El gran experto Miguel Alcubierre explica las grandes dudas que la física no ha respondido: "Los pilares del edificio son incompatibles"

El reconocido físico teórico Miguel Alcubierre ha desgranado en una charla de Aprendemos Juntos 2030 los mayores enigmas que la física moderna aún no ha conseguido resolver. A través de una breve exposición, adaptada para los no entendidos, Alcubierre ha compartido sus reflexiones sobre las incógnitas que continúan desconcertando a la comunidad científica.

Para Alcubierre, el primer problema a destacar se centra en la incompatibilidad de los dos grandes pilares de la física moderna: la relatividad general y la física cuántica. "Todo lo que entendemos de física está basado en dos ideas fundamentales: la relatividad general de Einstein y la física cuántica. El problema grave es que son incompatibles", afirma. Mientras la relatividad general describe el universo a gran escala, explicando fenómenos como los agujeros negros y la expansión del universo, la física cuántica se ocupa de las partículas elementales que constituyen la materia. Sin embargo, al intentar aplicar las reglas matemáticas de una en el contexto de la otra, todo se desmorona.

Alcubierre ilustra esta incompatibilidad de manera sencilla: "A la hora de aplicar esas reglas matemáticas, te sale todo infinito y entonces está mal". Este desafío lleva más de 50 años sin resolverse, a pesar de los esfuerzos de decenas de miles de físicos en todo el mundo. Es un problema que provoca "dolores de cabeza" en la comunidad científica, pero al que aún no se ha encontrado solución.

Otro de los grandes misterios que abordó es la materia oscura. Desde los años 30, los astrónomos notaron que la dinámica de las galaxias sugería la existencia de una cantidad de materia que no podían observar directamente. "La materia oscura, sea lo que sea, no está hecha de átomos, está hecha de otra cosa. No sabemos qué es". Esta materia, que constituye aproximadamente el 27% del universo, no emite ni interactúa con la luz, lo que la hace invisible para nuestros instrumentos actuales.

En los años 90, surgió otro enigma aún más desconcertante: la energía oscura. Los estudios sobre la expansión del universo revelaron que esta no solo no se estaba frenando, como se esperaba debido a la gravedad, sino que estaba acelerándose. Alcubierre relata con cierto humor la incredulidad inicial de los científicos: "Los del primer grupo que detectó esto se asustaron tanto que guardaron sus datos en un cajón y volvieron a empezar de cero". Esta energía oscura, que representa un asombroso 68% del universo, sigue siendo un completo misterio para los físicos.

Estos dos fenómenos, la materia oscura y la energía oscura, juntos forman el 96% de toda la energía del universo. Alcubierre lo resume con una reflexión irónica: "Hemos cuantificado nuestra ignorancia con alta precisión e ignoramos el 96% de lo que existe en el universo".