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De Karl Marx a Amadeo Llados: el valor de ser hombre y aceptar el NPC que llevas dentro
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ORGULLO DE 'PANZA' MILEURISTA

De Karl Marx a Amadeo Llados: el valor de ser hombre y aceptar el NPC que llevas dentro

¿Por qué este término irrumpió con tanta fuerza de la mano de los 'gymbros'? Profundizamos en sus significados sociales y culturales con un filósofo experto en videojuegos

Foto: El mítico 'meme' para designar a los NPCs en la cultura popular e Internet.
El mítico 'meme' para designar a los NPCs en la cultura popular e Internet.

"Torpes, poco inteligentes y, en algunos casos, desesperantes". Con estos tres adjetivos arranca Cristian Rodríguez, de Perspectivas Pixeladas, en un vídeo en el que define a los NPCs, ese personaje de los videojuegos cuyo papel es neutro y solo sirve para brindar información o añadir contexto a la historia. Esta figura nació con el juego de mesa Dungeons & Dragons y, desde entonces, las siglas que significan Non-Player Character (personaje no jugable) quedaron relegadas al mundo de los videojuegos. Sin embargo, poco a poco ha ido acaparando otros espacios, saltando a la jerga popular a través de los gymbros e influencers de motivación masculina. Amadeo Llados, el más célebre referente dentro de toda esta esfera digital, utiliza este término despectivo junto a otros como "mileurista" o "fucking panza" para designar a todos esos hombres que no cogen el toro por los cuernos de la vida.

Lo cierto es que, si eres hombre, joven y heteronormativo, lo peor que te puede pasar es que los demás vean en ti a alguien que no se moja, que no participa, que no tiene personalidad. Un NPC, a fin de cuentas. A la vista está la polémica de hace un año por la que la influencer sueca Saskia Cort preguntó en TikTok a sus seguidores en qué pensaban los hombres heterosexuales. Alguien respondió que en el Imperio Romano y, al cabo de los meses, estalló una moda viral por la que cientos de novias de todo el mundo preguntaban a sus parejas masculinas en directo si esto era así. El propio Elon Musk respondió que pensaba todos los días en ello, y no es para nada raro, teniendo en cuenta que se trata de una persona que día a día vende una imagen de sí mismo muy poderosa.

Lo peor hoy en día es no ser especial, pasar desapercibido, no tener ninguna habilidad que te distinga del resto, no vivir experiencias increíbles que te marquen y te forjen una personalidad, estar ahí para el resto de personas de tu vida sin recibir nada a cambio. Como cantaba Ani DiFranco: "hazme un favor, no me trates solo como algo que te ha pasado". Este es, precisamente, el papel que juegan los NPCs en los videojuegos, el cual nos lleva a reflexionar sobre el fuerte espíritu mericotrático que impera en nuestros días. A fin de cuentas, si perseveramos en algo es porque creemos que nos lo merecemos o en un futuro habrá valido la pena. Si te pasas toda la vida trabajando o estudiando, es porque esperas que ese esfuerzo diario te sea recompensado, ya sea en forma de una hipoteca, una familia o un viaje increíble en el que descubrirte a ti mismo.

"Somos sujetos que merecemos cosas, pero también somos objetos para el mercado. A nadie le gusta ser un NPC, pero, de hecho, lo es"

"Las nuevas generaciones piensan que merecen más", asegura Antonio Flores Ledesma, profesor de Filosofía en Educación Secundaria, lo cual nos lleva a una reflexión generacional. ¿Nuestros padres y abuelos se conformaban más con los roles de los NPC? "Dentro del alumnado hay una concepción de excepcionalidad muy grande. Si tú pones un ocho, el alumno cree que merece un nueve", prosigue, en una conversación con este diario. "Se trata de un signo sociológico que ahonda en cómo se subjetiva la gente, cómo se percibe a sí misma, pero creo que en el fondo es la propia sociedad la que ha cambiado".

¿Ya no hay tantos NPCs como antes?

Flores Ledesma publicó en 2022 un libro muy interesante titulado Marx juega (Episkaia) en el que extrapolaba la tradición marxista y sus herederos (Adorno, Gramsci, Lukács...) al mundo de los videojuegos, por lo que su perfil resulta imprescindible a la hora de analizar filosóficamente el rol de los NPCs en nuestros días. Precisamente, cita a Marx y su célebre frase en La Contribución a la crítica de la economía política: "El mercado no solamente crea objetos para los sujetos, sino que también crea sujetos para los objetos". Es decir, "el mercado no solamente crea las zapatillas que tú te vas a comprar, sino que también crea al consumidor de esas zapatillas". Por esta razón y extrapolándolo al conflicto generacional, no es que las nuevas generaciones de hoy en día crean que se merecen más, sino que se trata de un signo de los tiempos del que adolecen también sus predecesores.

