El vacío de Mazón y Catalá en el homenaje a Camps evidencia una brecha en el PP valenciano

Medio centenar de personas apura la luz solar sobre la terraza del edificio Veles e Vents de la Marina de Valencia. Sobre el atril elevado, de espaldas a la bocana de la dársena interior del puerto, el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, agradece la asistencia, que ha superado las expectativas. Entre el público, muchas caras conocidas de la etapa de mayorías absolutas del Partido Popular en las instituciones valencianas y muy pocas, por no decir ninguna, de la actual. Ni el barón Carlos Mazón, ni la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, pero tampoco miembros de sus equipos, consellers, concejales, secretarios autonómicos o directores generales. Ni siquiera un representante de la dirección del grupo parlamentario autonómico.

La cena-homenaje que Camps protagonizó anoche para celebrar su absolución (todavía no firme) en la última pieza que tenía pendiente por los contratos de la trama Gürtel en la Comunidad Valenciana evidenció una brecha interna en el Partido Popular valenciano. Las ausencias eran tan flagrantes, que es inevitable deducir que fueron premeditadas, que hubo una consigna consciente de las interpretaciones a las que iba a dar lugar. No se ha disimulado. Muchas invitaciones al acto no recibieron respuesta o excusas por razones de agenda.

Camps presiona para volver a "primera línea", pero el encaje no termina de estar claro y la pelota está en el tejado de Génova. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tampoco encuentra el sitio, toda vez que da por hecho que la solución tiene que pasar por algún hueco fuera del ámbito institucional valenciano, donde el expresident ya lo ha sido todo. En paralelo, siguen vivos muchos recelos internos, como los coqueteos del entorno de Camps con el portavoz de Vox en Valencia, Juan Manuel Badenas, cuya relación con la alcaldesa es especialmente tensa y que en el nuevo PP de Valencia se interpretan como una deslealtad.

Antiguos del PP condenados por corrupción, como Fabra y su mano derecha Martínez, asistieron a la cena

"No se trata de que una cosa u otra. En mi opinión tendría que ser algo honorífico, yo qué sé, la embajada del Vaticano, si algún día gobernamos en la Moncloa", dice uno de los asistentes. "La cuestión es que el otro día Pedro Sánchez se llevó a Magdalena Álvarez a su mitin en Málaga y allí la aplaudieron y ensalzaron. Esa es la diferencia del PSOE con nosotros. Los nuestros tienen miedo de Paco y no hay cojones para defender a un tío que ha ganado los juicios. Yo solo quiero que nos traten como trata el PSOE a los suyos. No quiero un monumento, sino que tengan el valor de fardar de gente que ha hecho muchas cosas por el partido", insiste encendido por las ausencias uno de los asistentes, antiguo cuadro de peso popular.

El expolítico, ahora dedicado a la abogacía en el bufete de su amigo y letrado defensor Pablo Delgado, reunió a la vieja guardia de la formación conservadora, la que manejaba los hilos antes del cambio político de 2015 que llevó a la izquierda al poder. Con otro viejo amigo de Camps como maestro de ceremonias, el exsenador Pedro Agramunt, en el acto se dejaron ver antiguos cuadros como los exconsellers Mario Flores o Trini Miró.

También expolíticos que vivieron procesos judiciales de los que, como Camps, salieron absueltos, como la exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo o Emilio Llopis, que ahora se ven reflejados en el espejo del expresidente valenciano, por lo que esas causas significaron de expulsión de la vida pública. Tampoco se perdieron la velada amistades personales como Alberto de Rosa (Ribera Salud), el periodista y escritor Arcadi Espada, o el presidente del Club de Atletismo de Valencia, Rafa Blanquer.

Sin embargo, no todos los asistentes brindaron este jueves por la absolución de Camps con el expediente limpio. En la cena se dejaron ver también el expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, que pasó por la cárcel tras ser condenado por delitos fiscales y acumula causas pendientes de resolver; o el que fue número dos de Fabra, el alcalde de Vall d'Alba, Francisco Martínez, también condenado por irregularidades en la tramitación de una depuradora proyectada en unos terrenos de su familia. El expresidente del PP de Valencia, Alfonso Rus, condenado a cinco años por la causa de los zombies de la empresa pública Imelsa, se hizo la foto con Camps, al igual que Josep Maria Felip, que fue condenado junto con el exconseller Rafael Blasco en una de las piezas del caso Cooperación.