El truco sencillo (y barato) para que tus estropajos no contaminen los alimentos en tu cocina

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Uno de los elementos más importantes de toda vivienda convencional es, sin duda, la cocina. Además de ser la habitación donde solemos elaborar nuestras comidas cotidianas, también puede ser, en algunos casos, un punto frecuente de reunión en la vida familiar. Por lo que mantener una limpieza regular de la misma es fundamental para la disposición de un hogar impoluto.

Y es que la cocina se convierte en un lugar en el que se acumulan millones de bacterias debido a la existencia de diferentes estropajos y paños que empleamos en el lavado de numerosos utensilios. Su presencia es peligrosa debido a que estos pueden convertirse en el origen de cierta contaminación de los productos que consumimos en el día a día con la finalidad de nutrirnos y alimentarnos.

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Debido a esto, es necesario llevar a cabo una serie de hábitos de limpieza para que la cocina disponga del mejor estado de pulcritud posible. Es por ello que existen numerosos métodos caseros que permiten alcanzar un estado de lavado óptimo en nuestros estropajos, liberándonos de una cantidad notable de microbios que pueden inferir en la condición de algunos alimentos.

Qué es la contaminación cruzada y cómo evitarla

Los trapos utilizados en la limpieza cotidiana del hogar resultan ser un caldo de cultivo para las bacterias, que gracias a la humedad y suciedad que acumulan, encuentran un lugar idóneo para su crecimiento y desarrollo. De hecho, un estudio publicado en el año 2017, demostró que un estropajo común de cocina podía albergar hasta más de 300 tipos de bacterias simultáneas. Entre su totalidad, destacan algunas como Acinetobacter, Chryseobacterium, Enhydrobacter, Enterobacteriaceae y Pseudomonas. La contaminación provocada por los alimentos puede desembocar en ejemplares más peligrosos como E. coli o Salmonella.

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Esta contaminación cruzada es provocada cuando estos microbios se trasladan de unas superficies de la cocina a otras, en las que muy probablemente depositemos alimentos sobre ellas. Un ejemplo de ello es cuando limpiamos con un estropajo una parte de la encimera sobre la que hemos apoyado carne cruda contaminada y, posteriormente, utilizamos este mismo para limpiar cubiertos u otras zonas.

Para evitar este proceso de transición de bacterias, es fundamental una desinfección asidua y plena de los estropajos y paños de cocina que se utilizan de manera cotidiana. Para ello, se pueden utilizar diferentes métodos, destacando los que requieren calor como medio desinfectante. Entre ellos destacan el de introducir los paños mojados en el microondas durante unos breves minutos, hervirlos con agua en una olla o empleando una pequeña dosis de lejía. Aun así, se recomienda el cambio y renovación de trapos y estropajos con cierta frecuencia.