Mi perro tiene diarrea, pero come bien, ¿qué puedo hacer?

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La diarrea en perros no se trata de una enfermedad en sí misma, sino de un síntoma que puede ser una adaptación temporal o esconder algún problema grave de salud. Por eso, antes de tomar medidas drásticas y sobre todo, de medicar a nuestro peludo, es mejor averiguar qué puede estar causándole este malestar intestinal.

Para conocer el origen lo mejor es que te preguntes si has hecho algún cambio recientemente. Si has cambiado la comida, ya sea húmeda o seca, de golpe, o incluso has cambiado el agua o has empezado a darle agua del grifo, es muy posible que estos cambios hayan tenido un impacto en su organismo que haya desembocado en diarrea. También hay que tener en cuenta que el estrés o los antibióticos, pueden provocar este síntoma, como ocurre con las personas.

¿Cómo sé si esta diarrea es peligrosa?

Si realmente no has hecho ningún cambio significativo en su dieta, es la hora de observar las heces. Si al mirarlas con detenimiento ves sangre, pus, moco o gusanos debes acudir al veterinario. El profesional analizará la muestra y podrá diagnosticar rápidamente el causante de la diarrea. Es posible que la sangre en las heces se deba al propio esfuerzo del animal, no obstante también puede deberse a alguna enfermedad grave. Si tu perro es cachorro, debes tener especial cuidado y acudir inmediatamente.

Factores como el estrés y los cambios de alimentación pueden producir diarrea

¿Cómo puedo parar la diarrea en perros?

Una vez hayas descartado alguna enfermedad grave o ya estés siguiendo un tratamiento veterinario, hay ciertas pautas que ayudarán a tu perro a volver a la normalidad intestinal. Si no hay sangre y sospechas que puede tratarse de una intolerancia, alergia o al cambio de alimentación, el siguiente paso será realizar un ayuno de 24 horas en perros adultos y 12 horas en cachorros.

Una vez superado este ayuno, puedes reintegrar a tu perro en la alimentación siguiendo estos pasos:

• Dieta blanda. Como con las personas: alimentos ligeros, suaves y fáciles de digerir. Puede consistir en arroz blanco y pollo hervido (sin sal ni huesos).
• Reparte en pequeñas raciones la comida. Es mejor empezar con cantidades pequeñas, así favorecerás la digestión del animal.
• Reintroduce su comida habitual. De forma gradual, deberás integrar su dieta normal siempre que observes mejoras evidentes, y nunca mezclado con la comida casera.
• Usa probióticos de calidad. Los probióticos son bacterias que ayudan a una buena digestión y favorecen la recuperación de la flora intestinal en perros y gatos, suelen funcionar muy bien si se administran correctamente.
• Si en 24 horas no ha remitido, acude al veterinario.

Estos trucos generales podrán ayudarte a no entrar en pánico cuando tu peludo se encuentre mal, pero recuerda que ante la mínima duda, puedes consultar con tu veterinario, aunque sea por teléfono, para poder quedarte más tranquilo y asegurar la salud de tu compañero.