Un desafío logístico total
"Es imposible garantizar la seguridad". Por qué la ceremonia inaugural de los JJOO es "una locura"
Las fuerzas de seguridad blindan París durante los Juegos para neutralizar cualquier atentado terrorista, pero la ceremonia inaugural en el Sena es un rompecabezas. La policía francesa ha convertido la ciudad en una jaula de hierro
Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos modernos, la ceremonia de inauguración no sucederá en un estadio. Esta vez, la apertura de los Juegos Olímpicos de París se realizará a lo largo de los seis kilómetros del río Sena ante más de 300.000 personas, aunque el objetivo inicial era reunir hasta 600.000 espectadores a orillas de la arteria fluvial. Los más de 10.000 atletas olímpicos con billete estarán a bordo de 150 barcazas que recorrerán el trayecto entre los puentes de Austerlitz y Jena.
¿El motivo? París quiere pasar a la posteridad con un evento "realmente único y revolucionario en unos Juegos Olímpicos que cambien el futuro del país", en palabras del presidente galo, Emmanuel Macron. Es la propuesta rompedora en la que ha insistido el mandatario galo durante años, pese a los evidentes riesgos de seguridad y logística que han señalado diversos expertos por la dificultad que entraña cubrir tanto terreno. El reto para las autoridades parisinas es extraordinario y, por ello, la capital parisina está blindada hasta los dientes con más de 40.000 efectivos diarios movilizados, entre policías, seguridad privada y militares.
Sin embargo, el recuerdo de los altercados y el caos que rodearon la final de la Champions League entre Liverpool y Real Madrid en 2022 todavía está marcado a fuego en la retina de los espectadores. De hecho, la villa olímpica se sitúa precisamente en Saint-Denis. ¿Podría volver a suceder algo similar? El Confidencial habla con Alain Bauer, exasesor de seguridad de Nicolas Sarkozy, profesor en Criminología en el Conservatoire National des Arts et Métiers y director científico de la división de seguridad, defensa, inteligencia, criminología, ciberamenazas y crisis sobre ello.
"Era una mala idea... y lo sigue siendo"
"La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos es una locura criminal. No hay forma de celebrar el evento y garantizar la seguridad de los atletas, los organizados y el público", dijo usted en mayo de 2022. Dos años más tarde y con los Juegos Olímpicos a las puertas, ¿sigue pensando lo mismo? "Totalmente. Hacer la ceremonia de inauguración a lo largo del Sena, con 12 kilómetros por cubrir (por cada lado) y durante cuatro horas... ya es una disciplina olímpica en sí misma", empieza el académico.
"Además, los problemas sociales, económicos, políticos, el terrorismo y las ciberamenazas que ha sufrido Francia últimamente son enormes. Era una mala idea y sigue siendo una mala idea teniendo en cuenta los riesgos. Los profesionales de la seguridad lo saben, pero los responsables políticos no los han querido escuchar. Yo intento ser su voz ahora", añade Bauer.
Mucho más optimista se muestra el presidente de la Asociación de los Profesionales de la Seguridad, Sofiane Aboubeker. "No expresaría mis sentimientos del mismo modo que Alain Bauer. Por lo general, las ceremonias de inauguración de las principales competiciones deportivas se llevan a cabo en entornos "cerrados", como estadios o campos deportivos, que permiten un perímetro de seguridad cerrado. En este caso, el evento se desarrollará a lo largo de 12 kilómetros de río, con edificios a ambos lados, lo que supone un desafío de seguridad nunca antes visto".
Sin embargo, Aboubeker sostiene que el dispositivo de seguridad está preparado para el reto. "Es por eso que se hace todo lo posible para garantizar que el nivel de seguridad más alto posible esté vigente el viernes 26 de julio durante la ceremonia de apertura. Toda la zona a orillas del río Sena ha sido acordonada y sellada", señala. En efecto, el dispositivo de seguridad contempla cerrar 150 kilómetros del espacio aéreo, además de barrar el paso a los vehículos en las inmediaciones del Sena, un perímetro blindado y el despliegue de unidades acuáticas y aéreas de élite.
"Todos los residentes, personas que trabajan en la zona o que transitan por ella deben obtener un pase gratuito, que se entrega después de un exhaustivo control de seguridad. El día de la ceremonia de apertura, se desplegarán nuevas medidas de seguridad amplias, movilizando a todas las fuerzas de seguridad públicas y privadas, para garantizar la seguridad de todos los participantes", remata Aboubeker.
A pesar de que el ministro francés del Interior en funciones, Gérald Darmanin, aseguró que no existe "ninguna amenaza" de seguridad durante los Juegos Olímpicos, el vicepresidente de la región de la Isla de Francia, Patrick Karam, explicó hace meses que la organización de la ceremonia inaugural era "una pesadilla para todos los servicios de seguridad". Por su parte, Alain Bauer desveló que la Prefectura de la Policía de París estaba "totalmente en contra".
