Haribo regala unas gominolas a un hombre por devolver un cheque de más de 4 millones

Imagina que estás en la calle y te cae del cielo un cheque por valor de millones de euros. Esto fue lo que le pasó a Anouar G. de 38 años, un hombre de nacionalidad alemana que, cuando se dirigía a la estación de tren de Bürostadt Niederrad, Frankfurt, para ir a visitar a su madre, encontró un cheque en el suelo valorado por más de cuatro millones de euros y dirigido a Haribo.

Quien más y quien menos se habrá imaginado por un segundo yendo a cobrar ese cheque para tener la vida solucionada. Y seguro que Anouar pensó por un instante lo mismo. Sin embargo, decidió ser un buen ciudadano y ponerse en contacto con la famosa empresa alemana de golosinas Haribo, fundada por Hans Riegel el 13 de diciembre de 1920.

Para ser más exactos, el cheque tenía un valor de 4.631.538,80 euros y estaba emitido por la cadena de supermercados Rewe. Alguien había perdido ese cheque y ahora estaba en manos de Anouar. Los abogados de la empresa de ositos de gominola hablaron con el hombre y le indicaron que debía destruir el cheque y enviarles una prueba de que lo había roto. Así lo hizo y envió la prueba requerida para tranquilidad de la empresa.

La recompensa es algo irrisoria

Como recompensa, Haribo decidió enviar seis paquetes de ositos de goma a Anouar. A pesar de que era un cheque que solamente podía cobrar la empresa interesada y que nadie podría haberle sacado provecho, el protagonista de esta historia opina que la compensación es poco equitativa, si la comparamos con el valor que tenía el cheque que encontró.

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El Confidencial

Como bien declaró Haribo al periódico alemán Bild, “como era un cheque personalizado, nadie más que nuestra empresa podría haberlo redimido”. Acerca de la recompensa que envió al buen samaritano, la marca de chucherías comentó que "es nuestro paquete estándar que enviamos como agradecimiento".

Cualquiera hubiera pensado que, al devolver un cheque tan jugoso, la recompensa debería haber sido mayor. Sin embargo, Anouar no se puso en contacto con Haribo pensando en la recompensa, sino en que le ahorraría a la empresa una pérdida de millones, ya que "había una suma tan grande que ni siquiera podía pronunciarlo".