datos del ministerio de cultura
Estas son las comunidades con más cines de España por habitante (y no son las que piensas)
El número uno y dos lo ocupan Navarra y La Rioja, respectivamente. Por el contrario, los farolillos rojos en cuanto a salas y espectadores lo ocupan Extremadura y Castilla La Mancha
A veces, los datos dan la sorpresa y esta es una de ellas. Según las cifras sobre el cine que maneja el Ministerio de Cultura en su informe de 2023, Navarra y La Rioja son las comunidades autónomas con más salas por habitante, con 9,4 y 9,3 por cada 100.000, respectivamente. Sin embargo, son una excepción, el resto de autonomías con menor densidad de población son las que cuentan con menos salas de cine por habitante. En definitiva, quitando los casos navarro y riojano, la España vaciada también está vacía de cines.
De hecho, Extremadura ocupa el farolillo rojo y es la comunidad con menos salas de cine por habitante, seguida por Aragón y Castilla-La Mancha. Son zonas que, a su vez, destacan por estar entre las más despobladas. Por el contrario, las que tienen más densidad de población como el País Vasco, Madrid o la Comunidad Valenciana, son las que tienen más salas.
Teniendo en cuenta esta tasa es lógico que Extremadura y Castilla-La Mancha también sean las comunidades con menos espectadores por habitantes en 2023. La primera con 9,4 espectadores por cada 10 habitantes -cada habitante da lugar a un número indeterminado de espectadores según las veces que haya acudido al cine- y la segunda con 10,2. Les siguen Galicia, Asturias y Castilla y León. En el otro lado del cuadro, Madrid es el territorio con mayor tasa de espectadores, doblando a los dos últimos puestos. Navarra, que es la primera con más salas, es la tercera en cuanto a espectadores.
Con respecto a la exhibición de películas, y en contraste con ser una de las que más salas tiene por habitante, en el último puesto se encuentra La Rioja, donde solo se estrenaron 318 cintas en 2023. Nada que ver con las cifras que se manejan en Madrid: 1.328 películas pudieron ver sus espectadores el año pasado. Otras comunidades donde también es difícil ver una gran variedad de cine son Extremadura y Asturias. Allí se estrenaron menos de 400 películas.
Ya en 2018 hubo quejas por la falta de filmes exhibidos en los cines extremeños. El entonces director de la filmoteca de esta comunidad, David Garrido, afirmó en una entrevista que si bien todas las semanas se estrenaban entre ocho y diez películas en España, "a Extremadura solamente llegan tres y son las más comerciales”.
Vamos al gasto en entradas. Aquí dos comunidades con un PIB alto ocupan los primeros puestos. En Madrid y Cataluña, cada espectador se gastó una media de 7 euros cada vez que acudió a ver una película. Por el contrario, el gasto en La Rioja solo llegó a los 5,5 euros y en Navarra a los 5,8 euros.
Luis Gil, director general de la Federación de Cines de España (FECE) asegura a este periódico que la diferencia de precios entre regiones se debe al distinto coste de vida en cada una y que se trata de algo que no afecta solo al mundo del cine.
Los habitantes de las zonas urbanas no se cansan del cine y, finalmente, son los que más van. Ejemplo de ello es que Madrid fue donde más se recaudó por habitante en 2023: 15,9 euros por cada uno en todo el años (es decir, la suma de las veces que ha ido esa persona al cine). Casi el triple de la recaudación por habitante que se recoge en Extremadura, 5,5 euros, y más del doble que en otras de las comunidades que también padecen la despoblación como Asturias, Galicia o Castilla y León.
Por lo tanto, pese a los casos de Navarra y La Rioja, las salas de cine no frecuentan demasiado las zonas más despobladas de España. Sí se cuentan sus historias, como sucede en películas como As Bestas o Alcarrás, pero falta que se vean allí.
Desde la FECE se destaca el trabajo que desde hace años realizan empresas de exhibición para compensarlo, las cuales llevan el cine a los pueblos durante todo el año y especialmente en verano, realizando proyecciones en espacios cedidos por los ayuntamientos. "Esta fórmula de colaboración público privada es un buen camino para llevar el cine a todos los rincones del país", declara Gil.