Con la mitad del verano a la espalda y sin olvidar un par de olas de calor históricas, hemos empezado a soñar con estar en la playa, darnos un baño refrescante y tumbarnos en una hamaca a disfrutar de la brisa marina. Es una situación idílica pero, la playa no es la única opción para darse ese ansiado chapuzón: siempre podemos disfrutar la diversidad de la geografía española y de sus más de 250 playas de interior.
Cada año, el ministerio de Sanidad elabora un censo con todas las aguas de baño en España, ya se trate de playas, ríos, embalses o lagunas. Para esta temporada de verano, incluye hasta 2.032. Sin embargo, no se trata de un documento en que se incluyan todos los lugares destinados al baño del país, sino aquellos que el ente público va a controlar para garantizar la calidad de sus aguas.
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Con 7.095 kilómetros de costa en todo el territorio nacional, las aguas de baño en las playas ocupan una posición dominante. Canarias es la comunidad autónoma con más territorio costero, con unos 1.583 km. Le siguen Baleares y Galicia, con algo más de 1.400 km en ambos casos. Sin embargo, el municipio con mayor número de playas, no se encuentra en ninguna de estas regiones, sino en Murcia: en Cartagena hay registradas un total de 30 playas o, lo que es lo mismo, una por cada 7.670 habitantes registrados.
El resto de puestos del top ten sí que se quedan en la comunidad gallega e irían desde las 22 playas de Vigo, hasta las 16 de Ribeira. Un poco más abajo en el ránking se encuentran Calvià (Mallorca), Málaga o San Javier (Murcia).
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A pesar de que las playas suponen el 87,2% del total de aguas censadas este año, en el interior de la península todas las provincias (a excepción de Salamanca) cuentan con, al menos un lugar reservado para el baño. El sistema Náyade es la herramienta del ministerio de Sanidad para controlar la información de las aguas. Este organismo se encarga de medir la calidad de los lugares de baño, incluyendo ríos, embalses y algunos lagos y lagunas.
Castilla-La Mancha y Extremadura son las comunidades sin salida al mar que cuentan con mayor número de playas continentales. En el primer caso, la cifra asciende a 38, mientras en el segundo se llega a las 31. Los tipos de aguas de las dos regiones también difieren de forma considerable: los castellanomanchegos tienen como opción darse un chapuzón en un río o laguna; los extremeños, en embalses.
Destaca el caso de Ossa de Montiel, un municipio de unos 2.500 habitantes en la provincia de Albacete que cuenta con seis lagunas registradas en el censo de este año. La Colgada, la Salvadora o la de Santo Morcillo son algunas de ellas.
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Cantidad no equivale a calidad
El Ministerio de Sanidad, a través del Sistema Náyade, se encarga de la supervisión del estado de las aguas de baño de España, tanto las marítimas como las continentales. Al principio de cada temporada se hace un análisis de dos bacterias concretas, la escherichia coli y los enterococos. Si se superan los límites establecidos para cualquiera de las dos, a la playa se le dará una de estas calificaciones: "Zona donde queda prohibido el baño" o "Recomendación de no baño". En caso contrario, la playa será "apta" para nadar.
Pero no solo se trata de análisis químico, sino que las playas también se podrán cerrar si, a través de un análisis visual, se observan medusas, restos (plástico, madera o corcho) u otros organismos, además de microalgas o fitoplancton. Si se llega a producir el cierre del perímetro, se tomarán las medidas necesarias para poder facilitar de nuevo el baño y se tendrán que repetir los análisis del agua cada 72 horas, como máximo.
Para esta temporada, de las playas que sí que ofrecían resultados de calidad del agua en el portal de Náyade, unas 994 en total, solo en 18 recomendaban no bañarse o lo prohibían. Y de estas, solo cuatro estaban en la costa. El ejemplo más destacado es el Arroyo Cimorro en Navalacruz, en la provincia de Ávila, que se ha cerrado hasta en tres ocasiones en el último año por "posible contaminación microbiológica".
Al final de la temporada también se otorga una calificación a cada zona de baño, que va desde "insuficiente" hasta "excelente” y que se reporta cada año a la Unión Europea.
España, en la media europea
A nivel europeo, la calidad de las aguas sigue la misma tendencia que en España: de las 22.081 playas marítimas y continentales de las que se tienen constancia para el año 2023, solo un 3,4% recibió una calificación de "insuficiente" o "suficiente", mientras que la calidad de estas era "excelente" en un 85% de los casos.
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En comparación con Europa, España se mueve también en un punto intermedio: un 87,6% de sus playas no pueden ser mejores y solo un 1,7% reciben la mínima puntuación. Estas cifras son muy similares a las de Portugal, país con el que se comparte el litoral atlántico.
Sin embargo, otros países destacan por tener valores más lejanos a la media. Chipre es la gran ganadora al tener en casi un 98% de sus playas la máxima calificación. De cerca le sigue Austria, donde un 97% de las aguas son excelentes, a pesar de ser todas continentales. A poca distancia estarían Bulgaria y Croacia, con un 96,7% y un 94,7%, respectivamente.
Albania se encuentra en el extremo opuesto, ya que un 15,1% de sus zonas de baño tienen una calificación de "insuficiente" y solo un 41,2% de "excelente". Otro caso a destacar es el de Estonia que, a pesar de contar con salida al mar, tiene un 9,2% de sus aguas con estado de "suficiente".