"Todos somos NPCs de otra persona o de otro elemento que está por encima de nosotros"

"Se trata de un cambio sociológico, de la forma en cómo nos contemplamos a nosotros mismos dentro de la sociedad", explica el filósofo. "Somos sujetos que merecemos cosas, pero también somos objetos dentro de unas lógicas mercantiles que nos cosifican. A nadie le gusta que le digan que es un NPC, pero por más que nos empeñemos en demostrar que no lo somos o ver ese cambio generacional, hay los mismos NPCs que había antes. La única diferencia es que antes eran campesinos de Fable, un videojuego medieval, y ahora un habitante californiano en el Cyberpunk 2077".

Es el mercado (no solo de bienes y servicios, también el cultural y el laboral) el que nos hace creer que somos los protagonistas de nuestra historia, que somos especiales en comparación al resto. Personajes como Llados tan solo son emisarios de ese mensaje neoliberal por el que te tienes que subjetivar en alguien importante para ti y para los tuyos. Alguien que, después de muchos conflictos (el propio Llados vende una imagen de superación personal admitiendo haber sufrido bullying), por fin encuentra la redención, adquiriendo músculos y Lambos, lo que también tiene que ver con el mito del héroe de Joseph Campbell, que por supuesto tiene su trasvase a la narrativa de los videojuegos.

Foto: Paris y Britney, en la foto más importante de su historia, hecha por sí mismas. (Twitter)

El padre del idealismo alemán, Hegel (una de las grandes influencias de Marx), postulaba que había un "Espíritu Absoluto" que se encarnaba en determinados hombres llamados a cambiar el rumbo de la historia. Estos podrían ser, por ejemplo, Jesucristo o Napoleón Bonaparte. En definitiva, seres especiales que, primero con sus ideas y luego con su acción, cambiaron el devenir de la historia humana. Pero, desde la óptica de Marx, "los grandes hombres que hacen que el Espíritu Absoluto se encuentre consigo mismo no eran más que NPCs del mercado", sostiene Flores Ledesma. "Napoleón no era más que un hito en el camino del establecimiento del Estado liberal. Esta es una de las críticas que se les puede hacer a los gymbros, que se creen por encima de los demás: todos somos NPCs de otra persona o de otro elemento que está por encima de nosotros".

Por otro lado, todo videojuego necesita de misiones para que avance su narrativa. En este sentido, los videojuegos tienen un sentido teleológico, ya que apuntan hacia un fin, aunque sean de mundo abierto. "Los videojuegos siempre tienen un objetivo, incluso los que no lo tienen a priori", asegura el profesor, citando uno muy curioso llamado The Longing. En él, el objetivo de la partida es simplemente esperar a que un rey despierte de su sueño eterno. "No tiene una jugabilidad real, y por eso nadie se atreve a jugarlo, muy poca gente ha esperado tanto tiempo", explica. "Pero sí que tiene una finalidad, y es generar esa sensación de espera en el jugador, transmitiendo angustia y agobio porque no pasa nada".

placeholder Portada del juego 'The Longing', en el que el único objetivo es no hacer nada.
Portada del juego 'The Longing', en el que el único objetivo es no hacer nada.

Todo cambia al desechar ese sentido finalista de nuestra vida, no solo en el plano metafísico, pudiendo incurrir en el nihilismo, sino en el más práctico o cotidiano. Una anécdota que remarca Flores Ledesma para explicar esto es cuando Lenin estaba en Suiza, días antes de que estallara la Revolución de Febrero. "Pensaba que nunca vería con sus propios ojos la revolución que había estado preparando, pero al mes y medio estaba en Rusia haciéndola", señala. "Lenin era su artífice, pero solo sucedió porque se dieron las condiciones objetivas que no dependían de él para que ocurriera".

