de Dunbar. Según explicaba, algunos estudios empíricos han encontrado apoyo para este número, mientras que otros han informado otros tamaños de grupos. "No es posible hacer una estimación con precisión utilizando los métodos y datos disponibles", indicaron. Aun así Dunbar enfatiza en que 150 es el número promedio de relaciones, en lugar de un límite estricto, que una persona puede mantener. Además, sugiere que estas 150 relaciones no son iguales en importancia o grado de intimidad.

Según Dunbar, estas capas están definidas por la "intensidad emocional de la relación" y también por el tiempo que tendemos a invertir en cada persona. "Es posible que ni siquiera nos gusten realmente las 150 personas, pero mantenemos la relación porque nos ayuda de alguna manera, o porque necesitamos continuar interactuando con ellos (viven al lado o son nuestro jefe, quizá). No es un límite que tenga un juicio de valor adjunto. Es solo una característica de la evolución humana", concluye.

¿La sociedad moderna y la tecnología han cambiado la cantidad de amistades que podemos mantener? Pues... parece que no

Los humanos modernos llevamos existiendo unos 300.000 años (y durante la mayor parte de ese tiempo no ha habido ni grandes pueblos ni ciudades). Teniendo en cuenta que la ciudad más antigua, que está en Turquía, tiene 9.000 años, y que el asentamiento más grande del planeta durante 2.000 años no superaba los 3.000 habitantes, podríamos decir que en los últimos tiempos la población mundial se ha expandido rápidamente y creado enormes centros humanos. Y, además de eso, nuestra capacidad moderna para comunicarnos con más personas que nunca, independientemente de su ubicación, significa que, en teoría, casi todos en el mundo tienen el potencial de ser amigos.

Entonces, ¿la sociedad moderna y la tecnología han cambiado la cantidad de amistades que podemos mantener? No según Dunbar. "No ha cambiado nada", dijo. "El límite no lo impone simplemente la capacidad de recordar quién es quién, sino la capacidad de comprender la calidad de la relación y trabajar con esa información al interactuar con ellos", aseguró.

Un problema teórico clave sin resolver es si las redes sociales y los servicios de mensajería cambian fundamentalmente estas limitaciones al hacer que sea más fácil mantenerse en contacto con las personas, pues a medida que avance sí podría aumentar la cantidad de personas con las que interactuamos a diario.

Somos seres gregarios y, como tales, desde que comenzamos a caminar por este ancho mundo nos contentamos con vivir en comunidades, viviendo y trabajando al lado de gente que al principio eran extraños, y después conocidos, vecinos o gente con la que compartir el día a día. Es decir, amigos.

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