Los peligros detrás de ríos y pantanos para que cada vez haya más muertes: "Nunca existe el riesgo cero"

"Menos mal que estás aquí". Eso es lo que la mayoría de personas le dicen a Alberto García, responsable del dispositivo de Salvamento y Socorrismo de Cruz Roja en el Pantano de San Juan (Madrid) cuando desde su equipo ven a alguien que comienza a nadar cuando hay una emergencia. Según los datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, desde que comenzó el año hasta el 24 de julio, los muertos por ahogamiento en espacios acuáticos españoles ascienden hasta los 271. Una estadística que cada vez sufre un mayor aumento. Este año, España superó las 100 muertes por ahogamiento el 20 de abril. En 2023, no se alcanzó hasta el 19 de mayo.

Frente a estos datos, Francisco Cano, director de Prevención y Seguridad de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS), recalca a El Confidencial que, ante todo, lo más importante es la prudencia individual. "Es fácil decir que falta socorrismo, pero la realidad es que siempre va a faltar. Es imposible cubrir todo y por ello la prudencia es fundamental", apunta Cano. Según datos de la RFESS, de las 271 víctimas, 54 han sido en ríos y 13 en pantanos y embalses. "Son lugares donde hay elementos que la gente puede no dominar", comenta el responsable de la federación ante el aumento de fallecidos.

Esta misma semana, el pasado 25 de julio, un niño de 7 años tuvo que ser trasladado al Hospital Universitario 12 de Octubre por una parada cardiorrespiratoria tras sufrir un ahogamiento en el embalse de Picadas, en San Martín de Valdeiglesias (Madrid). El niño, un día después, se encontraba aún ingresado en la UCI pediátrica con pronóstico muy grave. El pasado fin de semana fue también muy problemático en este sentido. En Cataluña, dos fallecidos. Un hombre de 65 años que murió tras caer de una lancha en la Noguera Pallaresa en Tremp (Lleida) y un joven de 14 años que desapareció el sábado en el pantano de Sant Antoni, también en la provincia de Lleida, que ha sido encontrado muerto este miércoles. Por otra parte, en Ávila, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil localizó el cuerpo sin vida de un joven desaparecido el sábado cuando se bañaba en el embalse del Charco del Cura.

En Madrid, uno de los lugares más frecuentados para el baño con la llegada de la época estival es el Pantano de San Juan. Cuenta con más de catorce kilómetros de costa, entre las que destaca la playa Virgen de la Nueva —la única galardonada con bandera azul en la Comunidad de Madrid— y la playa de El Muro, donde se ubica el Real Club Náutico de Madrid. Allí han fallecido siete personas ahogadas en los últimos 17 años. El último fue el pasado junio. Un joven de 18 años que se encontraba en una zona no habilitada al baño.

Desde el Ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias preparan un dispositivo de vigilancia de las costas del embalse junto a Cruz Roja y el SUMMA 112. Fuentes municipales comentan que realizan varios comités de seguimiento para monitorizar la actividad del pantano y evitar este tipo de accidentes. Además, afirman que la mayoría de incidentes que tienen que atender son por causas poco graves como insolaciones o cortes físicos con cañas o piedras.

Recomendaciones para evitar accidentes

Alberto García, responsable del dispositivo de salvamento de Cruz Roja en esas playas, comenta a este periódico que lo principal al bañarse en estos lugares es hacerlo en los lugares vigilados y claramente habilitados para ello. Por otro lado, explica que si presenciamos a alguien en peligro, no hay que acudir a intentar socorrerlo si no se tienen los conocimientos. Apunta que, en estos casos, lo mejor es dotar a la persona de un elemento de flotabilidad y llamar al 112.

"El mejor rescate es el que no se hace", declara García, que apela también a la responsabilidad. Advierte que es vital seguir las indicaciones del personal de la playa e intentar evitar saltar desde rocas o espigones, y si se hace, realizarlo con la mayor precaución posible y asegurándose de la profundidad que existe y que no haya elementos que puedan golpear en la cabeza. Por otro lado, advierte del peligro que puede suponer dejar a los niños solos: "Somos amigos de los niños, pero no somos niñeras", comenta el responsable de Cruz Roja, que también advierte en este sentido que los manguitos infantiles no son siempre fiables.

En cuanto a los accidentes, García desarrolla que con la llegada del verano, cada vez son más las personas que se acercan al embalse madrileño, por lo que suben las probabilidades de que ocurra un accidente. "El riesgo 0 no existe", apunta. Hasta 3.000 medidas preventivas realizaron desde Cruz Roja durante el 2023. También tuvieron que acometer 122 intervenciones sanitarias y 112 rescates acuáticos.

En cuanto a las causas, explica que es frecuente el pensamiento de que un pantano es una piscina, cuando las condiciones son totalmente diferentes, y una sobreestimación de la capacidad de nado de la que cada uno dispone. "La gente empieza a nadar pensando que son capaces de cruzar a la otra orilla cuando en muchos casos no es así", explica García, que además recalca que cuando ve una persona que empieza a nadar así, ya sabe si se tienen que acercar para asegurar que esté bien. Detalla que en la mayoría de casos le dicen "menos mal que estáis aquí".

Pese a los últimos acontecimientos que ha sufrido el pantano, desde el dispositivo de salvamento recalcan que el Embalse de San Juan no es un punto negro de accidentes y que con una conducta segura el riesgo de que suceda algún imprevisto es muy bajo. Confirman que desde que empezaron el convenio con el Ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias, "los accidentes disminuyen año tras año".