Injerto capilar: ¿qué técnicas existen y cuál se debe elegir en cada caso?

Se estima que el 50% de la población española padece alopecia. En su mayoría, tanto en hombres como en mujeres, es de origen androgénico, es decir, es provocada por factores genéticos y hormonales. Pero no es la única; existen otros tipos como la areata, que suele aparecer en parches y es producida por un ataque erróneo del sistema autoinmune; la difusa o efluvio, que suele ser reversible; la fibrosante, que aparece en la zona frontal del cabello o la alopecia cicatricial, que como indica su nombre se produce por una cicatriz, entre otras.

De esta forma, cuando se produce una caída de pelo anormal -superior a 100 cabellos diarios- lo más recomendable es acudir al especialista para que puedan determinar la causa y los posibles tratamientos. En algunos casos la alopecia será reversible, pero en otros no. Ese es el momento en el que se abre la posibilidad, si la persona así lo desea, de recurrir a un tratamiento de injerto capilar. Y es también en este punto cuando surgen diferentes preguntas y dudas en torno a la intervención, sobre todo referentes al método que se utiliza, los diferentes pasos que se llevan a cabo y la recuperación.

Pero antes de dar respuesta a todas ellas, lo primero es evaluar si el paciente es apto para el tratamiento ya que, como indican desde Hairback Clinic “no todo el mundo es candidato para un trasplante de cabello. Uno de los primeros factores a tener en cuenta es la densidad del área donante, de la cual se extraerán los injertos”. Afectan también otros factores como la edad, la progresión de la alopecia y el estado de salud del paciente. Por eso, es fundamental realizar un análisis previo de la situación para decidir si el tratamiento es viable y en caso de que así sea, cuál es la mejor opción.

Actualmente, desde la clínica explican que “las técnicas de trasplante más avanzadas son el DHI (Implantación Capilar Directa) y la técnica FUE Zafiro”. Tanto en su centro de España como en el de Turquía, el cirujano valora la situación del cabello, además del objetivo del paciente, y le orienta hacia la técnica más adecuada. En el caso de DHI, el folículo se inserta directamente en el área receptora y el cirujano tiene un control total sobre la profundidad, el ángulo y la posición. “Se trata de una técnica menos invasiva porque no implica realizar incisiones de antemano y el cabello se mantiene afuera por menos tiempo”, indican. El cabello se extrae con anestesia local y para la implantación se utiliza un implanter pen, que es una herramienta de implantación que permite implantar el folículo directamente en el cuero cabelludo.

Algunas de sus ventajas son que el “diámetro de incisión es menor, proporciona mejor ángulo, dirección y profundidad; los folículos son más fuertes y la cicatrización es más rápida”. Normalmente el paciente puede retomar su rutina habitual tres días después de la intervención. Pero, ¿quiénes son candidatos para esta técnica? Según el centro, “está diseñado para casos en los que el cabello es fino y liso”, ya que en cabello grueso o rizado, la implantación es muy compleja y no es posible garantizar un resultado óptimo.

La técnica FUE Zafiro, por su parte, sí que requiere abrir los conductos capilares antes de realizar la implantación, pero se lleva a cabo con una cuchilla de zafiro muy fina que proporciona al cirujano alta precisión, mediante la técnica Fast FUE Rev, para reducir al máximo la duración. Los folículos extraídos previamente pasan fuera del cuero cabelludo menos de 100 minutos garantizando su supervivencia en un 99%: “Son más resistentes que con el uso de un método de trasplante capilar convencional”. Se trata, así, de la técnica más utilizada del centro -hasta el 70% de los casos- pues es una de las que ofrece mejores resultados.

La recuperación es llevadera, pero requiere algunas precauciones como “dormir en una posición de 45 grados los primeros días para facilitar el riego sanguíneo, evitar el consumo de tabaco, la sobreexposición solar y la práctica deportiva las dos semanas posteriores a la intervención, así como bañarse en piscinas o en el mar”. En ambas técnicas es fundamental hacer un seguimiento posterior para comprobar que todo evoluciona bien y resolver cualquier duda que tenga el paciente. Los primeros resultados visibles suelen aparecer alrededor de seis meses después tras la cirugía y los finales, a los 12 meses.

Aunque es un tratamiento cada vez más popular -solo en 2021 se llevaron a cabo más de tres millones en todo el mundo- es importante elegir una clínica especializada con experiencia para obtener buenos resultados y evitar riesgos. En ese sentido, los puntos clave a tener en cuenta serán sus profesionales médicos, la tecnología y sus instalaciones, así como las condiciones de seguridad e higiene. Hairback Clinic, dirigido por el Dr. Baykal Oymak ha llevado a cabo más de 14.000 trasplantes de cabello en los últimos 17 años en Turquía y desde 2020 se encuentran también en Madrid.

En sus centros se planifica el tratamiento de forma personalizada y sus tarifas incluyen desde la primera consulta hasta las curas y el seguimiento. En el caso de las intervenciones en Turquía, también se incluye transporte privado y alojamiento durante dos noches en hotel de 5 estrellas.