Esto precisamente es lo que conecta la experiencia de Lenin con el pensamiento de Marx. Para este último, el proletario es el sujeto histórico, pero no porque está destinado a cambiar la historia, sino porque es "el motor de la historia, el engranaje que hace que el mundo funcione". El proletariado no tiene identidad, sino que adquiere subjetividad, y este es precisamente el cambio de perspectiva del NPC en nuestro momento presente. "No hace falta pensar en la historia desde un punto de vista finalista, o en uno mismo como si fuera el protagonista de su vida", sostiene Flores Ledesma. "Estamos en una historia mucho más grande en el que tú no eres el foco de nada".

Los NPCs de Kant

La necesidad de ser alguien, ser el jugador y no el NPC, nace de la Ilustración y avanza hasta Kant, quien establece unos estándares rígidos de subjetividad, viendo como sujeto solo un tipo muy concreto de ser humano. "A lo largo de la historia, el estándar de sujeto se ha puesto en distintos sitios, considerando todo lo demás como objeto: en la era victoriana, el sujeto era el hombre de clase media alta británico; en los años 20, la raza aria; en los años 50 y 60, la clase media estadounidense", expresa el filósofo. "Pero llega Adorno y dice que sí, somos sujetos porque tenemos la capacidad racional de mejorar nuestras condiciones de vida y ser autónomos, pero tampoco podemos olvidar que somos objetos con unas condiciones más o menos limitadas". Esas condiciones limitantes serán precisamente todo lo que atañe al contexto histórico y social en el que se desarrolla el sujeto.

Al dejar de ser el protagonista principal de tu vida, desaparece la culpa y las responsabilidades, tienes toda la libertad en tu mano

Para comprender esto, volveremos a Elon Musk, quizá uno de los grandes sujetos históricos de nuestra era, un hombre hecho a sí mismo dispuesto a ostentar todo el poder que se le antoje. "Lo curioso de Musk es que, a pesar de todos sus esfuerzos por llamar la atención de los demás y querer estar por encima del común de los mortales, luego la gente en Twitter se ríe de él o le recuerda que sus chistes y bromas no tienen gracia", asevera el filósofo. "Puede ser un multimillonario, pero es humano, y al recordárselo se molesta precisamente por eso: es uno más como otro cualquiera". Extrapolándolo a lo anterior, Musk podría verse a sí mismo como un superhéroe de nuestro tiempo, pero el entorno constantemente le hace sentir que es como todos los demás, aunque sea a través del chiste.

Ventajas de ser un NPC

En los últimos años, hemos asistido a una revolución muy importante de los que han sido los sujetos más cosificados de la historia: las mujeres. No en vano, no hay un equivalente femenino a gymbros, (algo así como 'gymsisters'). En verdad, ellas han sido los verdaderos NPCs de antaño, pues la labor esencial de estos personajes en los juegos tiene que ver más con brindar información o cuidados al personaje principal. Y, el feminismo, como explica Flores Ledesma, se basa, en parte, en "intentar comrpender la subjetividad de la persona desde un punto de vista mucho más amplio, articulada con modulaciones que permitan huir de las estructuras rígidas de sujeto". El ámbito feminista de los cuidados nos dice "que lo que importa no eres tú, que las personas que te rodean son necesarias para que tú sobrevivas".

Pero, a niveles prácticos, ¿qué ventaja puede tener el hecho de ser un NPC? Flores Ledesma es muy claro y concluye que "a pesar de que no podamos dejar de sentirnos protagonistas principales de nuestra historia, al intentarlo dejas de tener culpa y responsabilidades, dejas de ser el responsable de todo los males que te ocurran a ti o en el mundo, y te das cuenta de tu insignificancia". Entonces, y por fortuna, "tienes toda la libertad del mundo en tu mano".

"Torpes, poco inteligentes y, en algunos casos, desesperantes". Con estos tres adjetivos arranca Cristian Rodríguez, de Perspectivas Pixeladas, en un vídeo en el que define a los NPCs, ese personaje de los videojuegos cuyo papel es neutro y solo sirve para brindar información o añadir contexto a la historia. Esta figura nació con el juego de mesa Dungeons & Dragons y, desde entonces, las siglas que significan Non-Player Character (personaje no jugable) quedaron relegadas al mundo de los videojuegos. Sin embargo, poco a poco ha ido acaparando otros espacios, saltando a la jerga popular a través de los gymbros e influencers de motivación masculina. Amadeo Llados, el más célebre referente dentro de toda esta esfera digital, utiliza este término despectivo junto a otros como "mileurista" o "fucking panza" para designar a todos esos hombres que no cogen el toro por los cuernos de la vida.

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