La ciudad perfecta para vivir a la que solo le falta una cosa: gente

En el corazón de Myanmar se encuentra una ciudad que podría parecer el escenario de una película de ciencia ficción. Con autopistas de 20 carriles completamente vacías, estaciones de tren que parecen salidas de un cuento de fantasmas, hoteles de lujo casi sin clientes y monumentos impresionantes sin visitantes, esta ciudad tiene todo lo necesario para ser el lugar ideal para vivir. Todo, excepto una cosa: habitantes.

El famoso youtuber de viajes Ruteando con Marco se embarcó en una nueva aventura para explorar los secretos de Naypyidaw y tratar de entender las razones detrás de este megaproyecto que parece haberse quedado sin habitantes. "Hoy me embarco en una nueva aventura para conocer los secretos ocultos de esta ciudad", declara Marco al inicio de su vídeo, sumergiéndose en la desierta metrópoli.

Naypyidaw fue proclamada capital de Myanmar en 2005, reemplazando a la antigua capital, Rangún. Diseñada para ser una ciudad ultramoderna, cuenta con infraestructuras que muchas ciudades envidiarían. Sin embargo, el impresionante despliegue de modernidad y lujo contrasta con la escasa presencia de personas en sus calles.

Una de las características más llamativas de Naypyidaw es su tamaño. La ciudad es tan extensa que para moverse de un punto a otro se requiere de transporte motorizado. A pesar de sus modernas instalaciones y servicios, la falta de habitantes es evidente. "Estaciones de tren fantasma", comenta Marco mientras pasea por una estación impecablemente mantenida pero completamente desierta.

Los hoteles de lujo y monumentos no son la excepción. Marco destaca la impresionante calidad de estos establecimientos que, en cualquier otra ciudad, estarían llenos de turistas y visitantes.

¿Por qué nadie quiere vivir aquí? Esa es la pregunta que se hace Marco y que muchos se han hecho desde la creación de Naypyidaw. Entre las posibles razones se mencionan la distancia con las principales áreas comerciales y residenciales del país, así como el hecho de que muchos funcionarios gubernamentales prefieren seguir residiendo en Rangún.

Naypyidaw sigue siendo un enigma. Una ciudad que podría ser el lugar perfecto para vivir, pero que hasta ahora, solo ha logrado atraer a unos pocos miles de residentes, en comparación con su capacidad para millones. Mientras tanto, continúa siendo un fascinante destino para aventureros curiosos como Marco.