"Claro que quiero vivir del cuento": una 'tiktoker' estalla cuando le acusan de no querer trabajar

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Ser influencer -ya sea en Instagram, TikTok o Youtube- se ha convertido en una de las nuevas profesiones del siglo XXI más criticadas. Esta es la alternativa por la que ha optado Carmen Merina, una joven que fue despedida tras exponer en redes algunas prácticas laborales que no gustaron a la empresa. Ahora se encuentra desempleada, pero las redes le han brindado la oportunidad de trabajar en otro sector diferente muy bien pagado.

Bajo el usuario de @rayomcqueer, la chica conoció la popularidad. Con su denuncia sobre la precariedad laboral en España y su humor se ha ganado unos cuantos seguidores en TikTok. En Twitter también se ha convertido en toda una estrella. Pero algunos la han acusado de no querer trabajar y que su único objetivo es “vivir del cuento”. ¿Cuál ha sido su respuesta? Pues Carmen no se opone a este camino.

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El Confidencial

La joven defiende su nuevo camino laboral tras ser despedida

“Por supuesto que quiero vivir del cuento”, ha contestado a todos aquellos que la han criticado por quererse dedicar a ser tiktoker. “¿De verdad te encanta ir a tu oficina todos los días de tu vida ganando 1.100 euros al mes?”, ha preguntado a sus detractores en un nuevo vídeo que no ha tardado en hacerse viral.

La joven ha defendido que la gente quiera tener una vida digna trabajando en internet, y ha señalado que ojalá todos pudiésemos cobrar el dinero de los influencers. Para ella no tiene menos mérito subir vídeos a cualquiera de las plataformas que el resto de empleos más tradicionales.

“Es que si fuese por ti estaríamos todos en un servicio militar obligatorio para merecernos vivir”, ha dicho. También ha arremetido contra los mayores que se quejan de los jóvenes de ahora, identificados como la generación de cristal. “Yo cada día flipo más con los boomers y con la gente que se cree que la meritocracia existe”, se ha quejado visiblemente indignada con los comentarios.

Carmen no entiende a aquellos que dicen que los jóvenes no quieren trabajar viendo las condiciones laborales a las que se enfrentan a diario. Una reflexión que ha suscitado el debate sobre la situación actual.