¿Por qué los perros odian los abrazos?

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Los que tienen un perro en su vida saben que estos animales suelen buscar el cariño de sus dueños constantemente. Aunque no exista una certeza científica sobre lo que piensen o sientan al recibir estas muestras de amor, sus gestos y movimientos revelan lo que les gusta y les tranquiliza.

Una de las caricias más comunes que se les suele dar a los perros son los abrazos. Sin embargo, expertos en psicología animal aseguran que los perros odian ser abrazados por sus amos, ya que esto les provoca nerviosismo, estrés y sienten la necesidad de escapar lo antes posible.

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¿Qué dice la ciencia?

Un estudio realizado por Stanley Coren, profesor en Psicología de la Universidad de Columbia Británica, examinó fotografías de 250 perros captados en el momento en que eran abrazados.

Las imágenes mostraron varios signos de estrés, como echar las orejas hacia atrás, cerrar un poco los ojos, evitar el contacto visual con su dueño, bostezar o levantar una de sus patas en señal de advertencia.

Lo que dicen otros estudios

Cuando el experto en conducta animal publicó estos hallazgos, se enfrentó a una fuerte oposición de aquellos que insistían en que sus mascotas disfrutaban de los abrazos. Una investigación más reciente ha analizado vídeos de redes sociales.

Los resultados mostraron claros signos de estrés en los animales: el 68% de los perros evitaban el contacto visual, el 40% lamían sus labios, el 60% aplanaban sus orejas y el 43% jadeaban. Además, en dos de cada tres vídeos los perros llegaron a morder o intentar morder al humano que los abrazaba.

Aunque se conviertan en un miembro más de la familia, hay que recordar que no son humanos y que cada uno de ellos puede reaccionar de forma distinta a cualquier caricia, entre ellas los abrazos.

"Una persona que pone dos brazos alrededor del cuello de un perro puede ser interpretada como intimidante y significa que no puede alejarse de la situación", apuntó Claire Matthews, experta animal.

Entonces, ¿cómo podemos mostrarles nuestro cariño? Especialistas aconsejan que en lugar de abrazos se le acaricie con una palmada, una palabra amable o un regalo que sabemos que le gustará.