Junts asesta un duro golpe a Sánchez antes de verse con ERC: frenazo a los presupuestos

Si el 23 de julio de 2023 Pedro Sánchez se fue feliz a dormir convencido de que seguiría en la Moncloa, el 23 de julio de 2024 se acostó envuelto en una pesadilla. Carles Puigdemont le envió un serio aviso recordándole que la legislatura pasa por él. Junts tumbó los objetivos de estabilidad en el Congreso, lo que frena en seco la tramitación de los Presupuestos Generales para 2025 y amenaza con tumbarle si pacta la investidura de Salvador Illa con ERC. "Una Generalitat presidida por el mismo partido que incumple con Catalunya y engorda a la Comunidad de Madrid allanaría el camino del desastre", fue la advertencia explicitada por Puigdemont en sus redes sociales. El recado llegó horas antes de que Sánchez se reúna hoy con Pere Aragonès para engrasar las negociaciones entre el PSC y los republicanos.

La debilidad del Gobierno es enorme, tal y como se volvió a comprobar en un macropleno en el Congreso de los Diputados, donde el PSOE intentó sobrevivir gracias a la famosa geometría variable. Sacó adelante la reforma del Poder Judicial con el PP, tras cinco años de bloqueo político. Y logró el apoyo de todos sus socios para aprobar el último decreto anticrisis, a un precio elevado y no solo en lo económico, tras ceder ante Junts la eliminación del artículo 43 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que el Gobierno acababa de incorporar por mandato europeo. Sin embargo, Puigdemont demostró que la amnistía no basta. El expresidente fugado quiere volver a presidir la Generalitat. Y le volvió a tumbar en la lona del Congreso en advertencia de lo que pasará si cierra un pacto con ERC.

También el PP acentuó la soledad del Gobierno al tumbar la propuesta de reforma de la ley de extranjería para atajar la emergencia migratoria que vive Canarias. Tampoco Junts ayudó a Sánchez en el principal problema de gestión que afronta en este momento. En total, Moncloa acumula media docena de derrotas severas en el Parlamento: además de la senda de déficit y la ley de extranjería, hay que recordar que Puigdemont frustró la primera votación de la amnistía, el PSOE se quedó solo en la ley del suelo y en la ley para prohibir la prostitución. Y Podemos tumbó el primer decreto del subsidio de desempleo.

Los socialistas transmitieron nerviosismo durante toda la jornada, conscientes de que Junts amenazaba con truncar su objetivo de irse a las vacaciones del verano con el trámite de los presupuestos encarrilado. "Tienen motivos", apuntaron a El Confidencial fuentes de la dirección del partido en Barcelona minutos antes de confirmar en Madrid su decisión. "Los datos hacen imposible justificar un voto en contra de la senda de estabilidad", reprochó María Jesús Montero minutos antes de que Junts confirmara su revés. La ministra de Hacienda enfatizó que será el Estado el que asuma el grueso de la corrección del déficit de aquí a 2027, pero tendrá que volver a presentar otros objetivos en un mes, si quiere arrancar los presupuestos (y la legislatura).

Desde el PSOE intentaban anoche transmitir tranquilidad. "Aún estamos a tiempo", repetían anoche fuentes gubernamentales. Pero Puigdemont les metió el miedo en el cuerpo. El líder de Junts demostró que jugará fuerte por su futuro político. El expresidente catalán sigue de cerca las negociaciones de los socialistas con ERC y quiere apurar todas las opciones para evitar la investidura de Illa y repetir elecciones en Cataluña. Sánchez se reúne mañana con el presidente en funciones, Pere Aragonès, para formalizar el traspaso del Impuesto Mínimo Vital (IMV). ERC espera poder anunciar pronto alguna otra cesión ya comprometida en la investidura de Sánchez. Y la guinda del pastel: la "soberanía fiscal" que los socialistas siguen descartando.

El portavoz económico de Junts, Josep Maria Cruset, trató de desligar su varapalo al Gobierno de las negociaciones entre el PSC y ERC en Cataluña. "En absoluto", contestó a la pregunta de los periodistas sobre si había influido en su decisión la reunión de Sánchez hoy en Barcelona. Cruset justificó su decisión en la deficiente ejecución de las inversiones presupuestarias previstas para 2023, así como en años anteriores. "En Cataluña se ha ejecutado nada más que un 45% del gasto presupuestario. Es el porcentaje de ejecución más bajo de todo el Estado siendo la tercera comunidad que más recursos aporta al Estado", señaló en una declaración urgente en el patio del Congreso, mientras dentro se celebraba el debate sobre los objetivos de déficit para el próximo año, que en realidad Junts ya aprobó hace unos meses, aunque el Gobierno se vio obligado a volverlos a presentar por el veto del PP en el Senado.

"No. Lo que hemos hecho lo que hemos dicho desde el inicio de legislatura es que no se puede contar con los votos de Junts a cambio de nada", aseveró el diputado de Junts, quien reclamó al Gobierno que "corrija el déficit" en la ejecución presupuestaria con Cataluña si quiere contar con sus votos para aprobar las cuentas del próximo ejercicio. "Si hace lo mismo, tendrá el mismo resultado", avisó.

El PP celebró el revolcón parlamentario del Gobierno. "El pasado 23-J, Feijóo ganó las elecciones generales y Sánchez las perdió. Un año después, se certifica que este Gobierno siempre fue una insuficiente suma de minorías. Sánchez acumula derrotas y encadena ridículos", manifestó su portavoz parlamentario, Miguel Tellado.