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Las cinco razones por las que deberías montar una empresa si tienes más de 40 años
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Las cinco razones por las que deberías montar una empresa si tienes más de 40 años

¿Tienes dudas sobre si embarcarte en un nuevo proyecto empresarial después de llevar varios años trabajando? Los motivos por los que fundar una compañía en la mediana edad es mejor que hacerlo de joven

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Se supone que los grandes empresarios de éxito, además de empezar en un garaje, eran jóvenes. Al igual que ocurre en otras esferas de la vida, existe un prejuicio edadista que desprecia la experiencia y conocimientos típicos de la madurez en virtud de la frescura y entusiasmo juvenil. Los grandes popes tecnológicos que se hicieron de oro, como Marck Zuckerberg o Bill Gates eran casi adolescentes cuando lanzaron sus productos, por lo que tendemos a pensar que para tener una idea de éxito o saber dirigir un proyecto hace falta algo que es imposible recuperar cuando se es mayor, que es precisamente, la juventud.

Sin embargo, hay grandes compañías que se fundan cuando sus dueños o gerentes ya tienen una madurez considerable. De hecho, un estudio de Harvard cifra en 40 años la edad media de los CEOs que han conseguido llevar su idea a la cima. Hay hasta investigaciones que sugieren que una persona que ronda los 60 años tiene hasta tres veces más posibilidades de triunfar que una persona que está en su treintena.

Judith Humphrey es un ejemplo. A sus 43 años, dirige la compañía que lleva su nombre, dedicada al management y a la formación de ejecutivos de alto impacto. En un artículo publicado en Fast Company, aporta su visión y sus argumentos sobre por qué la mediana edad es la mejor temporada de la vida para fundar una empresa. "Mis décadas estando empleada en puestos corporativos me proporcionó una base firme para mi empresa", asegura. "Durante esos años, trabajé para cuatro compañías distintas escribiendo discursos para directores ejecutivos. Esta experiencia me resultó extraordinariamente valiosa cuando diseñé y lancé la primera oferta de nuestra empresa".

Experiencia, redes de apoyo y confianza en uno mismo

Como certifica, el mejor maestro es la propia experiencia de haber pasado por distintos puestos y compañías. Y, por otro lado, si sabes lo que ocurre dentro de las organizaciones, a los 40 años también tendrás una idea de cómo funciona el mercado al que te quieres ofrecer o en el que estás especializado. "Si pasas años en un trabajo corporativo, descubres productos y servicios que son necesarios para la gente", asegura Humphrey. Esto es, precisamente, lo que te debes preguntar si quieres fundar una empresa, tengas la edad que tengas: "¿Qué puedo ofrecer a mis clientes para que me necesiten o quieran comprar mis productos o servicios? ¿Qué oportunidades de mercado hay?"

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Otra de las ventajas de dirigir una empresa cuando ya tienes cierta edad es que cuentas con una red de apoyo mucho más desarrollada y grande, a diferencia de cuando eres joven, que nadie o casi nadie te conoce. Si ya has dado tus primeros pasos en los entornos corporativos, puedes pedir tanto asesoramiento a otros directivos como ayuda económica o, incluso, que se sumen al proyecto. "Una red sólida es la clave del éxito", admite la CEO. "Se desarrolla con el tiempo, pero es aconsejable comenzar a cultivar esos contactos desde el principio. El respeto y la buena voluntad de esas personas te serán de gran utilidad cuando lances tu negocio".

También hay que tener en cuenta que cuando eres más mayor hay algo que te diferencia de la inexperiencia juvenil: la confianza en tí mismo debido a todos los conflictos y problemas a los que te has tenido que enfrentar ya y, lo más importante, de los que saliste airado. "Gran parte de tu éxito provendrá de tu capacidad para mirar a los clientes a los ojos y decirles cuánto ganarán si trabajan con tu empresa", señala Humphrey. "Ese nivel de confianza aparece en los emprendedores en la mediana edad porque tienen experiencia, conocimiento del mercado y redes sociales valiosas".

Pero no se deje engañar por la era de estos prodigios tecnológicos. La mayoría de los fundadores exitosos tienen una edad promedio al inicio de 40 años, según un estudio de Harvard. Y a los empresarios de mayor edad les suele ir mejor. Investigaciones recientes sugieren que una persona de 60 años que inicia un nuevo negocio tiene tres veces más probabilidades de tener éxito que una persona de 30 años. Soy un ejemplo: comencé mi empresa, Humphrey Group, a los 43 años y, más de 30 años después, sigue siendo sólida.

