Es noticia
Los científicos ya saben por qué somos tan indecisos y cómo solucionarlo
  1. Alma, Corazón, Vida
¿Y si...?

Los científicos ya saben por qué somos tan indecisos y cómo solucionarlo

Todos, absolutamente todos, tendemos a restringir las posibilidades de la vida a un pequeño subconjunto de opciones, omitiendo siempre objetivos importantes en un intento de adelantarnos al futuro

Foto: Fuente: iStock
Fuente: iStock

Tomamos muchos tipos diferentes de decisiones a lo largo del día, tantas que contarlas sería un ejercicio minucioso que nos llevaría a un grado de conciencia, probablemente, nunca antes alcanzado. Incluso mientras dormimos, nuestro cerebro no para de decidir. Eso sí, una buena parte de todas esas elecciones, las más importantes, se toman en el contexto de las interacciones sociales.

Desde el ámbito familiar al laboral, algunas de estas podrían ser, por ejemplo, decidir si mentirle o no a un amigo, pensar cómo actuar en una cena en familia, o si decirle o no lo que piensas a tu jefe sobre ese trabajo en el que estás inmerso.

Foto: Fuente: iStock.

Cuando tomas una decisión, como explica Sarah Sloat en Inverse intentas controlar el futuro. Así pues, puede decir que nos pasamos la vida asomados al precipicio de lo que puede venir. Imagina, ahora, que acabas de decidir que sí, que aceptas ese nuevo trabajo en una nueva ciudad que hasta hace nada no estaba en tu mente y ahora va a provocar que todo cambie a tu alrededor. Pues bien, también ahí has decidido avanzar hacia lo que en este caso entendemos socialmente como un modelo de persona potencialmente mejor. Lo mismo sucede cuando se trata de tener hijos o no, de estudiar esto o aquello, de compartir la vida con otra persona. Decidir convertir los supuestos hipotéticos en realidad es lo que impulsa nuestras historias hacia adelante.

Déjalo, no se te da bien

No obstante, la dura verdad es que estudio tras estudio, la ciencia está mostrando que los humanos no somos muy buenos en esta tarea. Vale, tampoco es que sea nada nuevo, pero si crees que eres el único indeciso estás muy equivocado.

placeholder (iStock)
(iStock)

Todos, absolutamente todos, tendemos a restringir las posibilidades de la vida a un pequeño subconjunto de opciones; tendemos a omitir algunos de los objetivos más importantes, porque qué dirán o cómo voy a ser yo capaz de eso, cuando lo cierto es que no somos buenos para estimar la probabilidad de los resultados.

El éxito en la toma de decisiones sociales generalmente depende de qué tan bien comprendamos las intenciones, emociones y creencias de los demás. Cuando tomas una decisión social, tienes en cuenta la toma de decisiones tradicional, o lo que es lo mismo: generalmente implicamos en esto los procesos de aprendizaje, valoración y retroalimentación, así como el estado mental de la otra persona o personas involucradas. Este proceso involucra además redes neuronales específicas.

Un procesamiento intuitivo

Según los científicos, este tipo de toma de decisiones es también donde la razón se encuentra con la emoción. Los estudios muestran que la mayoría de las veces las decisiones sentimentales son el resultado de un procesamiento intuitivo, mientras que las decisiones prácticas son el resultado de un procesamiento racional. Pero esto no es cierto para todas las personas, especialmente para las personas que están emocionalmente conectadas con su trabajo.

placeholder (iStock)
(iStock)

No existe una forma única para todos de abordar la toma de decisiones porque las personas somos individuos infinitamente amplios. Algunas personas pueden hacer una lista de pros y contras cuando deciden si salir o no con alguien; otras pueden seguir su instinto.

Al final, cualquier decisión puede terminar siendo la mejor elección. Los estudios sugieren que las personas que permanecen en un estado de inacción ante las decisiones tienen más probabilidades de arrepentirse que aquellas que toman una decisión. Y una vez que toma una decisión difícil, su cerebro ajusta sus preferencias, lo que significa que es más probable que pueda tomar otra decisión difícil en el futuro.

Tomamos muchos tipos diferentes de decisiones a lo largo del día, tantas que contarlas sería un ejercicio minucioso que nos llevaría a un grado de conciencia, probablemente, nunca antes alcanzado. Incluso mientras dormimos, nuestro cerebro no para de decidir. Eso sí, una buena parte de todas esas elecciones, las más importantes, se toman en el contexto de las interacciones sociales.

Social Ciencia Psicología social
El redactor recomienda