Si usted camina por el monte y se ha cruzado alguna vez con una víbora, este artículo le interesa

Va caminando por el campo y siente algo en la pierna. Cuando mira, ve que le acaba de morder una víbora. ¿Y ahora qué? La premisa del SUMMA 112, el Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid, es clara. Hay que actuar en el menor tiempo posible tras la llamada del afectado al teléfono de emergencias. El pasado 17 de julio un hombre de 60 años se vio en una situación similar tras sufrir la mordedura de un animal de este tipo en su casa de Valdemorillo (Madrid).

La víctima tuvo que ser trasladada en helicóptero al hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, donde ingresó en estado grave. Sin embargo, desde el servicio de Emergencias comentan que en casos así, el dispositivo tiene que adaptarse en función de lo que le pase a cada paciente, centrando especialmente la atención en sus condiciones clínicas, ya que la gravedad varía en función del tipo de animal, la edad del herido o la presencia de patologías previas o alergias entre otras cosas.

Raquel Abejón, supervisora del SUMMA 112, cuenta a El Confidencial el protocolo que se ejecuta. Todo comienza con la llamada al 112. Un operador recepciona, atiende y gestiona la llamada. Recoge los datos básicos de lo ocurrido y activa los servicios precisos que tienen que resolver la emergencia. A partir de aquí, se movilizan y gestionan los recursos precisos. SUMMA, Policía, Bomberos... corresponde a los organismos de intervención directa en la urgencia la activación de los efectivos adecuados para la resolución de esta. En el caso de una víbora hay diversas variables que hay que contemplar: ¿El animal sigue ahí? ¿Pertenecía a la persona?

La llamada en este momento es derivada a un médico para realizar una entrevista clínica rápida al paciente en caso de que se encuentre bien y consciente. Dependiendo del estado de la persona se movilizan unos recursos medicalizados u otros. En el caso del herido en Valdemorillo fue necesario la activación de un helicóptero, pero, desde el servicio de Emergencias, recalcan que cada incidente es diferente y se activan los medios necesarios para cada uno. Además, cuentan que, aunque no son casos demasiado comunes, con la llegada del verano la gente sale mucho más a pasear por la montaña y se incrementan este tipo de actuaciones.

Una vez en el lugar de los hechos, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad aseguran que la zona y comprueban que el animal se haya ido o, si no es el caso, lo apartan para que los servicios médicos puedan realizar las labores pertinentes sin riesgo para su integridad física.

Cuando ya están con el herido, valoran qué ha ocurrido concretamente y en qué estado se encuentra. ¿El paciente está consciente? ¿Es capaz de verbalizar lo que ha ocurrido? Ahora, el principal objetivo de los facultativos es "alcanzar la estabilidad hemodinámica". Esta consiste en conseguir que varios parámetros como la tensión arterial o la frecuencia cardiaca y respiratoria estén estables y en unos valores correctos.

¿El herido tiene el antídoto?

En muchos casos, la víbora pertenece a la persona, la tiene como mascota, y posee el antídoto. Ocurre lo mismo cuando un incidente así pasa, por ejemplo, en una protectora de animales. En caso de que el suero antiofídico —es un antídoto contra las toxinas presentes en el veneno inyectado en el cuerpo humano por las mordeduras de serpientes— no esté disponible en ese momento, el paciente es trasladado al hospital y es la propia institución la que lo solicita al SUMMA. Esto se debe a que es un medicamento que se utiliza muy poco, que tiene un alto impacto económico y que siempre ha de estar operativo.

Desde el servicio de Emergencias madrileño cuentan a El Confidencial que, antes, las farmacias de los hospitales sí que disponían de este tipo de fármacos, pero desde 2017, es el SUMMA quien centraliza su gestión. Garantizan que así siempre están utilizables para cualquier madrileño que lo necesite, las 24 horas del día, los 365 días del año, ya que controlan de manera exhaustiva todas las fechas de caducidad. "Es una muy buena forma de que los centros hospitalarios de la Red del Servicio Madrileño de Salud siempre los tengan operativos", cuenta Abejón.

El Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid cuenta con un centro de gestión de estos fármacos en Legazpi. Según apuntan, la ubicación no es casual. Desde allí tienen muy buenas salidas por carretera a través de la M-30 y la M-40. Afirman que, para los casos más urgentes, tienen unos tiempos de respuesta menores a los 30 minutos.