Aquí hay cinco razones por las que la madurez es un activo al iniciar un negocio:

1. EXPERIENCIA

En primer lugar, los emprendedores de mediana edad tienen éxito porque aportan una experiencia valiosa a su startup.

Mi década de empleo en puestos corporativos proporcionó una base firme para mi empresa. Durante esos años trabajé para cuatro empresas, escribiendo discursos para directores ejecutivos. Esta experiencia resultó extraordinariamente valiosa cuando diseñé y lancé la primera oferta de nuestra empresa: nuestro Programa de Oratoria Ejecutiva.

La experiencia que aporta le da credibilidad y le permite crear una empresa que prosperará.

2. CONOCIMIENTO DEL MERCADO

Los emprendedores a mitad de carrera a menudo prosperan porque conocen bien el mercado objetivo. Si pasa años en un trabajo corporativo, descubrirá productos y servicios que son necesarios y que puede ofrecer.

Aprendí de mis días corporativos que los ejecutivos querían ser mejores en la elaboración y presentación de sus discursos y presentaciones. Vinieron a mí con un borrador y me dijeron: "¿Puedes echarme una mano?" Les ayudaría a encontrar un mensaje y aclarar sus pensamientos. Y al hacerlo, vi lo que creía que era una oportunidad.

Pero primero quería probar el terreno, antes de lanzar la empresa. Así que dirigí un seminario “piloto” para la empresa en la que trabajaba. Vinieron muchos ejecutivos de nivel C. También dirigí grupos focales, donde los ejecutivos hablaban sobre lo que querían. Mi corazonada era correcta, así que lancé el Grupo Humphrey.

Si está interesado en el espíritu empresarial, pregúntese: "¿Qué puedo ofrecer que la gente necesite y quiera?" “¿Veo una oportunidad de mercado?”

3. UNA RED FUERTE

Cuando eres mayor, es más probable que tengas una red desarrollada. Después de lanzar Humphrey Group, obtuve negocios con los ejecutivos para quienes había escrito discursos. Uno de mis mayores partidarios fue el director ejecutivo de Shell Canadá. Le pedí referencias y me dio los nombres de otros directores ejecutivos y me dijo: "Espero que brindes la misma calidad que me brindaste a mí".

Mis contactos también incluían a los líderes de nivel C en los dos bancos donde había sido redactor de discursos. Me sugirieron personas a las que debería acercarme y también fueron mis primeros clientes.

Una red sólida es la clave del éxito. Lo desarrollarás con el tiempo, pero es aconsejable comenzar a cultivar esos contactos ahora. Esos lazos, y el respeto y la buena voluntad que usted cree, le serán de gran utilidad cuando inicie su negocio.

4. CONFIANZA

La confianza, que a menudo viene con la edad, es otra cualidad que necesitas para tener éxito. Esa confianza incluye creer en uno mismo y en lo que ofrece.

Cuando conducía por el distrito financiero de Toronto, miraba a las mujeres y a los hombres vestidos con trajes de negocios y me decía a mí mismo: "Hay un cliente". Sentí que todos los que ocupaban un puesto directivo comprarían lo que ofrecíamos, una vez que lo supieran. Ese es el nivel de confianza que se requiere cuando eres emprendedor.

Gran parte de su éxito provendrá de su capacidad para mirar a los clientes potenciales a los ojos y decirles cuánto ganarán trabajando con su empresa. Ese nivel de confianza llega a los emprendedores en la mitad de su carrera porque tienen experiencia, conocimiento del mercado y redes valiosas.

Se supone que los grandes empresarios de éxito, además de empezar en un garaje, eran jóvenes. Al igual que ocurre en otras esferas de la vida, existe un prejuicio edadista que desprecia la experiencia y conocimientos típicos de la madurez en virtud de la frescura y entusiasmo juvenil. Los grandes popes tecnológicos que se hicieron de oro, como Marck Zuckerberg o Bill Gates eran casi adolescentes cuando lanzaron sus productos, por lo que tendemos a pensar que para tener una idea de éxito o saber dirigir un proyecto hace falta algo que es imposible recuperar cuando se es mayor, que es precisamente, la juventud.

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