Así es por dentro una vivienda de una cooperativa suiza: "Lo decidieron los miembros"

En la dinámica y sorprendente ciudad de Zúrich, las cooperativas de vivienda están emergiendo como una alternativa innovadora a la típica casa unifamiliar. Estas comunidades no solo ofrecen un lugar donde vivir, sino también un estilo de vida basado en la colaboración y el uso compartido de recursos. Un ejemplo es la cooperativa "Mehr als Wohnen" ("Más que una vivienda") es un claro ejemplo de esta tendencia, donde desde el congelador hasta la lavandería, y desde el suministro de arroz hasta los espacios de trabajo, todo se utiliza en común en vez de tenerlo en propiedad.

El barrio de Leutschenbach, donde se encuentra esta cooperativa, solía ser un área industrial y comercial, pero ahora se ha transformado en una vibrante comunidad residencial. Este distrito, para el que se espera un crecimiento de población de un 25% para 2040, combina edificios construidos por inversores privados con urbanizaciones cooperativas que animan el paisaje urbano. Entre estos edificios, se puede encontrar de todo, desde huertos y barbacoas hasta librerías y talleres de costura, creando un ambiente similar al de un pueblo en el corazón de la ciudad.

Para muchos residentes, vivir en una cooperativa es una solución ideal. Nunca soñaron con tener una casa unifamiliar y consideran que la cooperativa ofrece una alternativa viable y sostenible a la vida tradicional suiza, fragmentada por casas individuales. En su apartamento de 116 m², disfrutan de áreas comunes que incluyen parques infantiles cubiertos, una sauna, terrazas en la azotea, y un taller comunitario, lo que les permite compartir experiencias y recursos con sus vecinos mientras mantienen un equilibrio ecológico.

Si nos adentramos en las redes sociales, vemos que hay españolas como Sara, más conocida en TikTok como Honolalab, que nos ofrecen también un interesante vistazo al interior de una cooperativa de viviendas en Suiza. A raíz de numerosos comentarios cuestionando la calidad de vida en estas cooperativas, Sara decidió despejar las dudas mostrando de primera mano cómo es vivir en una de estas viviendas.

Para comenzar, Sara nos lleva al salón, que se presenta como un espacio amplio y acogedor. Al avanzar, encontramos una sala de juegos para los niños, seguida de la habitación principal, que destaca por una curiosidad: los dueños han optado por usar cortinas en lugar de paredes para dividir los espacios. La cocina se muestra funcional y moderna, y junto a ella, un área de trabajo bien iluminada. El baño, como en cualquier hogar, cumple con todas las expectativas.

Sin embargo, lo realmente interesante es la estructura social de la cooperativa. "Esta cooperativa en particular no tiene apenas espacios comunes, así lo decidieron los miembros", explica Sara. Este modelo permite a los vecinos una mayor autonomía, ya que no dependen de una inmobiliaria para la gestión del edificio. Además, ellos mismos eligen quién puede vivir allí, fomentando una comunidad más unida y coherente.

Sara también nos muestra otra cooperativa con un enfoque diferente, donde los espacios comunes son el corazón de la vida comunitaria. Aquí, los residentes pueden disfrutar de un piano, una mesa de pimpón, una pequeña biblioteca y hasta un mini cine con proyector. La cooperativa también cuenta con una cocina comunitaria ideal para cenas multitudinarias, una zona de gallinas en el terrado, un huerto y varias áreas de ocio.

No obstante, vivir en una cooperativa tiene sus peculiaridades. La privacidad puede verse comprometida, ya que algunas viviendas tienen puertas principales de cristal. "No es para todo el mundo este concepto", admite Sara, pero quienes disfrutan de este estilo de vida encuentran en él una experiencia enriquecedora.

El video genera un interesante debate sobre las ventajas y desventajas de vivir así. Para algunos, es una oportunidad de vivir en comunidad y escapar de las restricciones del mercado inmobiliario tradicional. Para otros, la falta de privacidad y las normas comunitarias pueden ser un inconveniente.