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Próximo a Zahara de los Atunes

Dos décadas de vertido que pone en riesgo el baño en la playa de los famosos en Cádiz

La Consejería de Salud mantiene prohibido el baño en la playa de Atlanterra por una salida de aguas residuales que ya dura 20 años. El Ayuntamiento, la Diputación de Cádiz y la Junta han activado ya las obras para arreglar el problema

Una de las playas del municipio gaditano de Tarifa. (EFE/A. Carrasco Ragel)

"Un lugar maravilloso que es como un trozo de paraíso terrenal". La frase es de Alberto Campo Baeza, uno de los arquitectos españoles más relevantes de las últimas décadas. Así empieza la descripción de uno de los proyectos que este vallisoletano enamorado de Cádiz diseñó en la provincia donde, en 2020, recibió el Premio Nacional de Arquitectura. Se trata de la Casa del Infinito, "una casa como si de un muelle frente al mar se tratara" y que se levanta, discreta y blanca, sobre la playa de los Alemanes, uno de los arenales que atesora el municipio gaditano de Tarifa, refugio de amantes del mar y no pocas celebridades y vecino de la playa de Atlanterra. Y cerca de ese "paraíso terrenal", unos vertidos residuales han provocado la prohibición del baño en una zona de 100 metros que acumula el mismo problema desde hace casi dos décadas.

Atlanterra es una de las zonas más exclusivas de la localidad de Tarifa, aunque está más próximo a Zahara de los Atunes, un pequeño núcleo de apenas 1.300 habitantes que pertenece a Barbate. Allí veranean celebridades como Dani Martín, Paz Padilla o Imanol Arias, pero también políticos como Meritxell Batet y Juan Carlos Campo. No muy lejos está el yacimiento romano de Baelo Claudia, con su fábrica de salazones en la que los hispanorromanos de la Bética fabricaban el garum. Un poco más al sur se encuentra la imponente duna de Bolonia y la playa de Valdevaqueros, donde los windsurfistas aprovechan los vientos del estrecho de Gibraltar. Y en plena temporada alta, la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía ha declarado este enclave como no apto para el baño.

El motivo hay que encontrarlo en un vertido autorizado que procede de la estación depuradora de aguas residuales de Atlanterra. La normativa ambiental vigente obliga a los servicios autonómicos a analizar la transparencia, el color, la presencia de espumas persistentes y sólidos flotantes, restos orgánicos y cualquier otro residuo que pueda afectar a la salubridad de las aguas. El examen quincenal que elabora el departamento que dirige Catalina García dio la alerta el pasado 26 de junio y declaró prohibido el baño en esta zona, una decisión que se repitió el pasado 1 de julio y que volverá a actualizarse en breves fechas. Pero el problema que genera es mucho más antiguo.

José Antonio Santos, alcalde de Tarifa, recordó hace unos días cómo el permiso para este vertido tiene casi dos décadas, y lo hizo precisamente en una reunión para abordar el fin de problema La solución pasa por construir un emisario submarino desde la depuradora de Atlanterra que permita que las aguas residuales sean expulsadas mar adentro y no en plena costa. Y el asunto ha llegado al Parlamento de Andalucía, donde el consejero de Sostenibilidad y Aguas, Ramón Fernández Pacheco, ha respondido a una pregunta de Vox sobre la situación de esta playa, que "atrae a miles de turistas cada año" y está en un "estado de abandono". "Los vertidos se expanden más por el medio marino", se ha quejado Alejandro Hernández, diputado de Vox.

"Es un problema de más de 20 años, pero va a encontrar solución", ha dicho el también portavoz de la Junta, que ha asegurado que el Ejecutivo andaluz ha llegado a un acuerdo con la Diputación de Cádiz y el Ayuntamiento de Tarifa, con quienes han mantenido reuniones "continuas" desde hace meses. Los siguientes pasos son la licitación del proyecto por parte de la institución provincial y la concesión de los permisos ambientales pertinentes, competencia de la Consejería de Sostenibilidad que dirige el propio Fernández Pacheco. Ninguna de las administraciones ha dado todavía fecha al final del proyecto que acabará con un problema recurrente.

Hace unos días, el Ayuntamiento de Tarifa y la Diputación de Cádiz aceleraron la redacción del pliego técnico para eliminar este "punto negro" en uno de los principales municipios turísticos de Andalucía. En 2023, la localidad gaditana, que alberga playas como la de Atlanterra, los Alemanes, los Lances o Bolonia, acogió a 345.000 visitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. El alcalde, tras una reunión en el Ayuntamiento, lamentaba que el problema no había reunido "hasta el momento" el interés para solucionar el vertido en la única playa de Cádiz que tiene prohibido el baño en plena temporada estival. El acuerdo se produce cuando, por primera vez, las tres administraciones competentes -Junta, Ayuntamiento y Diputación- están gobernados por el PP.

Inicialmente, el anuncio de la Junta hizo pensar que era la playa del Carmen de Zahara de los Atunes la que sufría el vertido, lo que provocó una cierta polémica aplacada por el ayuntamiento pedáneo de esta entidad local autónoma por donde ya pasaron los fenicios y que ahora es uno de los paraísos naturales del sur de España. Como todos los veranos, a pesar del veto en Atlanterra, Zahara y sus alrededores ya viven el desembarco de visitantes que convierte este viejo pueblo de pescadores en uno de los epicentros del verano gaditano, situado "en el lugar por el que cruzaban y cruzan todas las naves que vienen del Mediterráneo a abismarse en el Atlántico", como lo describe el arquitecto Campo Baeza.

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