El neuropsicólogo Álvaro Bilbao explica cómo actuar cuando a tu hijo le dé una rabieta durante las vacaciones

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Las vacaciones de verano son el momento más idóneo para descansar. La tranquilidad del mar, el campo o el sofá de casa nos permite desconectar del trabajo y disfrutar del tiempo en familia. Pero la energía desbordante de los más pequeños a veces puede desestabilizar la paz de sus padres y provocar que estos pierdan los nervios. El neuropsicólogo Álvaro Bilbao ha compartido varios consejos para manejar mejor las rabietas de los niños.

El también padre de tres niños es consciente de que las vacaciones pueden provocar más situaciones en las que tu hijo llore y patalee sin parar en medio del parque o un restaurante. Un momento difícil de gestionar en el que los mayores pueden perder la calma y empeorar más la situación. A través de su cuenta en Instagram, él neuropsicólogo ha ofrecido varias estrategias prácticas para ayudar a los pequeños a gestionar sus emociones.

Cómo actuar ante una rabieta

Bilbao destaca la importancia de que los padres mantengan la calma ante los momentos de frustración de sus hijos. "Si tú no puedes mantener la calma cuando tus hijos se frustran o se enfadan, no esperes que tus hijos lo consigan", explica. Este primer consejo subraya la necesidad de que los adultos sean un modelo de serenidad para sus hijos.

Además, recuerda que los niños, por naturaleza, van a comportarse como tales. "Van a actuar como niños porque son niños", comenta Bilbao, enfatizando que los padres deben ajustar sus expectativas y entender que las explosiones emocionales son parte del desarrollo infantil.

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También señala que no se trata de evitar la rabieta, sino de enseñar a los niños cómo manejar estas emociones. "La clave no está en no enfadarnos o no mostrar nuestra frustración, sino en mostrar cómo nos podemos enfadar y estar frustrados sin perder los nervios", afirma. Este enfoque permite que los niños aprendan habilidades de regulación emocional observando a sus padres.

Otra recomendación de Bilbao es fundamental: cuando un niño enfrenta un problema emocional, los padres deben ayudarle a resolverlo en lugar de amplificarlo. "Lo que necesita es que le ayudes a resolver el problema, no que te sumes a su caos", aconseja. Debes apoyarlo en lugar de confrontarlo.

Aun así, el neuropsicólogo reconoce que, a pesar de todos estos consejos, habrá momentos en los que no logres mantener la calma. "No te sientas culpable. Les ocurre a todos los padres", asegura Bilbao.