Los choques culturales de una colombiana, que vive en Estados Unidos, al volver a su país

Una ciudadana colombiana, establecida en Estados Unidos, compartió recientemente sus impresiones tras regresar a su patria en una visita que le reveló significativos choques culturales. Sus experiencias, que abarcan desde las tradiciones culinarias hasta las prácticas de conducción, ofrecen un vívido retrato de las adaptaciones y desafíos que enfrenta al vivir entre dos mundos.

El primer aspecto que resalta es la diferencia en las comidas principales entre ambos países. En Estados Unidos, la cena ocupa el lugar central, en contraste con Colombia donde el almuerzo es la comida más importante del día.

"En Estados Unidos, la cena es la comida principal", relata, añorando los almuerzos colombianos compuestos por una variedad de platos como sopa, arroz y yuca. Esta transición culinaria le resultó especialmente llamativa durante su estancia en Colombia, donde se sintió "en el cielo" por volver a disfrutar de estos sabores.

Comunicación y puntualidad

La comunicación directa es otro factor que destaca. A diferencia de la tendencia en Colombia y Latinoamérica de abordar los temas con tacto, en Estados Unidos prevalece una franqueza sin rodeos. "Aquí si se tienen que decir algo, te lo dicen sin pelos en la lengua", comenta, subrayando la adaptación necesaria ante este estilo de interacción.

En cuanto a la puntualidad, señala cómo en Estados Unidos se le da una importancia primordial, reflejando el adagio de que el tiempo es dinero. Esta actitud contrasta con la flexibilidad horaria que puede experimentarse en Colombia, lo que para ella representó un desafío al integrarse en la sociedad estadounidense, especialmente dada la rigidez con la que se maneja el tiempo en su país de acogida.

Vestimenta y conducción

La vestimenta también marca un distintivo cultural. Mientras que en Colombia las personas suelen arreglarse para cualquier salida, en Estados Unidos predomina un estilo más casual, incluso para ir al supermercado o al gimnasio. Esta diferencia la llevó a sentirse a menudo sobreadaptada para ciertas ocasiones, aunque destaca positivamente la recepción de cumplidos por su arreglo personal.

Finalmente, aborda el tema de la conducción, describiendo su relación de amor y temor con las normas de tráfico estadounidenses. La obligatoriedad de poseer una licencia de conducir y la alta velocidad en las carreteras son aspectos que aprecia, pero que igualmente le generan inquietud. "Aquí tienes que conducir demasiado rápido", menciona, haciendo hincapié en la diferencia con las prácticas de conducción en Colombia.

Estas experiencias resaltan no solo los choques culturales sino también la capacidad de apreciación y adaptación a diferentes estilos de vida. Este relato invita a reflexionar sobre las riquezas de la diversidad cultural y la importancia de mantener una mente abierta y receptiva ante las diferencias que nos rodean.