¿Pueden Ibai Llanos o María Pombo satisfacer nuestras necesidades sociales mejor que un amigo?

La mayor parte de las cosas que aprendemos a diario son a través del teléfono móvil. Tanto si es una información de servicio como un determinado producto audiovisual que nos encanta en el ratito para antes de dormir, estamos permanentemente influidos por todo lo que sale a través de nuestra pantalla. Antiguamente, el proceso era mucho menos directo, menos accesible, menos personal: debías sintonizar una televisión y reservar el día y el momento concreto para ver un nuevo capítulo de una serie (o si no, grabarlo en una cinta de VHS). ¿Qué recuerdos, eh?

Eso hace que el consumo sea más fácil y rápido, pero también ubicuo y permanente, lo que quiere decir que la sensación de afinidad y familiaridad que desarrollamos por las personas que aparecen en la pantalla sea mucho más inmediata. Tiene que haber una predisposición para ver determinado contenido, y luego el algoritmo hace el resto. Y, en un par de meses, aquel entrevistador, influencer o youtuber que no conocías de nada y hasta por el que sentías ciertas reticencias, se convierte en tu amigo de toda la vida. ¿Esto es real? ¿Puede ocurrir?

De hecho, existe un efecto psicológico muy bonito y curioso que a lo mejor te ha ocurrido: si pasas mucho tiempo con alguien y sobre todo, cuando quedan pocas horas para irte a dormir, es posible que escuches el eco de su voz en tu cabeza. Un fenómeno que se muestra con mucha más facilidad cuando esa conversación ha sido negativa, es decir, cuando has discutido. Por desgracia, la epidemia de soledad es uno de los problemas de salud mental más acuciantes. Eso quiere decir que, por la noche, mucha más gente de la que creemos no oye ese eco dentro de su cabeza.

Los podcast o youtubers pueden funcionar como complemento a esa socialización, pero cuando esta no es tan frecuente o no satisface emocionalmente al individuo, pueden acabar sustituyendo al placer de socializar con personas. Así lo cree Loreto Barrios, psicóloga, para quien estas relaciones, llamadas "parasociales", surgen casi siempre en un contexto de carencia afectiva. Sin embargo, es posible que también adquieran mucho peso e importancia en un contexto de socialización convencional, cuando el individuo tiene contacto fluido con gente, con compañeros de trabajo o conocidos, a través de smart talks o dentro de escenarios rutinarios. Tal vez, la rotura de lazos sociales, como consecuencia del tiempo histórico que vivimos y el sistema socioeconómico, ha propiciado que ahora prefiramos ver un vídeo en YouTube que pararnos a hablar cinco minutos con nuestros vecinos, aunque la conversación no tenga nada que ver con nosotros.

Todo sobre los vínculos parasociales

Así lo ha confirmado un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Scientific Reports, el cual concluyó que aquellas personas que tienen fuertes relaciones parasociales, como por ejemplo con youtubers o influencers, pueden llegar a ser más satisfactorias emocionalmente que las relaciones personales que tienen con vínculos más débiles o no tan profundos, como puede ser un compañero de trabajo o un vecino.

Puedes privilegiar el contacto con estas relaciones parasociales en vez de con personas que potencialmente podrían formar parte de tu círculo

"Sí, a pesar de que sean unilaterales, porque la relación solo circula en un sentido, pueden llegar a formarse vínculos muy intensos", confirma y comenta Barrios a este periódico. "Para el sujeto, aunque no se trate de una relación física entre dos personas, porque hay una pantalla de por medio, puede experimentarse como muy real. Esto no es especialmente nuevo, siempre ha habido gente que ha sentido mucha afinidad por artistas o estrellas de la televisión. Suelen surgir en un contexto en el que tus necesidades emocionales no están satisfechas" advierte la psicóloga, lo que a su vez puede hacer que privilegies el contacto con estas relaciones parasociales en vez de con personas que potencialmente podrían formar parte de tu círculo.

El estudio, realizado en tres fases a personas de todas las edades, intentó descubrir cómo de valiosas eran estas relaciones parasociales, comparando sus sensaciones a través de una encuesta con las relaciones reales y cotidianas. Así, "algunas personas creían que sus vínculos parasociales satisfacían bien sus necesidades emocionales", señala Verónica Lamarche, autora principal del estudio, a través de un comunicado. Podríamos pensar que los jóvenes, al estar más habituados al uso de redes sociales, están más predispuestos a forjar un vínculo afectivo fuerte con un personaje de estas redes. Pero Lamarche confirma que los resultados son aplicables a todas las edades.

"Las relaciones bilaterales fuertes, como de parejas o amigos, eran vistas como las más cercanas, receptivas y efectivas para la mayoría"

"Estas relaciones tienen el componente de idealizar muy intensamente a la persona que hay al otro lado de la pantalla, lo que absorbe al individuo haciéndole pensar que los vínculos que tienen con los youtubers o influencers son tan reales como los que tiene con la gente de su alrededor", remarca Barrios. De alguna manera, establecer relaciones platónicas es muy fácil también porque no hay posibilidad de roce o conflicto y el individuo puede rellenar solo con sus deseos la parte de esa persona que no conoce. A diferencia de las relaciones profundas o significativas, que requieren algún tipo de esfuerzo y atención.

TE PUEDE INTERESAR

¿Qué le respondo a mi hijo si dice que de mayor quiere ser 'influencer'?

Enrique Zamorano

Sea como sea, el estudio garantiza que en ningún momento un vínculo fuerte, como puede ser el de un mejor amigo o una pareja, venga a ser sustituido por una relación parasocial. "Las relaciones bilaterales fuertes, como parejas románticas o amigos cercanos, fueron consideradas consistentemente como el tipo de relación más cercana, receptiva y efectiva para satisfacer las necesidades emocionales", concluye Lamarche. Sin embargo, como avisa Lamarche, "las relaciones parasociales son una parte importante de nuestra caja de herramientas psicológica cuando se trata de sentir que tenemos a personas cerca que pueden validarnos y apoyarnos en momentos de necesidad, incluso aunque sepamos que nunca las vamos a poder conocer en persona".