El sencillo truco de mezclar limón con Nivea que está revolucionando los hogares en España

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Uno de los elementos más molestos durante las sesiones caseras de limpieza es la difícil eliminación de ciertas manchas. Estas pueden llegar a ser especialmente resistentes dependiendo de su composición, tanto de la propia suciedad, como la de la superficie a la que se ha quedado adherida. Y es que existen ciertos materiales que suponen un verdadero quebradero de cabeza a la hora de mantenerlos lo más limpios posibles.

Uno de los ejemplos más representativos de este caso es el cuero. Este está presente en la elaboración de multitud de elementos, como prendas de ropa o mobiliario del hogar, considerado como un material que ofrece elegancia en los objetos que lo posean, independientemente de si es de carácter auténtico o sintético.

Es por ello que, cuando se trata de realizar una limpieza a fondo sobre estos elementos, se requiere una serie de productos y trucos de lavado para conseguir un resultado satisfactorio. No obstante, en muchas ocasiones, los métodos caseros son los más efectivos en este tipo de casos. Uno de los más eficientes necesita únicamente de un limón y una crema de marca Nivea.

Como aplicar la composición

Esta mezcla destinada a la limpieza será útil tanto para erradicar la suciedad más difícil de eliminar como para recomponer el estado de algunas chaquetas. La aplicación de esta fórmula dotará a nuestros artículos de cuero de una gran suavidad producto de la crema. Además, el limón ejercerá una función desinfectante óptima sobre la superficie del material.

Además, la realización del proceso es muy sencilla. Para ello tan solo habrá que cortar el limón y emplear la parte blanda de la cáscara, denominada albedo. Esta posee ciertas condiciones aclaradoras y desinfectantes. Por lo tanto, tan solo que habrá que frotar esta parte del limón sobre la superficie de la mancha de manera ligera, evitando que el cuero sufra daños en el proceso.

Después se aplica una pequeña dosis de crema sobre la mancha, la cual actuará como factor acondicionador que permitirá hidratar y suavizar el objeto en cuestión. Tras ello, se limpiará la zona tratada con un paño húmedo para eliminar cualquier rastro. Finalmente, se secará con una bayeta seca para eliminar los restos húmedos. El resultado se traducirá en la erradicación de la mancha y la restauración del color original de la prenda o mueble.