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Soy portero de discoteca y este es el verdadero criterio que sigo para dejar entrar (o no) a la gente en el local
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Soy portero de discoteca y este es el verdadero criterio que sigo para dejar entrar (o no) a la gente en el local

Ser portero de discoteca en Málaga no es sencillo, ya que se deben seguir ciertos criterios a la hora de seleccionar quién entra y quién no a los locales de ocio nocturno

Foto: Soy portero de discoteca y este es el verdadero criterio que sigo para dejar entrar (o no) a la gente en el local (YouTube/@WallStreetWolverine)
Soy portero de discoteca y este es el verdadero criterio que sigo para dejar entrar (o no) a la gente en el local (YouTube/@WallStreetWolverine)

Cuando vamos a una discoteca, es posible que veamos cómo hay personas, en apariencia inofensivas, a las que se les niega la entrada. Los porteros de discotecas siguen unos criterios concretos a la hora de ejercer el derecho de admisión y, para evitar problemas o conflictos en las discotecas, son muy tajantes cuando se encuentran con alguien sospechoso que no quieren dentro del local.

Así lo ha explicado Antonio Gutiérrez, exportero de discoteca en Málaga, en una entrevista con el canal de YouTube Wall Street Wolverine. Gutiérrez ha revelado recientemente detalles sorprendentes sobre su experiencia en el sector del ocio nocturno y los criterios que utilizan para admitir a los clientes. Y también ha compartido la “oscura realidad” de trabajar en la noche.

Foto: Una española cuenta el único requisito que te piden en las discotecas en Alemania: "A mi me echaron" (TikTok: @mimiolivan)

Gutiérrez describe este trabajo como muy exigente y temporal, subrayando que la vida nocturna no es sostenible a largo plazo. “Es un trabajo para los jóvenes, pero no es algo que puedas hacer para siempre. Vives de noche y eso afecta tu salud y tu estado de ánimo. Terminas viviendo una vida que te desgasta rápidamente”, comenta.

Además, ha destacado que los verdaderos beneficiados del negocio nocturno son los propietarios de los establecimientos, mientras que los empleados a menudo enfrentan problemas con el alcohol y las drogas. “La mayoría de mis compañeros tenían problemas con el alcohol y las drogas debido al entorno en el que trabajamos”, señala.

Filtros aplicados en la entrada

Uno de los aspectos más controvertidos que Gutiérrez ha revelado son los filtros aplicados para permitir la entrada en las discotecas. Según él, los dueños imponen criterios específicos sobre quién puede entrar y quién no. “Te piden que excluyas a ciertos perfiles. En Málaga, por ejemplo, hay una preferencia clara para no dejar entrar a jóvenes marroquíes, aunque no todos, solo aquellos que cumplen con un perfil específico”, explica.

Estos criterios no se basan únicamente en la apariencia física o la vestimenta de los clientes, sino en comportamientos y actitudes que los porteros aprenden a identificar con el tiempo. “Puedes reconocer a alguien que va a causar problemas no solo por cómo se viste, sino también por su actitud. A veces, aquellos con apariencia de narco, a pesar de ser los que más gastan, son rechazados por la imagen negativa que proyectan en el local”, añade.

Foto:  Vehículo de la Policía Municipal de Madrid. (Europa Press/Archivo)

El perfil de los clientes conflictivos

Gutiérrez describe el perfil de los clientes problemáticos con precisión: “Ves a alguien con una gorra de Gucci, la cachimba y con cara de perdonándote la vida… te cagas vivo”. Esa actitud de superioridad es uno de los rasgos que alertaba a este exportero, que sabía que, aunque pueda ser una persona excelente, es probable que generase conflictos más adelante.

”Tú sabes si alguien te la puede liar. Lo ves. No por la pinta, porque puede ser el mejor vestido”, confesó. El testimonio de Antonio Gutiérrez pone en evidencia las tensiones y los prejuicios que forman parte del trabajo de un portero de discoteca, así como las dificultades personales que conlleva una vida dedicada al ocio nocturno. Sus revelaciones abren un debate sobre las prácticas discriminatorias y la realidad oculta detrás de la fachada glamorosa de las discotecas.

Cuando vamos a una discoteca, es posible que veamos cómo hay personas, en apariencia inofensivas, a las que se les niega la entrada. Los porteros de discotecas siguen unos criterios concretos a la hora de ejercer el derecho de admisión y, para evitar problemas o conflictos en las discotecas, son muy tajantes cuando se encuentran con alguien sospechoso que no quieren dentro del local.

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