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Una estadounidense muestra el Airbnb de los horrores por el que no le quieren devolver el dinero
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DE PELÍCULA DE TERROR

Una estadounidense muestra el Airbnb de los horrores por el que no le quieren devolver el dinero

Hay anfitriones que publican sus viviendas en portales de alquiler como Airbnb, y prometen una experiencia de lujo. Otros, no piensan en sus inquilinos y ofrecen verdaderas ruinas

Foto: Una estadounidense muestra el Airbnb de los horrores por el que no le quieren devolver el dinero (X/@SureAsMel)
Una estadounidense muestra el Airbnb de los horrores por el que no le quieren devolver el dinero (X/@SureAsMel)

Los anuncios en portales vacacionales como Airbnb pueden ser toda una lotería. Lo que muestran las fotografías no tiene por qué parecerse a la realidad, aunque no sea lo habitual. Hay anfitriones que ofrecen hogares muy cuidados y cumplen con lo que describen. Pero otros anunciantes mienten en sus anuncios, las viviendas reales parecen sacadas de una película de terror y pedir un reembolso es tarea imposible.

Esto fue lo que le ocurrió a la joven escritora estadounidense Melanie L. Rio, tal y como denuncia en una serie de publicaciones en su cuenta de X, antes Twitter. La joven buscaba una vivienda para pasar unas semanas, y encontró un piso que estaba “bien” de precio, 2.500 dólares por un mes, y no tenía mal aspecto. Hasta que llegó a la vivienda y se encontró con un lugar que no era nada parecido a las fotografías del anuncio, y carecía de higiene, limpieza e incluso seguridad.

Foto: Hay que estar atentos a este tipo de cámaras en los Airbnb (Pexels)

Ya las escaleras de entrada a la vivienda dejaban mucho que desear, y presentaban una falta visible de limpieza. Una vez dentro de la casa, “había una pequeña cucaracha en la cocina”, explicó la joven. Mató a la cucaracha y se quejó a Airbnb, que le pidió pruebas de la existencia de los insectos. No hubo problema, porque pronto comenzaron a aparecer más cucarachas, que la joven captó en varios vídeos.

Suciedad, roedores y escape de gas

Pero las cucarachas eran el menor de sus problemas. La cocina presentaba signos de limpieza deficiente, y “excrementos de ratón y suciedad general entre la nevera y los armarios”, narró Rio. El agua caliente tampoco funcionaba, y reportó su situación a Airbnb, que ponía en duda su veracidad.

Para empeorar más las cosas, durante su estancia se sucedieron varios días lluviosos, y la vivienda resultó tener también goteras, como muestra en varios vídeos. El baño tampoco era el mejor lugar de la casa, ya que presentaba humedades, marcas de insectos, suciedad y elementos sueltos, como los toalleros.

A pesar de informar de todo esto al equipo de asistencia de Airbnb, determinaron que no eran suficientes pruebas para disponer de un reembolso. Pero aunque parecía imposible, la cosa podía empeorar. La calefacción no funcionaba, por lo que el dueño de la vivienda envió a un técnico que cambió los vetustos filtros de los conductos.

Al ir a emplear la cocina, un fuerte olor a gas inundó toda la vivienda debido a un defecto de la válvula de cierre. El manager del edificio acudió a intentar solucionar el problema, que al final solucionó. Melanie también tuvo que sufrir un intento de forzar la cerradura de la vivienda cuando estaba fuera del apartamento, algo a lo que el anfitrión le quitó importancia.

Su lucha con Airbnb se volvió casi imposible, entre decenas de correos, imágenes y llamadas. En uno de esos contactos, a las 9:00 horas, una de las trabajadoras de Airbnb le prometió un reembolso si dejaba la propiedad antes de las 11 de la mañana. Con dos horas de preaviso, la joven empaquetó todas sus cosas y procedía a marcharse, entre contactos con Airbnb, cuando desde la compañía le informaron que ese reembolso no existía, y que podía volver a la vivienda.

Al final, entre correos electrónicos que no llegaban a ninguna parte, llamadas infructuosas y un anfitrión ausente, el equipo de reclamaciones le ofreció la solución. Le reembolsarían todo el dinero del mes reservado si pagaba el 70 % del coste de las noches que estuvo viviendo en la casa del terror. Melanie ya se encuentra de nuevo en casa, ha recibido su reembolso y ha agradecido a todas las personas que leyeron su historia e intentaron ayudarla.

Los anuncios en portales vacacionales como Airbnb pueden ser toda una lotería. Lo que muestran las fotografías no tiene por qué parecerse a la realidad, aunque no sea lo habitual. Hay anfitriones que ofrecen hogares muy cuidados y cumplen con lo que describen. Pero otros anunciantes mienten en sus anuncios, las viviendas reales parecen sacadas de una película de terror y pedir un reembolso es tarea imposible.

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