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Por qué miles de padres coreanos están encerrándose en celdas de manera voluntaria
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EL 'HAPPINESS FACTORY'

Por qué miles de padres coreanos están encerrándose en celdas de manera voluntaria

Se trata de un programa diseñado para intentar entender por qué sus hijos deciden aislarse del mundo bajo el modelo de conducta del 'hikikomori'

Foto: Vista panorámica de la ciudad de Seúl en Corea del Sur. (iStock)
Vista panorámica de la ciudad de Seúl en Corea del Sur. (iStock)

En la década de 1990, apareció un fenómeno en Japón que era inédito hasta entonces. Miles de jóvenes empezaron a recluirse en su habitación durante largos períodos de tiempo para aislarse de la sociedad, rechazando así participar a nivel laboral, académico o simplemente social de cualquier interacción con los demás. A esta tendencia se le denominó como 'hikikomori' y, según los datos de 2016, se estimaba que había en torno a 500.000 personas, la mayoría hombres, que optaban por vivir así en Japón.

Ahora, según informan medios internacionales, son los padres coreanos los que están eligiendo voluntariamente aislarse de la sociedad en centros especializados dirigidos por organizaciones no gubernamentales del país. Los progenitores del país vecino deciden por su cuenta participar en un programa de educación para padres de trece semanas para aprender por su cuenta cómo comunicarse mejor con sus hijos. Y esto pasa por recluirse en una célula de aislamiento de la provincia de Hongcheon-gun, en la que solo hay un pequeño agujero por el que pasa la comida diaria.

Estas celdas, englobadas bajo el concepto Happiness Factory ("Fábrica de la Felicidad") prohíbe el uso de teléfonos móviles o cualquier dispositivo que les conecte ceon el exterior. Además, "los residentes pueden llevar uniformes azules de reclusos, aunque para nada son reclusos", como asegura Hyojung Kim, periodista de la BBC que ha entrado en el complejo. "Han llegado al centro de Corea del Sur para vivir una experiencia de confinamiento".

"Me he estado preguntando qué pude hacer mal con mi hijo, es doloroso pensar en ello", se lamenta una de las madres

"La mayoría de la gente que viene aquí tiene un hijo que se ha retirado completamente de la soledad, por lo que quieren aprender por sí mismos lo que se siente estar aislado del mundo", explica Kim. "El programa incluye tres días en una instalación de Hongcheon-gun, donde los participantes pasan tiempo en una habitación que replica lo que es una celda de aislamiento, con la esperanza de llegar a comprender mejor a sus hijos".

Padres encerrados de hijos aislados

Hay historias realmente emocionantes en el reportaje de Kim, como por ejemplo la de Jin Young-hae, una madre que desde hace tres años asiste impotente al encierro de su hijo de 24 años. "Me he estado preguntando qué pude hacer mal, es doloroso pensar en ello", asegura la mujer, que no para de sentirse culpable. Admite que gracias al programa, ahora entiende mejor las sensaciones de su hijo.

Foto: Foto: TikTok.

Antes de convertirse en hikikomori, sacaba buenas notas, pero enfermaba demasiado y le costaba sostener amistades en el tiempo. Llegó a la universidad y ahí cambió todo: empezó a confinarse en su cuarto, a descuidar su imagen e higiene personal y dejó de comer. Todavía sigue sin poder hablar de ello, de ahí la incomprensión de estos padres que ni siquiera obtienen razones o palabras de por qué adoptan ese comportamiento sus hijos.

Entonces, ¿cuáles son los detonantes que hacen que un joven quiera aislarse durante tanto tiempo? Una investigación del Ministerio de Salud y Bienestar de Corea del Sur realizó una encuesta a jóvenes de 19 a 34 años, llegando a estas conclusiones: la mayoría lo hacía por la dificultad de encontrar un trabajo (un 24,1%), seguido de problemas con las relaciones interpersonales (23,5%), los problemas familiares (12,4%) o los problemas de salud (12,4%). Hay que tener en cuenta que Corea del Sur tiene una de las tasas de suicidio más altas del mundo y que el gobierno el año pasado presentó un plan quinquenal destinado a abordar estos datos alarmantes.

En la década de 1990, apareció un fenómeno en Japón que era inédito hasta entonces. Miles de jóvenes empezaron a recluirse en su habitación durante largos períodos de tiempo para aislarse de la sociedad, rechazando así participar a nivel laboral, académico o simplemente social de cualquier interacción con los demás. A esta tendencia se le denominó como 'hikikomori' y, según los datos de 2016, se estimaba que había en torno a 500.000 personas, la mayoría hombres, que optaban por vivir así en Japón.

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