La violencia física se dispara
"Insisto. El show se escogió antes que la seguridad. Sé que la policía, los militares, los voluntarios y la seguridad privada lo van a hacer lo mejor que puedan, pero después de cuatro años de manifestaciones, enfrentamientos en las calles por la situación social y política, el medioambiente y el estado de islas como Nueva Caledonia o Mayotte, las fuerzas de seguridad están exhaustas, aunque sean profesionales y estén listos", explica Bauer.
"Lo que nos enseña el caos en Saint-Denis es que la estupidez y la incompetencia se repiten. Normalmente, aprendes de tus fallos, pero aquí los fallos tienen consecuencias", expone Bauer. La invasión de campo de los aficionados marroquís durante el partido de fútbol contra Argentina, con lanzamientos de botellas y petardos, vuelven a señalar a las fuerzas de seguridad.
Ataques de islamistas radicales, sociedad polarizada, auge de la extrema derecha, guerra entre Rusia y Ucrania, la guerra entre Israel y Palestina… ¿Hay una posibilidad real de un atentado? "Siempre lo hay, incluso cuando no hay una tensión particular, pero cuando hay tantas excusas... el riesgo aumenta masivamente", replica el profesor.
Por su parte, Aboubeker afirma que "París es tan segura como cualquier otra ciudad del mundo occidental que albergue un evento tan importante. Las fuerzas de seguridad, tanto públicas como privadas, se han movilizado al máximo para garantizar que todo vaya bien. En cuanto a los hechos a los que se refiere en la final de la Champions en Saint-Denis, debo señalar que se han realizado varias investigaciones oficiales, incluida una comisión senatorial que celebró audiencias con todos los protagonistas relevantes".
Por lo tanto, el presidente de la Asociación de los Profesionales de la Seguridad comenta que "se han abordado los problemas que existían en 2022, como se demostró el año pasado, cuando Francia organizó con éxito la Copa Mundial de Rugby de 2023. Aunque ese evento no tuvo la misma escala que los Juegos Olímpicos, estarán de acuerdo en que fue mucho más grande que un solo partido de fútbol. Como ha señalado el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, la Copa Mundial de Rugby fue un ensayo perfecto para preparar los Juegos Olímpicos y afinar aún más las medidas de seguridad para el evento de este año".
Bauer, en cambio, se muestra más crítico. El profesor dijo en TF1 Info que "en Francia no hay una sensación de inseguridad, lo que hay es un clima de violencia y el crimen está explotando en Francia". ¿Cómo está la situación en Francia? "Ahí están los datos de homicidios e intentos de homicidio en 2023: el número más alto en los últimos 50 años. En estos momentos, en materia de violencia física, la situación es sumamente preocupante".
El primer atentado neutralizado
A finales de mayo, la policía francesa frustró el primer atentado de los Juegos Olímpicos de París al detener a un joven de 18 años de origen checheno. Según el Ministerio del Interior, este se situó como el número 50 desde 2017, cuando llegó Emmanuel Macron al poder. El individuo fue acusado de querer atentar contra el estadio de fútbol de Geoffroy-Guichard, en la localidad de Saint-Ettiene, una de las instalaciones secundarias que acogerá algunos de los eventos olímpicos fuera de París.
El individuo, identificado como Rokhman B., había llegado a Francia en 2023 desde la Federación Rusa con sus padres, que habían solicitado asilo al estado galo. Mientras esperaba un permiso que le autorizase a inscribirse en un centro universitario, el joven se pasaba el día en canales de corte conspirativo y yihadista en Telegram. La policía encontró información, imágenes y localizaciones para cometer un posible atentado durante los Juegos.
El diario Le Parisien aseguró que el sospechoso estaba en contacto "con yihadistas miembros del ISIS-K"; una rama del Estado Islámico a la que se le atribuye el atentado que dejó 145 muertos el 22 de marzo en una sala de conciertos de Moscú. El mismo diario afirma que, en los intercambios interceptados, escribía en cirílico: "Si yo hiciese un atentado ahí [el estadio de Saint-Étienne], provocaría muchas víctimas".
A finales de 2023, Armand R. de 26 años, con la nacionalidad francesa y raíces iraníes, mató a un turista alemán e hirió a otras dos personas en un atentado perpetrado con un cuchillo y un martillo en las inmediaciones de la Torre Eiffel. Los servicios de información de la policía, que han estado haciendo simulacros de posibles atentados yihadistas, comunicaron que tienen en sus ficheros a 1.300 personas que consideran que plantean algún riesgo terrorista a las que hacen seguimientos, entre los que hay 150 menores y una inmensa mayoría tienen entre 18 y 30 años.
Los últimos dos detenidos, según la DGSI (Dirección General de Seguridad Interior), fueron han sido dos jóvenes de 18 años esta semana por "asociación criminal terrorista". Se sospecha que los individuos, que habían intercambiado mensajes en redes sociales, habrían planeado acciones violentas durante los Juegos Olímpicos de París.